LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Abril 2018

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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Dios dice. Tenemos que mantener el espíritu de fe y mantener Su Palabra en nuestra boca. Si lo hacemos, volaremos como Caleb. Él recibió cada cosa buena que Dios le había prometido. Él no lo recibió de la noche a la mañana; sin embargo, Dios eventualmente hizo que lo que Caleb había estado creyendo y confesando, sucediera. El hermano Kenneth Hagin solía decir: "Dios no salda cuentas todos los sábados por la noche; pero Él salda cuentas." Es muy cierto. Dios nunca se olvida de tu fe. La honra cuando crees Su Palabra y te rehúsas a moverte por las circunstancias contrarias, y Él siempre honra a los que lo honran. No tienes que preocuparte porque ha pasado el tiempo y aquello por lo que has estado creyendo no se ha manifestado todavía. No tienes que preguntarte si Dios te ayudará. Él lo hará. Sólo tienes que permanecer f i r me. Ma ntén t us pa labra s de acuerdo con Su Palabra y recibirás aquello que dices. ¿Cómo puedo estar tan segura? Primero, porque Dios es fiel y no puede mentir. Segundo, porque: «la Palabra que Dios habla esta viva y llena de poder [haciéndola activa, operante, energizante y efectiva]» (Hebreos 4:12, AMPC). Esta no volverá a Él: «vacía [sin causar un efecto, sin uso], sino» como Él dijo en Isaías 55:11: «hará o cumplirá lo que me complace y lo que me propuse; y deberá prosperar en aquello para lo que la envié.» (AMPC). La Palabra de Dios contiene Su propia habilidad creativa. No existe ningún problema en esta vida que no pueda resolver. La Palabra de Dios cambiará tu cuerpo, tus f inanzas, tus circunstancias o cualquier otra cosa que necesite cambio en tu vida. Esta conquistará cada "gigante" que amenace con bloquearte la entrada a tu tierra prometida. Todo lo que tienes que hacer es ponerla en tu corazón y mantenerla en tu boca. Mientras haces eso, los gigantes que alguna vez lucían tan grandes comenzarán a lucir cada vez más pequeños. En lugar de verte como un saltamontes en sus ojos, como lo hicieron los israelitas incrédulos, comenzarás a verte como Caleb. ¡Dirás lo que Dios dice acerca de ti y tu situación… y vencerás! estos cuarenta y cinco años desde el día que el SEÑOR habló estas palabras a Moisés, cuando Israel caminaba por el desierto. Ahora, he aquí que tengo ochenta y cinco años;pero aún estoy tan fuerte como el día en que Moisés me envió. Como era entonces mi fuerza, así es ahora mi fuerza para la guerra, tanto para salir como para entrar. Dame, pues, ahora esta parte montañosa de la cual habló el SEÑOR aquel día, porque tú oíste aquel día que los anaquitas viven allí y que hay ciudades grandes y fortificadas. ¡Si el SEÑOR está conmigo, yo los echaré, como el SEÑOR ha dicho!» (Josué 14:10-12, RVA-2015). ¡Caleb era un hombre de Palabra! Dios dijo que mantendría a Caleb vivo. Caleb lo creyó, y lo dijo. Dios dijo: "Puedes tener la montaña que quieras." Caleb lo creyó, y lo dijo. Dios dijo: "Echarás a tus enemigos." Caleb lo creyó, y lo dijo. Durante 45 años, Caleb mantuvo su confesión de fe. Por 45 años, no cambió su manera de creer o sus palabras de victoria. Él fue al desierto en fe, con la Palabra de Dios en su boca, y salió de allí de la misma manera. Él salió de allí manteniéndose firme en lo que Dios había dicho de él, todavía diciendo: "¡El Señor está conmigo y yo puedo hacer esto!" De esa manera es que tú y yo debemos ser con nuestra posición de fe. No podemos permitir que las temporadas de desierto en nuestra vida nos muevan de las promesas de Dios. No podemos dejar que el diablo use los días difíciles o las épocas de presión para convencernos de que Dios no está obrando. Debemos continuar creyendo y diciendo lo que 3 0 : LV V C «Subamos, pues, y tomemos posesión de esa tierra, porque nosotros podremos más que ellos.» (Números 14:8-9, 13:30). Sigue citando al Señor Dios ya había prometido darles a los israelitas esa tierra. Así que Caleb no dijo esas cosas solamente para ser positivo. Él no solo estaba diciendo: "Creo que podemos hacerlo". Él estaba declarando la Palabra de Dios y diciendo por fe: "¡Nosotros podemos hacerlo!" Por otro lado, los llorones y quejones estaban hablando incredulidad. No solamente dijeron: "¡No podemos hacerlo!" El los dijeron: «¡Cómo quisiéramos haber muerto en Egipto, o morir en este desierto!». ¿Cómo les respondió Dios? Él dijo: "Vivo yo, que voy a hacer con ustedes lo mismo que ustedes me han dicho al oído. En este desierto quedarán tendidos los cadáveres de todos ustedes… Ninguno de ustedes entra rá en la tierra…» (Números 14:28-30). En el versículo 24, Él dijo: «Sólo a mi siervo Caleb lo llevaré a la tierra donde él entró. A él y a su descendencia les daré posesión de la tierra, porque en él hay otro espíritu y porque ha decidido seguirme.» ¡En otras palabras, cada uno recibió lo que había dicho! La generación completa de los que dudaron se quedó en el desierto. Caleb fue a la tierra prometida junto a Josué, y una nueva generación de israelitas que todavía declaraban la Palabra de Dios. Caleb reclamó la parte de la tierra que él deseaba. Él citó al Señor una y otra vez. Él dijo: «Ahora bien, he aquí que el SEÑOR me ha conservado la vida, como él dijo, No podemos dejar que el diablo use los días difíciles o las épocas de presión para convencernos de que Dios no está obrando. DEBEMOS CONTINUAR CREYENDO...

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