LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Diciembre 2017

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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Signifi ca "unir lo que ha sido separado". Nuestra paz proviene de nuestra unión con Dios. Cuando Jesús nació, la paz regresó a la Tierra haciendo posible que el hombre y Dios tengan paz de nuevo el uno con el otro. Jesús, el príncipe de paz, es nuestra paz (Efesios 2:14). Cuando lo aceptamos como nuestro Salvador y lo hacemos el Señor de nuestra vida, estamos en pacto con Dios y ese es un pacto de paz. El mensaje de salvación también es llamado "el evangelio de la paz", porque Jesús pagó el precio por nuestros pecados, proveyendo paz con Dios. Si tuviera que defi nir la salvación en una palabra, escogería "plenitud". Cuando te entregas al Señor Jesucristo, no solamente tus pecados son perdonados y naces de nuevo, sino que también recibes plenitud en cada área de tu vida—espíritu, alma y cuerpo. Saca corriendo a la ansiedad Jesús proveyó un camino para que nosotros experimentemos la plenitud cuando: «…Él fue herido por nuestros pecados; ¡molido por nuestras rebeliones! Sobre Él vino el castigo [que se necesitaba para obtener] nuestra paz y el bienestar para nosotros, y por su llaga [esa herida] fuimos sanados y hechos plenos» (Isaías 53:5, Biblia Amplifi cada Edición Clásica). ¿No es maravilloso saber que Jesús cargó todas esas cosas malas que podían robarnos nuestra paz— el pecado, el dolor, la depresión, la ansiedad, las enfermedades mentales y dolencias? ¡Él pagó el precio para que nosotros vivamos una vida pacífi ca! Sin embargo, es importante darnos cuenta de que la paz no viene de manera automática— hay algo que nosotros debemos hacer. Es cierto que Jesús nos ha dado Su paz. Como el resto del fruto del espíritu, esta se convierte en parte de nuestra naturaleza cuando nacemos de nuevo. Pero de la misma manera que el otro fruto del espíritu, nosotros tenemos que someternos a la paz para que esta se manifi este en nuestra vida. Y debemos escoger no someternos a la ansiedad y al temor. Requiere de un compromiso consciente el ser obediente a la Palabra de Dios y caminar en el fruto del espíritu. En Juan 14:27 Jesús nos anima con estas palabras: «La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da». Después Él añade: «No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo». Y en Filipenses 4:6-7, Pablo dijo: «No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias, y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús». Nota que después de que Pablo dijo: "No se preocupen por nada", nos instruyó a presentarle todas nuestras peticiones a Dios en oración. Cuando oras en fe y crees que recibes lo que has orado, el resultado es la paz de Dios, cerrándole la puerta a la ansiedad. Creará una imagen mental de que «la paz…guardará y cuidará nuestro corazón y mente en Cristo Jesús» (AMPC). al bien supremo del hombre". Piensa en cómo esta frase revela el corazón de Dios: Él tiene para nosotros en Su mente el "bien supremo". Esa clase de paz signifi ca vivir en un estado de descanso, tranquilidad y calma. Es la ausencia de contienda: un lugar de tranquilidad. Generalmente denota estar perfectamente bien e incluye relaciones armoniosas entre Dios y el hombre, entre los hombres, las naciones y las familias. ¿No te motiva esto a cultivar la paz en tu vida? Obteniendo la paz Alexander Maclaren dijo: "La verdadera paz no proviene de la ausencia de problemas, sino de la presencia de Dios y será profunda y traspasará todo entendimiento en la medida exacta en que vivimos y participamos del amor de Dios". Medita al respecto por un instante: la paz no es determinada por la ausencia de problemas, sino por la presencia de Dios. El amor, el gozo y la paz brotan de tu espíritu como resultado de tu relación con Dios. En la medida en que camines en el amor de Dios— amando a Dios y a los demás—así es como podrás disfrutar de la paz. Cada fruto del espíritu está íntimamente relacionado con el caminar en amor. Es imposible caminar en contienda, falta de perdón y odio y tener paz al mismo tiempo. Hebreos 12:14 dice: «Procuren vivir en paz con todos…» Si tienes paz con Dios, puedes tener paz en cada relación en tu vida. En esta época del año, frecuentemente escuchamos la historia de navidad de Lucas 2:14, acerca del nacimiento de Jesús y cómo los ángeles anunciaron: «¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra a todos los que gozan de su favor!» La palabra paz en esta escritura es muy signifi cativa. 3 0 : LV V C

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