Si conoces incluso los conceptos
básicos del Evangelio, les explicarías
que bajo la salvación del Nuevo Pacto
no es una promesa; es un regalo. Es
algo que Dios ya ha provisto. Lo
aseguró para toda la humanidad hace
2.000 años a través de la muerte y
resurrección de Jesús y, como resultado,
nacer de nuevo es lo más simple que
pueda obtenerse. Como dice Romanos
10:9: «Si confiesas con tu boca que
Jesús es el Señor, y crees en tu corazón
que Dios lo levantó de los muertos,
serás salvo.»
Cuando se trata del nuevo
nacimiento, ese verso es fundamental,
¿no es cierto? Incluso si alguien
intentara decirte que no siempre
funcionó, no podrían disuadirte de
ello. Confiesa con tu boca, cree en tu
corazón, y serás salvo es el curso de
"Salvación para principiantes". Es la
realidad espiritual sobre la cual todos
nosotros, como creyentes, hemos
construido nuestras vidas.
Sin embargo, de lo que muchos
creyentes no se han dado cuenta, es que
la realidad no incluye simplemente el
nuevo nacimiento. También incluye
algo más que Dios quiere que cada
uno de nosotros tenga. Podrás ver lo
que quiero decir en Marcos 5. Cuenta
sobre la mujer con el problema del
flujo de sangre. Antes de que el nuevo
¿Qué pasaría si alguien te dijera que ha estado esperando mucho
tiempo para que Dios lo salve? ¿Qué pasaría si dijeran: "Sé que el
nuevo nacimiento es una promesa de las Escrituras, pero por alguna
razón, Dios todavía no lo ha cumplido"?
¿Qué le responderías a alguien así?
4 : LV V C
por Kenneth
Copeland
SALVO
SANO Y
PLENO