LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Octubre LATAM 2019

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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años. He ido a la iglesia domingo tras domingo, pero no ha habido cambios en mi salud. ¿Recibir sanación de Jesús puede ser fácil incluso para alguien como yo?" Absolutamente. Solamente mira lo que hizo por la mujer en Lucas 13. Ella era una fiel creyente del Pacto (del primero). Asistía a su sinagoga local y padecía una enfermedad que la dejó encorvada, incapaz de enderezarse, durante 18 años. En todo ese tiempo, los líderes de la sinagoga no habían podido curarla. Entonces, un día, ella vino a la iglesia y Jesús estaba allí. Él predicó la buena noticia de que estaba ungido por Dios para liberar y sanar, y cuando la vio: «la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad.» Y en el mismo instante en que Jesús puso las manos sobre ella, la mujer se enderezó y comenzó a glorificar a Dios.» (versículos 12-13). En lugar de regocijarse, el líder de la sinagoga reaccionó con indignación. Se enojó porque Jesús había sanado en día sábado y le dijo a la gente: «Hay seis días en los que se puede trabajar. Para ser sanados, vengan en esos días; pero no en el día de reposo.» (versículo 14). ¡Qué cosa más absurda! No hubo trabajo involucrado en la sanación de esa mujer. Ella no tuvo que trabajar para conseguirlo y Jesús no consideró que fuera un trabajo ministrarle. Todo lo que tenía que hacer era recibir por fe, y todo lo que tenía que hacer era dejar que el Padre dentro de Él hiciera la obra (lee Juan 14:10). Jesús habría tenido que desobedecer al Padre para no sanar a esa mujer. Ella tenía un pacto con Dios y esa enfermedad violaba una de las promesas de ese pacto. Jesús respondió: «Y a esta hija de Abraham, que Satanás había tenido atada durante dieciocho años, ¿no se le habría de liberar, aunque hoy sea día de reposo?» (Lucas13:16). Si eres un creyente y estás luchando contra la enfermedad, Jesús está diciendo lo mismo de ti hoy. ¡Está diciendo que deberías ser desatado! Después de todo, en Cristo Jesús, tú también eres la simiente de Abraham (Gálatas 3:16). Tú también tienes un pacto con Dios, y es incluso mejor que el primer Pacto. No tienes que soportar ningún tipo de enfermedad en tu cuerpo. No importa cuán incurables puedan decir los médicos que es, o cuánto tiempo la hayas tenido. Tienes derecho a decir: "Debería ser librado de esta enfermedad y creo que Jesús es quien debe hacerlo. Él está Ungido para sanarme, y creo que la Unción está aquí ahora mismo para sanarme." He visto suceder cosas asombrosas cuando las personas vienen a Jesús con ese tipo de fe infantil. He visto a personas sanarse de problemas físicos que los han afectado toda su vida. Por ejemplo: recuerdo a una señora que asistió a nuestras reuniones en Bournemouth, Inglaterra, hace algunos años; ella había nacido sin mentón y había llegado a recibir oración por algo cuando decidió que, dado que es fácil recibir la sanación de Jesús, ella también creería por un mentón. Miró a su alrededor las barbillas de otras personas, decidió qué tipo quería y, cuando impuse mis manos sobre ella, ella liberó su fe. ¡Su cara comenzó a hormiguear, y ella consiguió un mentón completamente formado! Ella no dejó que las tradiciones religiosas de nadie la detuvieran. No compró la mentira del diablo de que el día de los milagros ha pasado o que recibir su sanación sería difícil. Ella solamente esperaba que Jesús hiciera lo que le pidió, ¡y lo hizo! El hermano Oral Roberts solía contar sobre un niño lisiado que tenía la misma actitud. El niño había asistido a una de las reuniones de sanidad del hermano Roberts pero, por algún motivo, se había perdido de estar en la fila de oración. Entonces, cuando terminó la reunión, se negó a irse. Seguía sentado allí, esperando, con las muletas apoyadas a su lado. Cuando el hermano Roberts salía del auditorio, vio al niño y le preguntó por qué seguía allí. "Se supone que debo ser sanado hoy", respondió el niño. El hermano Roberts le dijo que había impuesto las manos sobre miles de personas y que estaba demasiado agotado para orar por una persona más. "No sé nada de eso", dijo el niño. "Solo sé que se supone que debo sanar hoy." El hermano Roberts sonrió. "Está bien, hijo", le dijo, "cuando imponga mis manos sobre ti, solamente libera tu fe." El niño lo hizo, y su cuerpo se recuperó al instante. Lo vi años después cuando era un hombre adulto, todavía fuerte y saludable, y aún contaba las buenas noticias: ¡Es fácil recibir la sanación de parte Jesús! IMPRESA DESDE EL AÑO 1973 OCTUBRE LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE VOLUMEN 47 NÚMERO 10, OCTUBRE del 2019. LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE es una publicación mensual de la ASOC. MINISTERIOS KENNETH COPELAND, una organización sin ánimo de lucro con sede en Bogotá, Colombia, identificada con NIT: 900.828.722-9 y debidamente autorizada por su editor en inglés, Eagle Mountain International Church Inc./Kenneth Copeland Ministries Inc., una organización sin fines de lucro, en Fort Worth, Texas. ©2019 Kenneth Copeland Ministries, Inc. Todos los derechos reservados. Se prohíbe la reproducción parcial o total sin autorización por escrito. LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE y su logotipo asociado son marcas registradas de Eagle Mountain International Church Inc./Kenneth Copeland Ministries Inc. en Estados Unidos y en los países donde circula LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE. El costo de impresión y distribución se financia con donaciones de los Colaboradores y Amigos de los Ministerios Kenneth Copeland. Impreso en Colombia. Printed in Colombia. Para suscribirse gratuitamente, visita en la web: es.kcm.org/LVVC. 6 ¡Ya estás Ungido! por Kenneth Copeland Cuando Jesús fue bautizado en el Espíritu Santo, fue ungido para predicar las buenas nuevas y hacer las obras de Dios. Cuando fuiste bautizado en el Espíritu Santo, fuiste ungido para hacer exactamente lo mismo. Anima la unción que hay en ti y sé ese testigo de Jesús que fuiste llamado a ser. ¡Nuestro hijo fue rescatado! por Melanie Hemry Una reunión familiar en el Disney Aulani Resort en Hawái dio un giro impensado cuando Patrick Hardesty, de 4 años, se ahogó. Pero Dios ya había orquestado su rescate. Más tarde, Patrick no solo informó haber visto a dos grandes ángeles que lo sacaron del fondo de la piscina, sino que una enfermera pediátrica de emergencias inmediatamente comenzó a realizarle maniobras de reanimación. Mientras tanto, un grupo de intercesores en Sacramento, California, comenzó a orar de acuerdo con la familia para que Patrick viviera y no muriera. En menos de 24 horas, Patrick fue dado de alta del hospital. Es fácil de recibir por Gloria Copeland Muchos tienen la idea de que sanarse es difícil. Pero Jesús hace que sea fácil recibir sanidad. Cuando estuvo en la tierra, hizo por las personas lo que le pidieron que hiciera, y hoy sigue siendo el mismo: le gusta sanar y nada es imposible para Él. Todo lo que tenemos que hacer, es creer y recibir. 2 12

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