LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Noviembre 2019

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

Issue link: http://read.uberflip.com/i/1182380

Contents of this Issue

Navigation

Page 30 of 31

LV V C : 3 1 los únicos investidos con la autoridad de Dios. Somos el Cuerpo de Cristo, así que ahora es nuestra responsabilidad de liberar el poder de obrar los milagros de Dios. ¡Tenemos el nombre de Jesús! Estamos ungidos con Su Unción, y esa Unción sigue siendo tan fuerte como siempre. No disminuyó cuando Jesús se fue de la Tierra. A través nuestro, Él puede hacer hoy las mismas obras que hizo, y más. ¡El libro de los Hechos demuestra que es cierto! Hechos 5:12, 15-16 dice: "Dios hacía muchas señales y prodigios entre el pueblo por medio de los apóstoles… y en sus camas y lechos sacaban a los enfermos a la calle, para que al pasar Pedro por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. Aun de las ciudades vecinas venían muchos a Jerusalén, y traían a sus enfermos y a los atormentados por espíritus inmundos, y todos eran sanados.» ¿No suena similar a lo acontecido cuando Jesús ministró? Claro que sí, porque esos creyentes estaban operando bajo Su Unción. El mismo Espíritu Santo que estaba sobre Él estaba obrando a través de ellos, haciendo que el reino de Dios se manifestara, así que al igual que Él lo hizo, hicieron el bien y sanaron a todos los oprimidos por el diablo. Tú has nacido en el mismo Reino en el que ellos nacieron. Has sido lavado por la misma sangre. Tienes el mismo Padre celestial, los mismos recursos celestiales y la misma autoridad espiritual. Debido a que estás «en Cristo» y toda la autoridad te ha sido dada en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18), puedes hacerte cargo cuándo y cómo Él te lo instruya. ¡Obtén una revelación al respecto! Pasa tiempo meditando en ello. Créelo y luego actúa como si fuera cierto, plantándote y diciéndole al diablo lo que no puede hacer en tu vida, en tu familia y en tu nación. Toma autoridad en tu propia vida y, cuando los demás te pidan ayuda, toma autoridad en su nombre también. ¡Hazte cargo y deja que el cielo se abra paso en la Tierra! caído bajo el poder de Dios. "Pensé que esto era lo que tenías que hacer para sanarte". Creo que esa misma es la actitud humilde que el hombre paralítico tuvo en Lucas 5. No le importaba parecer indigno. Simplemente creyó e hizo lo que Jesús le dijo que hiciera. Sé aquel que hace las cosas "extrañas" Sin embargo, no solo queremos experimentar rompimientos celestiales. Como creyentes nacidos de nuevo y llenos del Espíritu, queremos dar un paso más allá y ministrar tales rompimientos a los demás. Cuando alguien nos diga que está enfermo o que necesita un milagro, en lugar de simpatizar con él, seamos aquellos que se hacen cargo de la situación y manifiestan el poder del reino de Dios para todos los necesitados. ¡Eso es lo que hizo Jesús por el hombre paralítico! Él se hizo cargo y alineó la situación de ese hombre con la voluntad de Dios. Le ministró el perdón, le dijo que se levantara y caminara, e hizo lo imposible allí mismo frente a toda una sala de expertos. ¿Cómo respondieron estos expertos? «Todos estaban admirados y alababan a Dios, y llenos de temor decían: «¡Hoy hemos visto maravillas!» (versículo 26). Algunos cristianos todavía consideran que los milagros son fenómenos extraños. Pero Jesús nunca pensó de esa manera. Los consideraba normales. Como sabía que el reino de Dios estaba continuamente presente en el reino del espíritu, hizo milagros todo el tiempo. Por ejemplo: mira el milagro que hizo para Pedro y sus compañeros de pesca allí mismo en Lucas 5. Habían pescado toda la noche sin atrapar nada. Entonces, después de que Jesús tomara prestado su bote para predicar, los llevó a un viaje de pesca sobrenatural. Les dijo que regresaran a las profundidades, hizo que se manifestara el reino de Dios, y ellos arrastraron una carga de peces que era suficientemente grande como para romper el barco y la red. Unos versículos más adelante, cuando apareció un hombre lleno de lepra, Jesús también hizo un milagro para él. El hombre dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.» Entonces Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero. Ya has quedado limpio.» Y al instante se le quitó la lepra.» (versículos12-13). ¿Qué hubiera pasado en esas situaciones si Jesús no se hubiera hecho cargo? ¡Nada! Si no hubiera hablado por fe y actuado según la autoridad que Dios le había dado, a pesar de que el reino de Dios estaba presente, no se habrían manifestado rompimientos celestiales. Somos portadores de la autoridad de Dios Lo mismo ocurre hoy: como creyentes, somos CONSEJOS PRÁCTICOS: C 1 Como parte del Cuerpo de Cristo, el ministerio de Jesús es ahora tu ministerio, por lo cual estás llamado a hacer lo mismo que Él hizo. Hechos 10:38 2 Toda autoridad en el cielo y en la tierra le pertenece a Jesús y Él te ha delegado esa autoridad como Su discípulo. Mateo 16:19 3 Jesús no te ha dejado solo; Él está allí ministrando contigo en todo momento por medio de Su Espíritu. Mateo 28:19-20 4 El reino de Dios no está en algún lugar recóndito del cielo; aunque no puedas verlo, está en ti y a tu alrededor todo el tiempo. Lucas 17:21 (Biblia Amplificada, Edición Clásica) 5 A medida que proclamas las buenas nuevas y compartes con la gente que «el reino de Dios se ha acercado.» tal como lo hizo Jesús, Dios hará maravillas a través de ti. Marcos 16:17-18

Articles in this issue

Archives of this issue

view archives of LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Edición Noviembre 2019