LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Enero LATAM 2020

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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estar dispuesto a hacer lo que Él quiere que hagas. Es decir, tu alma comienza a alinearse con tu espíritu. Tu nuevo hombre domina tu carne, tu cuerpo se alinea y comienzas a cambiar. Empiezas a crecer en el Señor y luces más y más por fuera como la persona que eres por dentro. Sin embargo, esto no sucede automáticamente solo por ser cristiano. Se requiere de una decisión. Así como decidiste recibir a Jesús como tu Señor y Salvador cuando fuiste salvo, si quieres crecer en Él, debes decidir poner la Palabra de Dios en primer lugar en tu vida. Muchos cristianos nunca dan ese paso. Van a la iglesia los domingos, pero nunca pasan suficiente tiempo en la Palabra para descubrir quiénes son en Cristo Jesús, por lo que se quedan atrapados viviendo vidas carnales, gobernadas por la carne. Saben que no deben pecar, pero pareciera que no pueden evitarlo, por lo que se sienten miserables y frustrados. Intentan vivir bien, pero terminan fallando y sintiéndose condenados. Debido a que no saben lo que dice la Palabra sobre cosas como la sanación y la prosperidad, si la enfermedad o la escasez se les presentan, simplemente las aceptan. Aunque, cuando se enfrentan a serios problemas oran para que Dios los ayude, sin embargo, lo único que saben hacer es rogar y suplicar. Al no estar establecidos con suficiente firmeza en la Palabra de Dios como para creer y recibir por fe lo que Él ya les prometió, entonces, aunque a veces Dios encuentra una manera de bendecirlos a pesar de sus dudas, en el mejor de los casos, sus oraciones no y nuestra autoridad final, podemos seguir creciendo y desarrollándonos en la fe. Como Efesios 4:13-15, Biblia Amplificada, Edición Clásica, dice: «Hasta que todos alcancemos la unidad en la fe y en la comprensión del conocimiento [completo y exacto] del Hijo de Dios, para que [podamos llegar] a madurar realmente (la integridad de la personalidad, que es nada menos que la altura estándar de la propia perfección de Cristo), la medida de la estatura de la plenitud de Cristo y la integridad que se encuentra en él. Entonces, ya no seremos niños, a la deriva [como los barcos] de aquí para allá… [sino más bien] creceremos de todas las maneras y en todas las cosas en Aquel que es la Cabeza, [incluso] Cristo (el Mesías, el Ungido).» ¡Iglesia, hacia allá es donde Dios nos está llevando! Su plan para nosotros, como el Cuerpo de Cristo en la tierra, es que continuemos cambiando por fe para que sigamos pareciéndonos cada vez más a Jesús. "Pero no sabes todo lo que me falta", podrías decir. "¡No me parezco a Jesús en este momento! Aunque sé que soy salvo, mi vida sigue siendo un desastre total." ¡Pero no es un gran desastre para Dios! Él puede enderezar cualquier cosa. Él ya ha enderezado tu espíritu al eliminar al viejo hombre muerto por el pecado y recrearlo en verdadera justicia y santidad, y Él puede culminar aquello que comenzó. Sólo necesitas cooperar con Él. Sólo necesitas seguir contemplando en Su Palabra, como si fuera en un espejo, la gloria del Señor, y mientras lo haces serás: «transformado de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor» (2 Corintios 3:18). Fíjate que es el Espíritu del Señor el que te transforma a la imagen de Jesús para que te veas por fuera como quien ya eres por dentro. No lo haces al golpearte cada vez que te equivocaste, e intentando en la carne vivir bajo un conjunto de leyes. No; eso es legalismo y el legalismo es algo muerto. Jesús nos dijo en Juan 17:3 que la vida proviene de conocer a Dios. Viene de pasar tiempo con Él en la Palabra y en oración, manteniendo una conexión "NO LO HACES AL GOLPEARTE CADA VEZ QUE TE EQUIVOCASTE… ESO ES LEGALISMO Y EL LEGALISMO ES ALGO MUERTO." 1 4 : LV V C producen resultados consistentes. Cualquiera puede convertirse en un gigante de la fe ¡Esa no es la forma de vivir! Lo sé, porque lo hice por un tiempo justo después de convertirme en cristiana. Sin embargo, no tuve que hacerlo por mucho tiempo. Unos años después de que Ken y yo volviéramos a nacer, nos mudamos a Tulsa y nos conectamos con los ministerios de Oral Roberts y Kenneth E. Hagin. Aprendimos de ellos que la Palabra de Dios es el fundamento de una vida de fe victoriosa, y fuimos tras la Palabra con todo lo que teníamos. No había escuela bíblica para mí (Rhema no existía en ese tiempo), pero conseguí libros y cintas de predicación ungidas y me saturé absolutamente en ellas. Mientras Ken estaba predicando, ya que no teníamos el dinero para que yo fuera con él, fui a la escuela bíblica sola y me quedé en casa escuchando mensajes y tomando notas. ¡Eso me cambió! La Palabra de la que me apoderé luego revolucionó toda mi vida. Comencé a crecer en Dios, y porque he continuado en esa Palabra, nunca he dejado de hacerlo. Esa es la intención de Dios para cada creyente. Él no selecciona solamente a ciertas personas y hace algo especial por ellas. Cualquier creyente puede convertirse en un gigante de la fe si tan solo toman la decisión de hacerlo. No importa cuál sea nuestra ocupación o qué más esté sucediendo en nuestras vidas, si decidimos hacer de la Palabra de Dios nuestra primera prioridad

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