por Melanie Hemry
Pero también era un trabajo duro, ¡y peligroso!
Por ejemplo, hacia solo cinco años desde que, en
el 2013, Richard había trepado a un árbol podrido
cuando se rompió el cable y su línea de seguridad
lo arrojó al suelo, rompiéndose las costillas. Una le
había perforado el pulmón.
Viéndole el lado positivo, se recuperó bien,
ayudado por su considerable fuerza. Con 1,78
metros de estatura y un peso de 91 kg, podía levantar
en la banca casi 200 kg de pesas, ponerse en cuclillas
y levantar casi 300 kg, y levantar un peso muerto de
230 kg. Esos músculos tonificados eran útiles para
cortar y remover árboles.
Aun así, había abordado este
trabajo con especial cuidado.
El árbol en cuestión se
encontraba afuera de una casa
de ladrillos pintados de rojo
con ventanas de aluminio. El
propietario le había dicho que,
cuando llovía y el árbol estaba
mojado, había visto un arco
eléctrico que salía de una línea
eléctrica hacia el árbol. Una
larga rama del árbol se había
enredado con una línea eléctrica. El propietario
estaba preocupado de que la electricidad pudiera
entrar por el marco de la ventana, relata Richard.
Sin embargo, no había visto el arco de electricidad
en clima seco.
Era un hermoso día de primavera, sin una nube
a la vista.
Además de guantes, Richard llevaba calcetines
con los dedos de los pies cortados, estirados sobre
los brazos para protegerlos de arañazos. Se paró en
la canasta, recortando un poco la copa del árbol. Por
razones de seguridad, los podadores de árboles se
mantuvieron a 3 m de distancia
del tendido eléctrico.
Al llegar a la larga rama
enredada en el cableado, Rich-
ard se dio cuenta de que estaba
a menos de 3 m. Detenién-
dose, consideró la distancia.
Se sintió seguro. Estaba seco
y el problema eléctrico solo
había ocurrido en condiciones
húmedas.
Pero, mientras cortaba la
rama, un arco eléctrico impactó
El verdadero
yo no murió
Richard Jordan se paró en la plataforma del ascensor aéreo y miró hacia
el horizonte de Pensilvania. Desde su posición elevada a 8 metros sobre el
suelo, lo que vio podía resumirse en una sola palabra: árboles.
Dondequiera que mirara, en todas las direcciones, no había nada más que
árboles. Como propietario de un negocio de poda y remoción de árboles,
percibió algo adicional: seguridad laboral.
Richard amaba su trabajo, el cual llevaba a cabo en medio de hojas
susurrantes y ramas que se balanceaban: era un buen negocio.
LV V C
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