LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Febrero LATAM 2020

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1 2 : LV V C la canasta metálica en la que se elevaba, se dio paso a través de Richard y, desde su cabeza, saltó de regreso al cable, completando el circuito. Aturdido, Richard cayó de rodillas, sin aliento. Después de varios minutos, sintió el aire. Pero cuando se levantó, se desmayó, cayendo desde la canasta y aterrizó, quieto y roto, en la calle. Varias personas que trabajan en un edificio de oficinas al otro lado de la calle fueron testigos del accidente, e inmediatamente llamaron a una ambulancia. Richard fue llevado a un hospital en las cercanías de Danville, donde los médicos intentarían estabilizar su condición. Mientras tanto, los padres de Richard habían sido notificados y se les advirtió que las probabilidades estaban en contra de que él sobreviviera el vuelo. Richard sobrevivió el traslado. Pero, al llegar al hospital, fue declarado muerto. Y permaneció muerto durante 20 minutos. El hombre con barba larga y cabello largo "Lo siguiente que recordé fue estar acostado en una cama con alguien que golpeaba mi pecho", recuerda Richard. "Me estaban haciendo maniobras de reanimación." De repente, se halló de pie al lado de la cama, viendo cómo lo resucitaban. Parados junto a él vio a su abuelo y abuela. Su abuelo había muerto en 1994, a los 92 años, y su abuela había falleció dos años después, en 1996, a los 94 años. Richard había sido muy cercano a ellos. "Un hombre con una gran barba y cabello largo estaba allí con ellos", recuerda Richard. "Curiosamente, no tuve que comunicarme con ellos. Si pensaba algo, me respondían." ¿Qué están haciendo ustedes aquí? pensé. "Acabamos de venir a ver cómo estás." ¿Quién es el hombre de barba grande y cabello largo? "Es Jesús." En ese momento, Richard dijo que el hombre al que llamaron Jesús le preguntó: ¿Quieres venir con nosotros o quedarte aquí? "Me quedé allí pensando en su pregunta. Pensé en mis empleados que dependían de mí por un trabajo. Sobre todo, pensaba en mis padres que tenían 76 años. Pensé en lo difícil que sería para ellos perderme ahora." "Me quedaré aquí", le respondí. "Iré con ustedes más tarde, cuando sea viejo." Al instante, Richard volvió a su cuerpo. Su madre, al ver signos de vida, gritó de alegría. "¡Mira! ¡Su corazón está latiendo de nuevo!" El personal médico trabajó con ahínco para estabilizarlo lo suficiente como para trasladarlo a otro hospital, uno que tuviera una unidad de quemados. Evaluaron sus heridas mientras trabajaban. Richard había sido impactado por 7.200 V de electricidad que habían quemado y provocado un agujero de 5 cm de diámetro en su cerebro. Tenía una lesión cerebral traumática y fue declarado con muerte cerebral. Su mano tenía un agujero quemado que la traspasaba. Su muñeca también estaba quemada. La caída había destrozado el lado izquierdo de su rostro, y su cadera estaba rota en dos lugares. Probablemente, Richard no sobreviviría al vuelo, especularon los médicos. Si sobreviviera, no podría volver a sentarse, pararse, caminar, hablar o reconocer a nadie. Después de que los médicos pasaran seis horas para estabilizarlo, Richard fue cargado en un heli- cóptero para ser transportado a la unidad de que- mados del Hospital Lehigh Valley en Allentown. En el camino, murió de nuevo. Fue resucitado por segunda vez y llegó vivo al hospital. Cuando lo pusieron en soporte vital, todo parecía alinearse con lo que los médicos habían predicho: muerte cerebral. La herida en su cabeza requirió 44 "Como colaborador de KCM, había estado leyendo la revista LVVC, viendo la transmisión diaria y leyendo el libro devocional de Kenneth y Gloria De fe a fe durante años. La mañana del accidente había leído el devocional. Sabía lo que tenía que hacer para mejorar. "

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