LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Febrero LATAM 2020

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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sembrar e incrementará los frutos de su justicia [que se manifiesta en bondad activa, amabilidad y caridad]. Por lo tanto, serán enriquecidos en todas las cosas y en todos los sentidos, para que puedan ser generosos, y [su generosidad]… traerá acción de gracias a Dios» (versículos 10-11, AMPC). ¡Ahora, Jesús es nuestro Sumo sacerdote! Nos ha librado de la pobreza de una vez por todas, nos ha convertido en coherederos de todo lo que posee, y ahora nos está ministrando Su abundante provisión. Él te dará semillas para sembrar, comida para comer, ropa para vestir, un ministerio poderoso, ¡y lo financiará todo! Él te ministrará LA BENDICIÓN de Abraham y, como dice Proverbios 10:22: «La bendición del Señor es un tesoro; nunca viene acompañada de tristeza.» Activa los fundamentos de la fe y recibe "Bueno", podrías decir, "he sabido durante años que la voluntad de Dios es que prospere financieramente, pero hasta ahora no lo ha hecho. ¿Qué está esperando?" ¡A ti! Él ya ha cumplido Su parte. Ahora es tu turno de recibir lo que Él ya ha provisto, y como ya lo hemos establecido, lo haces por medio de la fe. Lo haces no solo conociendo la voluntad de Dios sino además al poner en funcionamiento los principios básicos de fe que Él estableció en Su PALABRA. He denominado a estos principios los fundamentos de la fe, y el primero de ellos se revela muy claramente en Marcos 11:22-25, donde Jesús dijo: «Tengan fe en Dios. Porque de cierto les digo que cualquiera que diga a este monte: "¡Quítate de ahí y échate en el mar!", su orden se cumplirá, siempre y cuando no dude en su corazón, sino que crea que se cumplirá. Por tanto, les digo: Todo lo que pidan en oración, crean que lo recibirán, y se les concederá. Y cuando oren, si tienen algo contra alguien, perdónenlo.» Creer en nuestros corazones y declararlo con la boca es el primer fundamento de la fe. ¿Qué debemos creer y declarar? La palabra de Dios. De acuerdo con 2 Corintios 4:13: «Pero en ese mismo espíritu de fe… nosotros también creemos, y por lo tanto también hablamos.» Esto es lo que hizo la mujer en Marcos 5. Después de sufrir un problema de hemorragia durante 12 años que la había arruinado tanto física como económicamente, escuchó la buena noticia de que Jesús era ungido de Dios. Ella lo creyó, y cuando logró dar con Su paradero: «…se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó el manto. Y es que decía: «Si alcanzo a tocar aunque sea su manto, me sanaré.» Y tan pronto como tocó el manto de Jesús, su hemorragia se detuvo, por lo que sintió en su cuerpo que había quedado sana de esa enfermedad. Jesús se dio cuenta enseguida de que de él había salido poder. Pero se volvió a la multitud y preguntó: «¿Quién ha tocado mis vestidos?»… Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en sí había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva: ve en paz, y queda sana de tu azote.» (versículos 27-30, 33-34 RVA). Nota que Jesús no dijo: "Tu fe te ha sanado". Él dijo: "Tu fe te ha hecho salva". ¡Eso es significativo! Al haber gastado todo su dinero en médicos, la mujer estaba completamente en la ruina cuando vino a Jesús. Si simplemente hubiera sido sanada, todavía habría estado sumida en la pobreza. Pero ella creía en su corazón y dijo con su boca que se sanaría, y por ende fue salva, ¡tanto física como financieramente! También actuó sobre lo que creía, que es el segundo fundamento de la fe. LV V C : 5 Según el libro de Santiago: «Lo mismo sucede con la fe: si no tiene obras, está muerta.». Entonces, para que nuestra fe produzca resultados, debemos: «[poner] en práctica la palabra, y no se limiten sólo a oírla, pues se estarán engañando ustedes mismos.» (Santiago 2:17, 1:22). Debemos actuar como si LA PALABRA fuera verdadera. Si la mujer con el flujo de sangre no hubiera actuado, su historia habría terminado de manera diferente. Si se hubiera quedado en casa diciendo: desearía poder llegar a Jesús, pero no puedo. Estoy demasiado enferma y podría ser apedreada por salir en público con un problema de sangre, no se habría sanado. Ella habría muerto allí mismo, en su casa. Pero ella eligió ser una hacedora de LA PALABRA de Dios. Ella creyó, habló y actuó al respecto, y como resultado, la voluntad de Dios fue establecida en su vida. Lo mismo puede pasar en tu vida. No importa cuántos obstáculos financieros puedas enfrentar en este momento o cuán montañosos parezcan. Jesús dijo que la fe en Dios moverá montañas, y ahora que conoces la voluntad de Dios para ti económicamente, puedes poner tu fe a trabajar. Puede alimentarla con la PALABRA, operar de acuerdo con los fundamentos de la fe y aprovechar tu herencia como un creyente próspero. Entonces, adelante, ¡hazlo! Ten fe en que Dios: «hará que toda gracia (cada favor y bendición terrenal) llegue a ti en abundancia, para que siempre y bajo todas las circunstancias y en lo que sea necesario seas autosuficiente [poseas lo suficiente como para no necesitar ayuda o apoyo y estés provisto en abundancia para cada obra y donación caritativa]» (2 Corintios 9:8, AMPC). Créelo. Decláralo. ¡Actúa basado en ello como un dador alegre, predispuesto a dar, y verás la bondad abundante del SEÑOR!

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