LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Abril LATAM 2020

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

Issue link: http://read.uberflip.com/i/1235814

Contents of this Issue

Navigation

Page 24 of 31

Cuando aparecían los síntomas, no nos considerábamos personas enfermas tratando de sanar. Nos considerábamos sanos, y que nuestro enemigo Satanás estaba tratando de enfermarnos. Luego ¡respondíamos al mantenernos firmes en la fe de que la Palabra de Dios es verdadera! Libra la Buena Batalla Puedo decirte, tanto de la Palabra como de la experiencia, que mientras estés en esta tierra, si quieres vivir en LA BENDICIÓN deberás defender lo que Jesús ya ha obtenido para ti. No tendrás que hacer eso en el cielo porque el diablo y su oscuridad no estarán presentes. Pero, aquí, donde el diablo deambula buscando a quién puede destruir, debes librar la buena batalla de la fe. Debes creer y actuar según lo que dice Santiago 4:7: «Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes.» ¿Cómo resistes al diablo? No lo haces peleando con él físicamente. Ya que no es un ser físico de carne y hueso, no puedes golpearlo con el puño ni usar armas naturales contra él. Pero sí puedes tomar autoridad sobre él en el Nombre del Señor Jesús y decirle lo que puede y no puede hacer en tu vida. Puedes hablar la Palabra de Dios y decir tal cual lo hizo Jesús: "¡Escrito está!" (Lee Mateo 4:4-11). Cuando haces eso, el diablo no tiene otra opción que huir. Él no tiene ninguna defensa contra la Palabra de Dios, la cual es un arma espiritual invencible; es «viva y eficaz, y más cortante que las espadas de dos filos.» (Hebreos 4:12). ¡La Palabra escrita de Dios no es solo un libro! Salió de Su propia boca. Contiene dentro de sí el poder sobrenatural para hacerse realidad. Cuando declaramos las palabras de Dios por fe, éstas operan para nosotros tal como lo hacen para Él. No solo ponen al diablo y sus fuerzas oscuras a huir, sino que liberan el poder divino necesario para producir la voluntad de Dios en la tierra como en el cielo. Eso es lo que sucedió en la Creación. Según Génesis 1: «La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas cubrían la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. Y dijo Dios: «¡Que haya luz!» Y hubo luz.» (versículos 2-3). ¡Piénsalo: las Palabras de Dios crearon todo el universo! Por fe, llamó «las cosas que no existen, como si existieran.» (Romanos 4:17), y lo que dijo sucedió. Así es como Él lo hace todo. ¡Es la forma en que Él mismo opera, y así es como nosotros, Sus hijos, también debemos operar y vivir en victoria! Jesús confirmó esto en Marcos 11:22-23. «Tengan fe en Dios», dijo (o como dice una traducción, Tengan la fe de Dios). «Porque de cierto les digo que cualquiera que diga a este monte: "¡Quítate de ahí y échate en el mar!", su orden se cumplirá, siempre y cuando no dude en su corazón, sino que crea que se cumplirá.» "Pero no me gusta ese asunto de la confesión de la fe", podrías decir. "No me siento cómodo diciendo que soy próspero cuando mi cuenta bancaria está vacía, o que estoy sano cuando me siento enfermo. ¿Realmente tengo que hacerlo?" No, no tienes que hacerlo. Pero tampoco tienes que caminar en salud divina y abundancia sobrenatural. Si quieres, puedes elegir hablar de incredulidad y dejar que el diablo te siga robando. Pero, para vivir BENDECIDO, debes creer Y hablar la Palabra de Dios, porque así es como Dios diseñó la fe para que funcione. ¡Llamar las cosas que no son como si fueran es el plan de dominio de Dios! Así vivió Jesús cuando estuvo en la tierra. Así es como Abraham vivió en su época, y cómo él y Sara tuvieron el hijo que Dios les prometió. En lo natural, tener un hijo parecía algo imposible. Abraham tenía más de 100 años, y Sara tenía 90 y siempre había sido estéril. Sin embargo, le creyeron a Dios Su Palabra y comenzaron a declararla sobre sí mismos. Miraron más allá de sus circunstancias, más allá de sus viejos cuerpos y de los años de esterilidad, y en cambio vieron la promesa de Dios. Aunque no se imaginaba cómo podría suceder, Abraham comenzó a llamarse a sí mismo "padre de muchas naciones", tal como lo hizo Dios. Y, efectivamente, en eso mismo se convirtió. Como creyentes, podemos tener la misma experiencia. Podemos creer y declarar la Palabra de Dios y verlo hacer lo imposible en nuestras vidas. Podemos salir de las peores situaciones y llegar a un lugar de victoria total. Es posible que en este momento no podamos ver de forma natural cómo pueda suceder. Cuando miramos a nuestro alrededor con nuestros ojos físicos, es posible que no veamos ninguna forma en que la liberación y la victoria puedan llegar. Pero Dios siempre tiene una salida para nosotros. Él «hace que siempre triunfemos en Cristo» (2 Corintios 2:14, RVA-2015) y hace cumplir Sus promesas bíblicas en nuestras vidas. Solo tenemos que mantener un espíritu de fe. Solo tenemos que seguir el ejemplo de Abraham, mantener la Palabra en dos lugares y no fijarnos «…en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.» (2 Corintios 4:18). La fe no mira los síntomas o las circunstancias. Sólo mira lo que Dios dijo. Se mantiene enfocada en Su Palabra eterna e inmutable y sigue declarándola hasta que se manifieste por completo. Así que sin importar lo que ocurra a tu alrededor, mantén tus ojos en la Palabra. No la mires de vez en cuando. No esperes hasta que estés en crisis y necesites un milagro inmediato. Centra tu vida alrededor de la Palabra todo el tiempo. Si practicas vivir de esa manera todos los días, en aquellas ocasiones en que necesites milagros, estarás bien posicionado para recibirlos. Sin embargo, no los necesitarás con tanta frecuencia, porque ya no vivirás de crisis en crisis. VIVIRÁS DIARIAMENTE COMO VENCEDOR DEL MUNDO EN LA ABUNDANTE BENDICIÓN DE DIOS.

Articles in this issue

Archives of this issue

view archives of LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Edición Abril LATAM 2020