Si somos fanáticos de los deportes, nos
emocionamos tanto cuando nuestro equipo
favorito gana un gran partido, que pensarías que
ganar realmente nos traería algo bueno. Pensarías
que pondría dinero en nuestras cuentas bancarias,
sanaría nuestros cuerpos o solucionaría problemas
importantes en nuestras vidas.
Sin embargo, al día siguiente cuando nos
despertemos, todo será más o menos igual. La
emoción de esa victoria se habrá esfumado y nos
habremos olvidado, porque ese tipo de victoria
no tiene ningún impacto duradero. Realmente no
tiene un poder transformador en nuestra vida.
Sin embargo, hay una clase de victoria que sí lo
hace.
Es la victoria en Dios que nos pertenece como
creyentes. Primera de Juan 5:4 la llama: «la victoria
que ha vencido al mundo: nuestra fe.» y hará por
nosotros todo lo que necesitemos. Es real: ¡su
impacto es duradero y todos deberíamos estar
extremadamente entusiasmados!
Cuando nuestro equipo gana el campeonato
no es ni siquiera una montañita de frijoles en
comparación con lo que la fe vencedora del
mundo puede hacer por nosotros. De hecho,
sanará nuestros cuerpos, pondrá dinero en nuestras
cuentas bancarias y solucionará problemas grandes
y pequeños en nuestras vidas. No solo nos hará
felices temporalmente; nos dará razones para
alegrarnos todo el tiempo.
por Gloria Copeland
victoria
LA
QUE VENCE AL MUNDO
A la gente de todas partes le gusta ganar. No importa quiénes somos,
nuestra raza o cuáles sea nuestro origen: a todos nos gusta estar del
lado victorioso, sea lo que esté sucediendo.
CONSEJOS
PRÁCTICOS
LV V C
:
2 7
1
Como creyente,
eres un ganador
nacido
sobrenaturalmente.
1 Juan 5:4
2
Tienes dentro de
ti el tipo de fe de
Dios que creó el
universo.
Romanos 12:3
3
Debido a que Dios
es tu Padre y tienes
Su vida dentro de
ti, tienes victoria
sobre el pecado
y el diablo.
1 Juan 5:18
4
Dios es luz, y aunque
este mundo yace
en la oscuridad, hay
luz donde estás
porque el Espíritu
de Dios está en ti.
Mateo 5:14
5
Así como Dios creó
este universo por fe,
puedes crear tu mundo
creyendo y hablando
Su Palabra sobre
tu vida.
Marcos 11:23
C