LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Octubre LATAM 2020

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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1 4 : LV V C bendijo, sino que cambió mi percepción de una manera que ha impactado mi vida desde aquel entonces. El fruto del espíritu producirá una base sólida para la victoria. No sé lo que pienses, pero personalmente quiero terminar mi vida como una vencedora. Cuando llegue el día de la recompensa, quiero escuchar a Jesús decir: "¡Bien hecho, mi buen y fiel siervo!" Estoy segura de que tú también lo deseas. Sin embargo, para que eso suceda, tendremos que seguir creciendo constantemente en el fruto del espíritu. Partícipes de la naturaleza divina Podrías preguntarte: "¿cómo hago para caminar consistentemente en el poder del fruto del espíritu de manera práctica?" Lo primero que hacemos es ir a la Biblia para ver lo que Dios tiene que decir sobre el tema. Un pasaje que he estudiado bastante es 2 Pedro 1:3-11. Dice que: Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder [de Dios], mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. Por medio de ellas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas ustedes [nosotros] lleguen a ser partícipes de la naturaleza divina, puesto que han huido de la corrupción que hay en el mundo por causa de los malos deseos (versículos 3-4). Estos versículos nos ayudan a entender el proceso al decirnos que la piedad (que es otra forma de describir el fruto) viene a través del conocimiento del Señor. Dios ya ha provisto a cada creyente nacido de nuevo con todo lo requerido para producir fruto espiritual. Cuanto mejor lo conozcamos, mayor revelación tendremos de Su naturaleza divina que habita en nosotros. Cuanto mejor comprendamos Su naturaleza, más podremos participar de ella, y nos volveremos más libres de la corrupción de este mundo. El pasaje continúa diciendo: También, poniendo toda diligencia por esto mismo, mostrad en vuestra fe virtud, y en la virtud ciencia; Y en la ciencia templanza, y en la templanza paciencia, y en la paciencia temor de Dios; y en el temor de Dios, amor fraternal, y en el amor fraternal caridad. Porque si en vosotros hay estas cosas, y abundan, no os dejarán estar ociosos, ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo… Por lo cual, hermanos, procurad tanto más de hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será abundantemente administrada la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (versículos 5-8, 10-11, RVA). Si alguna vez necesitas inspiración para caminar en el fruto del espíritu, vuelve a leer esos versículos con frecuencia. Nos enumeran muchos beneficios maravillosos. Cuando abundas en el fruto, entras en lo mejor que Dios tiene planeado para ti. Operar en ellos te da el poder de cumplir tu llamado divino. Permanecerás espiritualmente seguro y evitarás caídas destructivas. Lo mejor de todo es que, según estos versículos, cuando hayas terminado tu asignación terrenal, ¡disfrutarás de una entrada abundante al reino eterno de Dios! ¿Qué significa tener una entrada abundante en Su reino? Por un lado, significa que no llegarás al cielo por un pelo. Y no llegarás con las manos vacías sin nada que mostrar del estilo de vida que viviste aquí. Cuando salgas de este reino natural al reino de la gloria porque cultivaste y caminaste en el fruto del espíritu aquí en la tierra, tendrás recompensas eternas aguardándote. Tendrás una gran fiesta de recibimiento para darte la bienvenida. Mucha gente se aglomerará a tu alrededor diciéndote lo contentos que están de verte. Habrá familiares y amigos presentes. Las personas a las que has amado y a las que has ministrado celebrarán tu llegada al cielo y te dirán cómo, mientras estaban en la tierra, ¡fueron influenciadas por todo el fruto del espíritu que observaron en tu vida! El fruto + los Dones = Máximo Poder Los dones del Espíritu son emocionantes y espectaculares, y la Iglesia definitivamente los necesita (1 Corintios 12:7-11). Son extremadamente valiosos. Pero, a diferencia del fruto, los dones no se manifiestan cuando tú quieres. No puedes levantarte todas las mañanas y decir: "Creo que hoy caminaré en la palabra de sabiduría y en el don de los milagros." No; los dones se manifiestan solo según la voluntad del Espíritu Santo (1 Corintios 12:11). Funcionan solo en determinadas situaciones. No puedes vivir de los dones. Las personas que lo intentan terminan metiéndose en problemas. Todos hemos escuchado las historias. Hemos escuchado acerca de cristianos que hablan en lenguas y que profetizaban regularmente en la iglesia los domingos y, sin embargo, de alguna manera, terminaron cayendo en un estilo de vida pecaminoso. Incluso hemos escuchado, en ocasiones, acerca de un ministro de Dios verdaderamente ungido que tuvo grandes sanaciones y milagros en sus reuniones y luego se involucró en algún tipo de asunto ilícito. ¿Qué fue lo que abrió la puerta a esas tragedias? ¿Cómo es posible que tales creyentes aparentemente espirituales terminen tan mal? La respuesta es simple. Esos creyentes operaban con dones espirituales, pero no tenían mucho fruto espiritual. Así que no tenían la fuerza para vencer las presiones de la tentación. Como resultado, cuando el diablo los persiguió, sucumbieron a su ataque. Terminaron tomando un desvío carnal que los dejó náufragos y les robó parte del propósito de Dios para su vida. ¡Ningún creyente tiene la intención de terminar de esa manera! Pero, si no aprendemos a caminar en el poder de nuestra naturaleza divina, nos puede pasar a cualquiera de nosotros. Por eso no queremos centrarnos en los dones. Aunque es bíblico y bueno «procurar

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