LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Octubre LATAM 2020

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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irreprensibles» (Colosenses 1:12-13, 19-22). ¡A eso le llamo estar BENDECIDO! En esos versículos podemos apreciar que Dios ya lo ha hecho todo por nosotros. Realmente somos nuevas creaciones en Cristo. Solo tenemos que empezar a pensar y actuar como tales. ¡Solo tenemos que comenzar a decirle no a las mentiras del diablo y decirle "sí y amén" a la verdad de la PALABRA de Dios! Obstáculo Nº 2: Falta de comprensión de la Justicia «Al que no cometió ningún pecado, por nosotros Dios lo hizo pecado, para que en él nosotros fuéramos hechos justicia de Dios.» 2 Corintios 5:21 Este segundo gran obstáculo para la fe mantiene a más cristianos en esclavitud que cualquier otra cosa: no han comprendido que han sido hechos la justicia de Dios en Cristo. Es posible que lo hayan oído predicar. Es posible que hayan leído versículos al respecto en la Biblia. Sin embargo, se perdieron la revelación porque realmente no saben lo que significa la justicia. Debido a que rara vez se usa fuera de la iglesia, la mayoría de los cristianos piensan que la justicia es solo una palabra pasada de moda que se refiere a ser lo suficientemente correcto religiosamente hablando para ganarse la aprobación de parte de Dios. Kenneth E. Hagin, quien me enseñó acerca de la fe, solía decir que eso era lo que pensaba en sus primeros años como cristiano. Leía en Santiago 5:16 que «la oración del justo es muy poderosa y efectiva», y pensaba: Si tan solo pudiera llegar a ser justo, ¡Sería un verdadero genio de la oración! Luego sacudía la cabeza porque pensaba que le tomaría dos vidas hacer lo suficiente para estar bien ante los ojos de Dios. Solía pensar lo mismo porque eso es lo que nos ha enseñado el mundo religioso. ¡Pero el sistema religioso está equivocado! Lo descubrí cuando finalmente recibí la revelación de que soy la justicia de Dios en Cristo y grabé una canción al respecto. Las estaciones de radio cristianas (que en ese entonces todavía estaban esclavizadas por la religión) se negaban a transmitirla. Para ellos, eso sonaba como una herejía. ¡Dios los bendiga! Los disc jockeys en esas estaciones eran buenas personas pero, tal como yo, la mayoría de ellos habían sido criados en iglesias donde el único versículo que todos conocíamos era Romanos 3:23: «Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios». ¡Es un versículo muy triste cuando lo sacas fuera de contexto! Nos da la impresión de que todos nacer de nuevo ya no existe. En el momento en que recibiste a Jesús como tu SEÑOR y Salvador, ese viejo pecador murió y te convertiste en una nueva creación, un ser o una especie nueva que nunca existió antes. Si eras un asesino, ese asesino falleció. Esa vieja identidad fue borrada para siempre. Renacido a la imagen de Jesús, ya no eres un asesino (o un adúltero, un mentiroso o cualquier tipo de pecador que solías ser) así como Jesús tampoco lo es, porque has sido recreado por Dios. Espiritualmente has sido hecho completamente nuevo. "Pero hermano Copeland, ¿no debería aún sentir pena por mi pasado pecaminoso?" No. Debes olvidarlo y verte a ti mismo como una nueva criatura tal como lo hace Dios. Nunca mirarías a un bebé recién nacido de forma natural y dirías: "Oh, es una cosita dulce, pero ¿no se avergüenza de su pasado?" Eso no tendría sentido; sería completamente ilógico. Un bebé no tiene pasado, y cuando naces de nuevo en el reino de Dios, tampoco lo tienes. Así que rehúsate a mirar hacia atrás. En cambio, concéntrate en la persona que eres ahora mismo. No solo tus pecados han sido borrados por la preciosa sangre de Jesús, sino que ahora tienes en tu interior Su propia naturaleza. Él ha entrado en tu espíritu y ha traído consigo Su fe, Su justicia, Su amor, Su perdón y todos Sus demás atributos. ¡Has renacido en la grandeza! Según la Biblia: «han nacido de nuevo, y no de una simiente perecedera, sino de una simiente imperecedera, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.» (1 Pedro 1:23). Eres: «linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien los hechos maravillosos de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.» (1 Pedro 2:9). Eres uno de los que pueden decir junto al apóstol Juan: «Él (Jesús) nos amó; con su sangre nos lavó de nuestros pecados, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre.» (Apocalipsis 1:5-6). Repite esto en voz alta ahora mismo: "¡Soy un rey y un sacerdote!" Eso es lo que somos todos, como creyentes. Somos realeza espiritual, nacidos de nuestro Padre celestial «que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; y que también nos ha librado del poder de la oscuridad y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo… porque al Padre le agradó que en él habitara toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas… en su cuerpo físico, por medio de la muerte, para presentárselos a sí mismo santos, sin mancha e CONSEJOS PRÁCTICOS 1 0 : LV V C 1 Como creyente, no eres tan solo un antiguo pecador salvo por la gracia. (2 Corintios 5:17) 2 En Cristo, has nacido para cosas grandes. (1 Pedro 2:9) 3 Tienes el mismo derecho que Jesús delante de Dios. (2 Corintios 5:21) 4 La justicia no es algo que se gane. Fuiste hecho justo cuando recibiste a Jesús como tu Señor y Salvador. (Romanos 5:17) 5 Dios te ama y te estima tanto que te ha hecho Su propia morada. (2 Corintios 6:16) C

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