LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Noviembre 2020

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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en este mundo dos de ustedes se ponen de acuerdo en lo que piden, mi Padre, que está en los cielos, se lo concederá.» ¡Esa es una forma poderosa de orar! Pero no puedes orar con éxito de esa manera si, justo después de decir: "Amén", vuelves a tu vida de conflicto. Para que tus oraciones sean efectivas, deberás cultivar un estilo de vida de amor y acuerdo. Deberás desarrollar el hábito de la dulzura y la amabilidad mutua. Deberás establecer como objetivo matrimonial una vida de armonía y de amor. Al hacerlo, no solo tus oraciones serán contestadas, sino que nunca contemplarás el divorcio. El tema ni siquiera surgirá. Cuando los esposos y las esposas se aman con el amor de Dios, no quieren separarse… ¡quieren estar juntos! Quieren seguir disfrutando de la compañía del otro. Mantener los conflictos fuera de tu hogar también beneficiará a tus hijos porque, para bien o para mal, siempre estamos modelando patrones para ellos. Naturalmente, los hijos tienden a reproducir lo que ven en nuestras vidas y, cuando crezcan, su hogar probablemente será muy parecido al nuestro. Incluso los niños a los que no les gusta cómo son las cosas en el hogar donde se criaron, generalmente terminan siguiendo el ejemplo de sus padres. Los niños que crecen con padres alcohólicos, por ejemplo, probablemente también tengan problemas con el alcohol. Los niños que crecen siendo abusados, a pesar de que odian ser sometidos a él, a menudo perpetuarán ese abuso con sus propios hijos. Ya sea que vivas para Dios o vivas para el diablo, estás dejando una herencia para tus hijos y nietos. Así que proponte dejarles una herencia de amor, paz y bienestar. Enséñales a tratar la contienda como a un enemigo y a vivir en armonía y amor en el hogar. Protege tu reputación espiritual Adicionalmente, debemos lidiar con la contienda y tratarla como un enemigo en la iglesia local. Si Satanás se las arregla para provocar conflictos en medio de una congregación, podrá despojar a esa asamblea de creyentes de su efectividad e influencia para Dios en la Tierra. Podrá usar sus conflictos interpersonales para desprestigiar al cristianismo como un todo. Debemos ser reconocidos en el mundo por la forma en que nos amamos ( Juan 13:35). Entonces, cuando la contienda estalla en medio de nosotros, ésta daña nuestra reputación espiritual. Se convierte en una herramienta viable que el diablo puede utilizar para convencer a la gente de que el cristianismo es tan solo otra religión sin vida auténtica y carente de todo poder. ¡La contienda es un arma poderosa de Satanás! Tiene el potencial de detener al Cuerpo de Cristo porque todo lo que hacemos para Dios debe hacerse por fe. Dado que la fe obra por el amor, los creyentes no pueden estar ambos en contienda y en fe al mismo tiempo. Por lo tanto, la contienda puede paralizar el avivamiento en la faz de la Tierra. Puede evitar que los creyentes crezcan espiritualmente, sean testigos de Jesús y, en consecuencia, frustrar el avance del reino de Dios. «Porque toda la Ley [concerniente a las relaciones humanas] se cumple en un solo precepto: Amarás a tu prójimo como [te amas] a ti mismo. Pero si se muerden y devoran mutuamente [en contiendas partidistas], tengan cuidado de que [tú o toda tu comunidad] no se consuman entre ustedes.» (Gálatas 5:14-15, Biblia Amplificada, Edición Clásica). ¡Ese sí que es un adversario peligroso! La contienda es un enemigo que puede hacer que toda una iglesia sea consumida. Pondrá a congregaciones enteras bajo el pulgar de Satanás. Podrá hacer que dejemos de caminar en el espíritu y que nos sumamos en el ámbito de la carne. Sin embargo, de alcanzar la armonía y el acuerdo, estaremos manifestando esos frutos. Derrotaremos al diablo en todo momento porque el acuerdo nos sacará de la carne y nos regresará al ámbito del espíritu. Permitirá que nuestra fe obre para que todo lo que pidamos en oración nos sea hecho (Mateo 21:22). ¡El acuerdo es la respuesta de Dios para neutralizar la contienda! Es una jugada estratégica contra la ofensiva del diablo que nos permite «vencer el mal con el bien» (Romanos 12:21), manifestando la presencia de Dios entre nosotros. Mientras más promovamos una atmósfera de armonía en la Iglesia, Su poder se derramará con mayor intensidad a través de nosotros porque Dios podrá confiar en que no lastimaremos a nadie. Por esa razón Ken y yo estamos tan atentos para mantener los conflictos por fuera de nuestro ministerio. Ya hemos experimentado lo que puede suceder cuando llega alguien con una personalidad propensa a los conflictos. Esa persona puede hacer que la contienda estalle donde quiera que vaya. En ocasiones hemos tenido algunas personas que lo hicieron y que debieron ser removidas. A pesar de amarlos, seguimos las instrucciones de Romanos 16:17, que dicen: «Tengan cuidado con los que causan divisiones… Manténganse lejos de ellos.» (NTV). ¡No podemos permitirnos tener divisores en nuestro equipo! Para que LA BENDICIÓN de Dios opere en este ministerio en su plenitud, tenemos que mantenernos en armonía. Si hubiera un conflicto interno, la unción sencillamente no fluirá como debería. No esperes que Dios manifieste Su gloria en una atmósfera llena de la contienda. Él la aborrece. Como dice Proverbios 6:16-19: «Hay seis, y hasta siete cosas que el Señor detesta con toda el alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente,la mente que maquina planes inicuos, los pies que se apresuran a hacer el 3 0 : LV V C "Seremos reconocidos en el mundo por la forma en que nos amamos."

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