LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.
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cielo y la Tierra. Hemos sido levantados para sentarnos con Jesús en lugares celestiales, muy por encima de todo principado y potestad (Efesios 2:6). Hemos recibido abundancia de gracia y el don de la justicia para que podamos reinar como reyes en la vida (Romanos 5:17). ¡Todas las cosas son nuestras (1 Corintios 3:21) porque a través de Jesús hemos heredado LA BENDICIÓN del SEÑOR! Alcanzado Deuteronomio 28 describe exactamente lo que nosotros, como BENDITOS, debemos esperar. El capítulo comienza con un recordatorio de que caminamos en LA BENDICIÓN al escuchar y obedecer diligentemente la voz del SEÑOR. Mientras lo hacemos: «el Señor tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Si escuchas la voz del Señor tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti, y te alcanzarán: «Bendito serás tú en la ciudad, y bendito en el campo… Bendito serás cuando entres, y bendito cuando salgas.» (versículos 1-3, 6). En otras palabras, ¡serás BENDECIDO en todas partes, todo el tiempo! «Bendito será el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, y las crías de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.» (versículo 4). Los rebaños en los tiempos del Antiguo Testamento eran animales de trabajo. En nuestros días, el ganado sería cualquier equipo necesario para realizar un trabajo. Podría representar automóviles, camiones, tractores, aviones o lo que sea que necesites. «El Señor derrotará a tus enemigos que se levanten contra ti. Por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de ti.» (versículo 7). Cuando, como BENDITOS, resistimos al diablo, él huye de nosotros (Santiago 4:7). ¡Eso significa que comienza a buscar en todas direcciones una puerta de escape! Me gusta la forma en que John Osteen solía describirlo. Él decía que, cuando los demonios venían por la calle de su casa, si alguno de ellos era ingenuo señalaría su casa y querría entrar, momento en que los otros demonios con más experiencia le dirían: "¡No! No entres en esa casa. ¡Esa gente te hará daño!" John siempre predicaba que, como creyentes, debemos causarle tantos problemas al diablo que, cada mañana, cuando abrimos los ojos, él diga: "¡Oh, no! ¡Están despiertos otra vez!" «El Señor enviará su bendición sobre tus graneros y sobre todo aquello en que pongas tu mano, y te bendecirá en la tierra que el Señor tu Dios te da.» (Deuteronomio 28:8). Parte de LA BENDICIÓN es tener la gracia de Dios contigo en gran manera para hacer lo que Él te ha llamado a hacer. Si estás llamado a enseñar en el colegio, con LA BENDICIÓN sobre ti, podrás revolucionar el sistema escolar. Si tu llamado son los negocios, incluso si tienes que comenzar barriendo, LA BENDICIÓN podrá darte soluciones a todos los problemas y convertirte en alguien indispensable para la empresa con el potencial de terminar como dueño . ¿Recuerdas a José en el Antiguo Testamento? Comenzó como esclavo en la casa de Potifar y LA BENDICIÓN lo hizo tan valioso que terminó a cargo de toda la propiedad. Lo mismo sucedió cuando lo metieron en prisión. Los carceleros vieron lo capaz que era y lo pusieron al mando de las instalaciones. «El Señor te confirmará como su pueblo santo, tal y como te lo ha jurado, siempre y cuando cumplas los mandamientos del Señor tu Dios, y sigas sus caminos. Todos los pueblos de la tierra verán que el nombre del Señor es invocado sobre ti, y te temerán.» (versículos 9-10). Los caminos de Dios son los caminos del amor. Cuando caminas en amor y en LA BENDICIÓN de Dios, la gente notará que hay algo especial en ti. Dondequiera que vayas, mejorarás ese lugar. Si Dios te llama a mudarte a un barrio viejo y andrajoso, donde todos son malos contigo, obedeces y vas allí de buena gana y te conviertes en el agente de cambio de Dios. Llevas contigo el amor y la BENDICIÓN de Dios a esas personas, oras por ellos y cambias el vecindario como resultado. Eso es lo que hizo Isaac en Génesis 26 cuando la hambruna golpeó la tierra de Canaán. Bajo la dirección de Dios, se quedó allí y prosperó en medio de las circunstancias. Para conseguir el agua que necesitaba para cultivar, cavaba un pozo y hallaba agua; luego, sus vecinos se lo robaban, así que él cavaba uno nuevo. Siguió cavando pozos hasta que finalmente todo el lugar floreció. Entonces todos pensaron que la hambruna había terminado, así que decidieron echarlo de la ciudad. Cuando lo hicieron, la hambruna volvió a golpear con fuerza. Entonces corrieron tras él, le rogaron que regresara y le pidieron que hiciera un pacto con ellos. ¿Por qué? ¡Por LA BENDICIÓN del SEÑOR! «En el país que el Señor juró a tus padres que te daría, el Señor hará que sobreabundes en bienes, y en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tus animales, y en el fruto de tu tierra.» (versículo 11). Ten en cuenta que las posesiones materiales son "bienes" y no "males" y, como los BENDITOS, debemos tener sobreabundancia de ellos para disfrutar y distribuir. Sin embargo, no se supone que los obtengamos buscándolos, tal como hace el mundo. En cambio, buscamos a Dios y Sus caminos y los bienes nos alcanzan. Una vez llegué a casa después de predicar fuera de la ciudad y encontré un pequeño convertible Mercedes 500 color amarillo en la entrada. Llamé a la oficina para ver de quién era y descubrí que uno de mis colaboradores me lo había regalado. Le pregunté al SEÑOR: "¿Qué está pasando? No creí por esto. Ni siquiera había pensado en un auto como este." El SEÑOR me respondió: ¿Recuerdas que dije: "Todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán?" "Sí, Señor." le contesté. ¡Hijo, te acaba de alcanzar!, me dijo. «El Señor te abrirá su tesoro de bondad, que es el cielo, y en su tiempo te enviará la lluvia a tu tierra, y bendecirá todo lo que hagas con tus manos. Harás préstamos a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado nada.» El Señor te pondrá por cabeza, no por cola. Estarás por encima de todo, nunca por debajo…» (versículos 12-13). ¡Esos versículos describen tu identidad! Tú eres el BENDITO. Renueva tu mente. Edifícate con esos versículos. Piensa en ellos. Decláralos. Practica verte a la luz de ellos hasta que lo primero que digas en la mañana cuando te miras en el espejo sea: "¡Hola, BENDITO!" B V O V : 7