LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Abril LATAM 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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1 2 : LV V C Dolores de crecimiento Al examinar las mesas de productos una vez más, Clyde sonrió al darse cuenta de que no había otro lugar en la tierra en el que preferiría estar, a punto de servir a las personas que habían venido a esta Convención de Creyentes. Estaba viviendo su sueño. Luego, sin previo aviso, su esposa lo abandonó. Su hija, Colette, tenía cinco años. Su hijo, Doug, tenía tres. De repente, Clyde se había convertido en padre soltero. "Lo primero que pensé fue que tenía que mudarme de regreso a Virginia para que mi mamá pudiera ayudarme con los niños", comenta Clyde. "En ese momento, estaba abrumado por un recuerdo. Yo era el mayor de siete hermanos. Después de que mi madre dio a luz al sexto hijo, sufrió un ataque nervioso y fue admitida en un hospital donde permaneció durante siete meses". Debido a que la relación entre los padres de Clyde fue tensa durante la mayor parte de su infancia, el padre de Clyde rara vez estuvo presente en la casa, comenta Clyde. Entonces, no había nadie que cuidara a los niños. "Los niños estábamos divididos entre diferentes miembros de la familia", nos explicó Clyde. "Un día escuché a algunos familiares quejarse de los problemas que la situación acarreaba. El colegio ya había finalizado y era tiempo de vacaciones, así que di un paso al frente y sugerí que nos dejaran ir a casa. Cuidaría de mis hermanos. Estuvieron de acuerdo en intentarlo." "Tenía 10 años y solía ayudar a mi madre con las tareas del hogar. Cocinaba, limpiaba y me ocupaba de los niños. Estaban encantados de estar en casa y volver a estar juntos, algo por lo que todavía me agradecen hasta el día de hoy. Los miembros de la familia nos visitaban con regularidad para asegurarse de que estuviéramos bien." "Mamá se recuperó y regresó a casa a fines del verano. Ella fue un gran estabilizador en nuestras vidas, y todavía lo es. Mientras reflexionaba sobre estas cosas, me di cuenta de que, si podía cuidar de mis hermanos cuando tenía 10 años, con la ayuda de Dios seguramente podría cuidar de mis hijos." "Fue duro. No le conté a nadie lo que había sucedido durante varios meses. Seguí con mi trabajo. Tenía una pequeña placa en mi escritorio que decía: Floreceré donde me han plantado. Durante mucho tiempo me dolió mirarla. A veces, el proceso de crecimiento es doloroso. A menudo pensaba en el Salmo 34:19: «El justo pasa por muchas aflicciones, pero el Señor lo libra de todas ellas.»" "Tenía que creer que, de alguna manera, el Señor me libraría del dolor de esta pérdida." Sin saber qué hacer, o con quién hablar, Clyde finalmente confió en Barry Tubbs, quien era un ministro asociado en KCM, y con su esposa Sue. "Barry y Sue fueron como padres para mí", nos dice Clyde. Dos son mejor que uno Clyde viajaba con el equipo de cruzadas de KCM, y ocasionalmente volaba en el avión del ministerio. Durante ocho años se desempeñó como único ujier en la Escuela de Sanidad de Gloria Copeland. Durante ese tiempo, nunca habló de sus luchas personales con Kenneth o Gloria Copeland. En 1987, cuatro años después del divorcio de Clyde, Kenneth y Gloria estaban celebrando una reunión en el Centro Mabee en Tulsa, Oklahoma. Mientras el coro cantaba, Sue Tubbs se inclinó hacia Gloria y le dijo: "Me gustaría que una de esas jóvenes pudiera casarse con Clyde." "¿Qué?", preguntó Gloria. "Pensé que Clyde estaba casado." "Oh, pensé que Clyde te lo había dicho." Sue le explicó lo que había sucedido. Los ojos de Gloria se llenaron de lágrimas. "Espero que Dios también tenga una esposa para él." Un día, durante la Convención de Creyentes del Suroeste de 1987, Clyde se dio cuenta de que no tendría tiempo para darles de comer a sus hijos antes de que se abrieran las mesas de libros y comenzara la sesión nocturna. Al mirar a su equipo conformado por unos 30 voluntarios, sus ojos se posaron en una mujer en particular. Decidió pedirle ayuda. "¿Te molestaría llevar a mis hijos al hotel Hyatt Regency, comprarles algo de comida y cargarlo en mi habitación?" "No hay problema", le respondió la mujer. Su nombre era Marion. Ella era una farmaceuta de California. "Los niños la pasaron tan bien con Marion que, durante el resto de la convención, decidieron pasar tiempo con ella entre servicios, cuando no estaban en el servicio de niños", recuerda Clyde. "Después de la convención, la llevamos al aeropuerto para que tomara su vuelo de regreso a casa. Cuando el avión despegó, podía escuchar sollozos provenientes del asiento trasero." "¿Qué está pasando ahí atrás?" "Nos gusta Marion", le dijeron Colette y Doug al mismo tiempo. Así, llamaron la atención de Clyde. Marion tuvo un efecto profundo en sus hijos. Decidió que necesitaba conocerla mejor, y comenzó a pasar tiempo con ella por teléfono. Al año siguiente, en marzo de 1988, los dos se casaron. Colette y Doug estaban en la boda. Una bifurcación en el camino Dos años después, en 1990, Clyde y Marion estaban de vacaciones en Florida. Marion vio una lista de trabajos en el Orlando Sentinel y le dijo a A CÓMO USAR SU FE. SÚMATE A CLYDE Y MARION PARA ENSEÑARLE A LOS CREYENTES ® El Señor le había ordenado a Clyde Oliver mudarse a Texas y trabajar para KCM. Con un corazón de siervo, Clyde estaba viviendo su sueño. Luego, una decisión inesperada de su esposa lo cambió todo. P.10 FLORECE DONDE TE HAYAN PLANTADO POR MELANIE HEMRY POR PASTOR GEORGE PEARSONS NO ESTAMOS SUJETOS A LOS TIEMPOS POR KENNETH COPELAND ANCLADOS POR LA PROMESA LA VOZ DE DEL CREYENTE ABRIL DEL 2021 REVISTA.KCM.ORG Edición digital revista.kcm.org ES.KCM.ORG/COLABORADOR

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