LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Mayo LATAM 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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1 0 : B V O V calentador de agua, los vapores de pintura se encendían y el garaje estallaba." Corrí al teléfono y le conté a Gloria lo que me había dicho. Efectivamente, ella tenía la intención de pintar en el garaje ese mismo día. Tenía la pistola rociadora lista, pero esa mañana había sentido en su espíritu que no debía hacerlo. Entonces, había decidido esperar. ¿Tan solo piensa en lo que hubiera pasado si Roy Sprague hubiera sido una persona que no perdona? ¿Y si Gloria hubiera sido una mujer que no perdona? Así es como mueren las personas. Así es como los cristianos pueden ter mina r mu r iendo jóvenes. Se descuidan sobre su caminar en amor y en el área del perdón y luego se encuentran en un lugar donde su fe y los dones del Espíritu no funcionarán. Pero, alabado sea Dios, podemos evitar que eso nos suceda. Podemos poner el amor y el perdón al principio de nuestra lista de prioridades espirituales. Podemos mantener el poder de Dios fluyendo libremente a través de nosotros y confesar sobre nosotros mismos todos los días que lo que dice 1 Corintios 13 sobre el amor se cumple en nosotros. Decláralo ahora mismo: «Poseo y vivo en el amor de Dios; por lo tanto, lo soporto todo, soy paciente y amable. Nunca soy env idioso, ni estoy l leno de celos. No soy jactancioso y no me muestro con altivez. No soy engreído ni grosero, ni actúo de manera inapropiada. Por la gracia de Dios, nunca insisto en mis propios derechos o en mi propio camino. No soy egoísta. No soy susceptible, ni irritable, ni resentido. No tomo en cuenta el mal que me han hecho y no presto atención a un mal sufrido. No me alegro de la injusticia y la iniquidad. Me regocijo cuando prevalecen el derecho y la verdad. Soporto cualquier cosa y todo lo que viene. Siempre estoy dispuesto a creer lo mejor de cada persona. Mis esperanzas no se desvanecen en toda circunstancia, y por eso lo soporto todo, sin debilitarme. ¡Nunca fallo!» (versículos 4-7, Biblia Amplif icada, Edición Clásica). de agua. Sin embargo, en lugar de fluir a través de la tubería, el agua simplemente golpeaba el extremo y salpicaba. Claramente, la tubería estaba completamente obstruida. "SEÑOR, ¿qué es eso?" le pregunté. Esa tubería es tu espíritu, me dijo. Se ha tapado con pequeños granos de falta de perdón por los que no te has arrepentido y de los que ni siquiera eres consciente. Traté de pensar en alguien a quien no hubiera perdonado, infructuosamente. Entonces le pedí que me diera un ejemplo. ¿Qué pasa con el hombre que vende esos melones en la calle de tu casa?, me preguntó el SEÑOR. Oh sí, lo recuerdo, pensé. Gloria le había comprado una bolsa con media docena de melones una vez, y los dos en la parte superior se veían realmente bien. Sin embargo, cuando llegó a casa, descubrimos que los cuatro melones de la parte inferior estaban dañados. "Gloria, no voy a dejar que nadie te traté así", le dije. "Ese hombre sabía lo que estaba haciendo, dándote esa fruta podrida. ¡Iré y lo solucionaré!" "No, no lo harás", me dijo. Nunca hice nada, pero estuve enojado al respecto durante una semana y nunca me arrepentí del resentimiento que le guardaba. Ese tipo de cosas nos pasa a todos, todo el tiempo. En las tiendas, en los restaurantes, dondequiera que vayas, el diablo se encargará de que alguien te pise los dedos de los pies. Si no te examinas a ti mismo, te irás enfadado con otra pizca de falta de perdón en tu corazón. La misma semana que tuve la visión de la tubería, también recibí la revelación sobre por qué mantenerla limpia es algo vital. Después de una de las reuniones, el pastor Roy se me acercó y me dijo: "Creo que debes llamar a Gloria." (Estaba en casa en ese momento). "La vi esta mañana en el espíritu y estaba en el garaje con una pistola de pintura en la mano. Hermano Kenneth", continuó, "el calentador de agua está en ese garaje, ¿correcto?" "Sí", le respondí. "Bueno, la v i pintando con la puer ta del garaje cerrada. Cuando se encendió el Si no te examinas a ti mismo, te irás enfadado con otra pizca de falta de perdón en tu corazón.

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