LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Julio 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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LV V C : 1 5 "Nos convertimos en colaboradores de KCM en 1983", dice Larry. "Nunca olvidaré cuando enviamos nuestro primer cheque por $15. Eso era mucho dinero para nosotros. Usamos parte del dinero que ganamos con la venta de latas de aluminio para comprar recursos para nuestro caminar espiritual y para nuestro negocio. La primera serie de enseñanzas que compramos fueron: La autoridad del creyente y Las leyes de la prosperidad de Dios de Kenneth Copeland. También compré El poder de la confesión de Fred Price." "No puedo cuantificar cuántas veces los escuché. Durante los siguientes tres o cuatro años, los escuché día y noche. Comencé un negocio de mantención de césped y escuchaba a Kenneth todos los días mientras trabajaba. Me sumergí en la Palabra." "Kenneth Copeland me enseñó a leer la Palabra, comprenderla y mantenerme firme en ésta. Dejé que me enseñara a sembrar y a recibir. Sin embargo, al poner esos principios en práctica, las cosas empeoraron en lugar de mejorar." "Siempre estábamos atrasados en nuestras facturas. Siempre había un incendio financiero tras otro. No culpo al diablo de nuestros problemas financieros. Yo estaba tomando malas decisiones financieras y manejando mal el dinero." Formando una colaboración espiritual Un día, Larry llegó a casa y encontró a su esposa llorando. Día tras día, el acoso telefónico de los cobradores de facturas la había llevado al límite. Larry sabía que un contestador automático la ayudaría a filtrar las llamadas. Pero ¿cómo podían gastar dinero en un contestador cuando estaban atrasados en la factura del agua? La factura original de $11 había subido a $22 y ahora era de $33. Larry se sentó junto a Pam en la cama. "Ya no puedo soportarlo", comenzó. "Solo quiero que esto termine. Quiero que desaparezca." "Si dejamos de hacer lo que estamos haciendo, ¿eso ayudará en algo?" "No." "Entonces solo tenemos que seguir adelante, en fe, declarando la Palabra de Dios y haciendo todo lo que podamos en lo natural", le dijo Larry. "Oremos, porque, si me ayudas, te prometo que a medida que tengamos éxito podrás tener lo que quieras." "No se trata de cosas", le dijo Pam. "Simplemente no quiero perder todos los días." Esa noche, Pam y Larr y oraron. Cuando terminaron, tenían algo más fuerte que solo un matrimonio. Habían formado una colaboración espiritual. Sin importar lo que sucediera, no se moverían. No importaría cuán mal se pusieran las cosas; ellos se negarían a cambiar su posición en la Palabra o cambiar su confesión. El diablo respondió a su decisión lanzando su ataque más feroz. "NO SOMOS ESPECIALES. SOLO SOMOS PERSONAS HUMILDES Y AGRADECIDAS QUE LAVABAN AUTOS Y QUE APRENDIERON A OPERAR CON EL PODER Y LOS PRINCIPIOS DE LA SIEMBRA Y LA COSECHA."

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