LV V C
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por
Melanie
Hemry
La rr y respiró hondo y cont uvo la
respiración; escaló uno de los laterales y se
metió en el contenedor, arrojándole latas de
aluminio a su compañera, quien las metió
en la bolsa que transportaban.
Todas las semanas recorrían la ciudad en
busca de latas, además de sus otros trabajos.
Habían descubierto que los basureros
cercanos a los bares contenían un tesoro de
aluminio. Los fines de semana los recogían
en torneos de golf y otros eventos.
Larry y Pam se habían conocido en el
lavadero de autos donde ambos trabajaban.
Pam había sido la cajera. Larry llevaba los
autos a la zona de lavado. Una vez casados,
ni sus ingresos combinados habían sido
suficientes para mantenerse al día con las
cuentas.
El alquiler de la pequeña vivienda de 90
m
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que habitaban costaba tan solo $225
dólares mensuales. Sin embargo, estaban
atrasados tres meses. Tenían muchas
deudas, y nada de dinero. No tenían
calefacción. Les habían cortado el agua…
de nuevo. Tampoco tenían auto.
Pam se secó el sudor de la frente.
Se habían enterado de una oportunidad
de negocio y comenzaron con las ventas
directas. No les estaba yendo muy bien:
demasiado trabajo con poco, o ningún
retorno.
Sin embargo, durante una convención
a la que fueron invitados, a todos los
asistentes se les compartiría el verdadero
secreto del éxito. Ansiosos por escucharlo,
Larry y Pam habían asistido. El secreto
del éxito, habían aprendido, era vivir para
Jesús.
Cada uno respondió a un llamado al
altar y entregó su vida. Larry había llorado
toda la tarde. Al día siguiente, llegó al
trabajo todavía con lágrimas en sus ojos.
"¿Qué te pasa?", le preguntó el jefe.
"Ayer nací de nuevo", respondió.
Su jefe murmuró algo como: "¡Estás
loco!" antes de alejarse.
Eso había pasado cuatro años atrás.
Ahora, aparentemente más chiflados que
nunca, estaban Larry y Pam… buceando en
un contenedor de basura.
El verdadero
secreto del
ÉXITO
EL HEDOR EMANABA DEL CONTENEDOR DE BASURA
Y SE COLABA COMO LA NIEBLA EN CADA PORO DE
LARRY Y PAM WINTERS. EL SOL DE RALEIGH, CAROLINA
DEL NORTE, HABÍA LLEVADO A CABO SU TRABAJO DE
HORNEADO: PENETRABA EN SUS FOSAS NASALES,
CUBRÍA SUS CABELLOS E INUNDABA SUS ROPAS.