LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.
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LV V C : 9 "Bueno, si no te importa decírmelo", le pregunté, "¿qué número soy?" Eres el número siete, me contestó. Le pedí a otras seis personas que lo hicieran antes que tú, pero ninguna lo hizo. Tienes que hacerlo. Este es el momento que atravesamos… el momento en que Dios le está diciendo a Su pueblo: "¡Debes hacer esto!" Debemos trabajar para cumplir la visión que Dios nos ha dado. Estamos en medio de un despertar espiritual y cada uno de nosotros debe preguntarse: ¿Qué papel jugaré? P r o v e r bi o s 2 9 :18 ( J B S) d ic e : « S i n visión profética el pueblo perecerá». Debemos comprender la visión que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros y hacerla. Un ejemplo de visión Tenemos un ejemplo de este tipo de fi delidad en el editor de esta revista. En 1979, KCM produjo un folleto sobre su sede, titulado: "La Capital Mundial del Avivamiento". Cuando recibí ese folleto, le escribí un mensaje al hermano Copeland en la VISION EL PODER Y EL PROPÓSITO DE LA por Happy Caldwell Cuando Dios llamó a nuestro ministerio a construir una red de televisión cristiana en Arkansas, nos dijo: Ya le he pedido a otras personas que lo hicieran. No fuiste mi primera opción. Eso me sorprendió. Él dijo que la esposa del hombre debía leerle La PALABRA sin parar. "Cuando te canses de leer", le dije, "ponle la Biblia en una grabación". (Esto fue en los días de las cintas de carrete). "Mantén la cinta en marcha incluso de noche para que escuche La PALABRA todo el tiempo". Ese hombre nunca volvió a tener convulsiones después de que oramos por él, pero cuando su esposa se lo llevó a casa, todavía estaba en coma. Sin embargo, hizo exactamente lo que el SEÑOR le había dicho y mantuvo la PALABR A en su habitación. Un día, después de aproximadamente una semana y media de no ver ningún cambio, una de las amigas de su esposa los visitó y se ofreció a leerle mientras ella preparaba el almuerzo. La amiga estaba leyendo con el hombre todavía en la camilla en coma cuando de repente se sentó. Sus primeras palabras todavía me hacen reír cada vez que pienso en ellas: "¡Nadie sabe el problema en el que he estado!", dijo. Después procedió a contarnos que todo el tiempo que estuvo en coma pudo escuchar todo lo que estaba pasando. "Estaba atrapado dentro de mi cuerpo y no podía decírselo a nadie", compa r t ió. "¡Pero c ua nta más PA L A BR A escuché, más profundo llego a mi interior, y de repente me liberé!" D e he c ho, he e s c uc h a do te st i mon io s de incrédulos que salieron del coma habiendo nacido de nuevo. Escuché a un hombre decir que, mientras estaba en coma, estuvo tan cerca de la muerte que su espíritu abandonó su cuerpo. Cuando lo hizo, se dio cuenta de que había un ser que lo estaba ayudando (probablemente porque tenía a su mamá orando). En su testimonio, dice: "Vi el cielo y vi el infi erno, y el ser me llamó por mi nombre y me dijo: 'Elige'". El hombre eligió el cielo y vivió para contar la historia. Estoy convencido de que muchas personas nacen de nuevo justo antes de morir de las que nunca oímos hablar. ¡El cielo está lleno de creyentes del último segundo! "Hermano Copeland, seguramente no cree que alguien pueda vivir toda su vida como un demonio y ser salvo en el último segundo." ¡Sí! Una vez le pregunté al SEÑOR al respecto y Él me confi rmó que se llevaría a cualquiera, hasta el último nanosegundo. Kenneth, me dijo: No estoy tratando de mantener a la gente fuera del cielo. ¡Estoy intentando que entren! Él piensa de la misma manera en lo que respecta a la sanación. No está tratando de ocultárnosla, está tratando de dárnosla. Jesús ya hizo la parte difícil. Él pagó el precio para librarnos del pecado, el infi erno, la enfermedad, la carencia, el miedo y cualquier otra parte de la maldición. Simplemente tenemos que creerlo y recibirlo.