LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.
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por Gloria Copeland 1 Jesús vendrá pronto, y no vendrá por una Iglesia quebrada; Viene por una Iglesia gloriosa que está predicando el evangelio a los confines de la tierra. (Hechos 1:8) 2 Llevar el evangelio a las naciones requiere mucho dinero, pero podemos hacerlo porque Dios nos respalda y no sufre escasez. (Ageo 2:8) 3 Dios tiene un plan de transferencia de riqueza que proporcionará todos los recursos que necesitamos para financiar la gran cosecha de almas de los últimos tiempos. (Proverbios 13:22) 4 Dios les dijo a los israelitas que cuando poseyeran su Tierra Prometida, Él pondría las riquezas de los malvados en sus manos. (Deuteronomio 6:10-11) 5 La misma promesa nos pertenece a todos como creyentes. (Gálatas 3:29) dice: «las riquezas del pecador las hereda el hombre justo.» Piensa en todo el dinero que en el mundo han ganado hombres malvados de manera injusta: dinero robado, dinero obtenido mediante la venta de sustancias ilegales y la explotación de personas vulnerables. Dinero que en muchos casos ni siquiera se puede depositar en los bancos, por lo que ha requerido enterrarlo o esconderlo en algún lugar. ¡Dios dijo que ese dinero vendrá a los justos! ¿Quiénes son los justos? Somos aquellos que v iv imos por fe en el Señor Jesucristo (Romanos 1:17). Aquellos que caminamos con Él y obedecemos Su Palabra. Somos los justos y debemos comenzar a mantenernos firmes por fe en Proverbios 13:22. ¡Necesitamos seguir el plan de transferencia de riquezas de Dios! No tenemos más tiempo para perder. Jesús vendrá pronto, y no vendrá por una Iglesia en bancarrota. Viene por una Iglesia gloriosa… ¡y el oro y la gloria van de la mano! La Biblia lo conf ir ma desde el G énesis hasta el Apocalipsis. Por ejemplo, dice que al principio, cuando Adán caminó en la gloria de Dios en el Jardín del Edén, había oro en la tierra, y ese oro era bueno. Dice que Abraham, el hombre de fe de Dios, era «riquísimo en LV V C : 2 7 Usualmente no recibo revelaciones espirituales de los noticieros, pero una historia que salió al aire años atrás realmente encendió mi fe . Se trataba de un camión que la policía había detenido por una infracción. Después de que det uv ieron el ca m ión , si n mot ivo apa rente, la policía sospechó y decidió revisar la carga. Lo que encontraron fue sorprendente. E l c a m ión e s t a b a l leno de bi l le t e s empaquetados, ¡apilados hasta el techo! La gente no suele tra nspor ta r dinero en ca miones, incluso si tienen de sobra. Obviamente se trataba de algo sospechoso. Supuse que tenía que ver con el narcotráfico pero, cualquiera sea su origen, ese dinero claramente era para dudar. Al mirar el dinero apilado en montones, de repente recordé Proverbios 13:22, que CONSEJOS PRÁCTICOS C