LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Septiembre 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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En cambio, ideó un plan que nos permitiría comprar la propiedad. Se ofreció a vendernos la tierra en parcelas y nos dijo que podíamos vender la gravilla que ya estaba en el terreno y usar el dinero resultante para pagar las parcelas. Incluso había edificios en el terreno que pudimos usar como instalaciones de producción del ministerio. ¡Dios es un gran negociante! Él dijo en Isaías 55:1: «Vengan y compren… sin que tengan que pa ga r con dinero», y eso es lo que hizo con nosotros. ¡Dios disfruta haciendo ese tipo de maniobras! E s t á bu s c a ndo c r e yent e s a lo s que pue d a BENDECIR económicamente, que lo honren con su aumento y apoyen Su obra. Él se complace en hacer prosperar a sus siervos (Salmo 35:27). La tier ra entera y toda s la s r iqueza s que contiene le per tenecen, y Él no las creó pa ra el d i a blo y su s secu a ces . E l d i a blo es solo un ca zador f ur tivo. Dios creó este pla neta y toda s sus riqueza s pa ra Su pueblo, y quiere B E N DE C I R NO S c o n l a s m i s m a s . Q u i e r e transferir de las manos del diablo todo lo que ha robado y devolvérnoslo. mujer que vio la transmisión en un área remota de Ucrania. Ella nunca había escuchado el evangelio y no conocía a nadie en su área que hubiera nacido de nuevo. Un día prendió el televisor y escuchó a Kenneth predicar. Mientras miraba, nos dijo que él la miró, la señaló con el dedo y le dijo: "¡Estás sanada!" Tenía un tumor en la espa lda desde su nacimiento y había provocado que se encorvara. De repente, la masa esta lló y desapa reció; se enderezó de inmediato y fue sanada. No sé cuánto dinero en última instancia fue necesario para llevarle el evangelio a esa mujer, pero hay una cosa que sí sé: ¡valió la pena! El la lo va le pa ra nosot ros. Pero aú n má s importante, ella lo vale para Jesús. Para Él, ella no tiene precio. Y lo mismo es con cualquier otro ser humano. Esa es la razón por la que nos dijo que alcanzáramos a todos con el evangelio, y "en todo medio disponible"; Jesús no agregó "a menos que cueste demasiado". No nos puso límite a la cantidad que estaba dispuesto a gastar. C u e s t e lo q u e c u e s t e s a l v a r a a l g u i e n , D io s pue de h a c erlo. É l no e s t á s u f r ien do económica mente. Tiene recursos ilimitados. Él dijo: «pues míos son todos los a nima les del bosque, ¡los miles de a nima les que hay en las colinas!» (Salmo 50:10). También dijo: «La plata y el oro son míos.» (Ageo 2:8). Dios creó la Tierra y todo lo que hay en ella. Él es dueño de todo. Él puede dar tanto como quiera y a quien quiera y, de acuerdo con Proverbios 13:22, Dios ha elegido transferir la riqueza de los impíos a las manos de los justos. Dios puede cumplir Sus promesas "Pero Gloria, no soy un experto en finanzas. ¿Cómo pod r í a Dios d a rle la r iqueza de los malvados a alguien como yo? No lo entiendo." Esa no es tu responsabilidad. Ese es el trabajo de Dios, y Él es muy capaz de hacerlo. Si deseas una prueba, lee acerca de lo que hizo por Su pueblo del A ntig uo Pacto en la Tierra Prometida. Incluso antes de que se dirigieran allí, Él dijo: «Cua ndo el Señor tu Dios te haya i nt roducido en la t ier ra …[t e da rá] ciuda des g r a n d e s y b ue n a s q u e t ú n o e d i f i c a s t e , y casas llenas de todo bien que tú no llenaste, y cisternas que tú no cavaste, y viñas y olivares que tú no plantaste…» (Deuteronomio 6: 10-11). En efecto, eso es exactamente lo que sucedió. Cuando los israelitas finalmente se levantaron por fe y poseyeron la tierra , esa promesa se cumplió. C omo creyent e en Cr i s t o, ere s l i n aje de A bra h a m y heredero de la m i sm a promesa (Gálatas 3:29). Si le crees y haces lo que Él te dice que hagas, Él hará que suceda en tu vida hoy, tal como lo hizo para Su pueblo hace miles de años. Él se moverá incluso en los peores pecadores para llenarte de asombrosos favores económicos. Por ejemplo, conozco a una pareja cristiana que hace algunos años estaba negociando la compra LV V C : 2 9 Cuando se trata de hacer que las personas nazcan de nuevo, sean sanadas, liberadas y enseñadas la Palabra, a Dios no le importa el costo. Cuando se trata de hacer que las personas nazcan de nuevo, sean sanadas, liberadas y enseñadas la Palabra, a Dios no le importa el costo.

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