LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Septiembre LATAM 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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creó para el diablo y sus secuaces. El diablo es solo un cazador furtivo. Dios creó este planeta y todas sus riquezas pa ra Su pueblo, y quiere B E N DE C I R NO S c o n l a s m i s m a s . Q u i e r e transferir de las manos del diablo todo lo que ha robado y devolvérnoslo. Es por eso que durante los últimos 30 o 40 años Dios le ha estado dando al Cuerpo de Cristo tanta revelación sobre cómo operar en la prosperidad divina. Es por eso que nos ha estado enseñando sobre el diezmo, la siembra y la cosecha; acerca de ponerlo a Él primero y recorrer Sus caminos. Jesús dijo en Mateo 6:33, " Busca pr imero (apunta hacia y lucha por) la totalidad de Su reino y Su justicia (Su manera de obrar y ser recto), y luego todas estas cosas te serán añadidas" (Biblia Amplificada, Edición Clásica). ¡Los caminos de Dios son Su sabiduría! Con la sabiduría vienen «las riquezas y la honra » (Proverbios 8:18), y necesitamos esas cosas más que nunca en este momento. ¡No tenemos más tiempo que perder! Jesús regresa rá pronto y no vendrá por una Iglesia quebrada. Viene por una Iglesia gloriosa que ha obtenido Su plan de transferencia de riqueza y la usa para predicar el evangelio en todo el mundo. ¡Viene por una Iglesia que se ha levantado por fe y ha poseído su tierra prometida! v i ña s y oliva res que t ú no pla nt a ste…» (Deuteronomio 6: 10-11). En efecto, eso es exactamente lo que sucedió. Cuando los israelitas finalmente se levantaron por fe y poseyeron la tierra, esa promesa se cumplió. Como creyente en Cristo, eres linaje de Abraham y heredero de la misma promesa (Gálatas 3:29). Si le crees y haces lo que Él te dice que hagas, Él hará que suceda en tu vida hoy, tal como lo hizo para Su pueblo hace miles de años. Él se moverá incluso en los peores pecadores para llenarte de asombrosos favores económicos. Por ejemplo, c onoz c o a u n a pa r eja cristia na que hace a lg unos a ños estaba negocia ndo la compra de una casa a un hombre muy impío. Famoso por su dureza, ni siquiera tenía la reputación de ser un pecador de buen ca rácter. La pa reja le ofreció mucho menos por la casa de lo que él pedía, pero en lugar de hacer un berrinche y actuar mal, los sorprendió. No solo aceptó su ofer ta , sino que ta mbién incluyó los muebles en el trato. ¡ D io s lo i mpu l s ó a h a c erlo! E s t a ba tota lmente en contra de su natura leza , pero bajo la inf luencia de Dios debe haber pensado: Simplemente me voy a deshacer de esta casa y de todos estos muebles de un una vez. De repente, eso le pareció lo más inteligente que podía hacer. Ken tuvo una experiencia similar con el hombre que solía ser dueño de nuestra propieda d en Ea gl e Mo untain . No era un hombre duro; era muy piadoso, pero también era un hombre inteligente para los negocios. Entonces, cuando Ken se le acercó para comprar el lote y le dijo que no teníamos dinero y que no pediríamos prest a do, u no pensa r ía que el hombre habría pensado que estábamos locos. E n c a m bi o , i d e ó u n p l a n q u e n o s p er m it i r í a c ompr a r l a pr opie d a d . S e ofreció a vendernos la tierra en parcelas y nos dijo que podíamos vender la gravilla que ya estaba en el terreno y usar el dinero resultante para pagar las parcelas. Incluso había edificios en el terreno que pudimos usar como instalaciones de producción del ministerio. ¡Dios es un gran negociante! Él dijo en Isaías 55:1: «Vengan y compren… sin que tengan que pagar con dinero», y eso es lo que hizo con nosotros. ¡Dios d i sf r ut a h a ciendo ese t ipo de maniobras! Está buscando creyentes a los que pueda BENDECIR económicamente, que lo honren con su aumento y apoyen Su obra. Él se complace en hacer prosperar a sus siervos (Salmo 35:27). La tierra entera y toda s la s riqueza s que contiene le per tenecen, y Él no la s LV V C : 1 5 Cuando se trata de hacer que las personas nazcan de nuevo, sean sanadas, liberadas y enseñadas la Palabra, a Dios no le importa el costo. Cuando se trata de hacer que las personas nazcan de nuevo, sean sanadas, liberadas y enseñadas la Palabra, a Dios no le importa el costo.

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