por Kenneth Copeland
LV V C
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H a bí a e s t a d o o r a n d o p o r nu e s t r o
minister io y mi deseo era que Dios se
mov iera con mayor poder a través del
mismo. Comencé diciendo: "¡SEÑOR, envía
el poder! ¡Envía el poder! ¡Oh, SEÑOR ,
quiero más poder!"
Continué orando de esa manera por un
tiempo, y de repente en mi interior escuché
la voz autoritaria de Dios.
Ke nneth , ¿dónde lo con seguiré?, me
preguntó. ¿Dónde conseguiré más poder?
S u pr e g u nt a er a c a p c io s a y lo g r ó
detenerme.
"¿Qué quieres decirme?", le pregunté.
Ke nneth , podr ía habe r te lle na do d e
un ángel, comenzó. Ya sabes que es eso es
posible, porque de eso se trata la posesión
demoníaca . Es satanás, un ángel caído,
entrando en alguien y apoderándose de esa
persona.
Pero no te llené con un ángel. No confiaría
entregarte a nadie más que a Mí, así que te
llené de Mí Mismo. Hijo, Mi propio poder
reside en tu interior. ¡Despierta!
Me he ma ntenido despier to con esa
revelación desde entonces. También lo he
predicado porque, cada uno de nosotros,
como creyentes, necesitamos despertar
ca da vez má s y tener u na mente má s
centrada en Dios. Cada uno de nosotros
necesita llega r a conocer má s sobre el
Espíritu de Poder que v ive en nuestro
interior.
¿Quién es el Espíritu de Poder?
¡Es Aquél que creó el universo!
Él es el Espíritu de Dios en Génesis
1:2, el Mismo que cuando «las tinieblas
cubr ía n la fa z del abismo, … se mov ía
sobre la superficie de las aguas.» y que por
medio de la PALABRA de Dios («¡Que haya
luz!») provocó que la luz explotara en todas
las direcciones a 300.000 kilómetros por
segundo, creando más de 25.862.801.817
kilómetros de universo ta n solo en la s
primeras 24 horas.
¿Quién es el Espíritu de Poder?
Es Aquél al que se refiere Isaías 40:12,
«¿Quién midió las aguas con el hueco de su
mano? ¿Quién midió los cielos con la palma
de su mano? ¿Quién con tres dedos juntó
el polvo de la tierra, y pesó con balanza y
pesas los montes y las colinas?» Es Aquél
que h i zo los cá lcu los necesa r ios pa ra
construir el Planeta Tierra a la perfección,
al punto que sin importar lo que suceda,
permanece siempre estable.
ALGUNAS CONVERSACIONES
CON EL SEÑOR NUNCA SE
OLVIDAN, Y LA SIGUIENTE
FUE UNA DE ELLAS. SUCEDIÓ
YA HACE VARIOS AÑOS, Y
RECUERDO EXACTAMENTE
CÓMO EMPEZÓ.