LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Octubre LATAM 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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de Jesú s, y en el moment o, el la nos miró. "¡Gloria a Dios!", comenzó: "¿De dónde vinieron?" La otra mujer estaba sorprendida. " H e r m a n a , ¿ p u e d e s v e r l o s ? ", l e preguntó. " Por supuesto que puedo verlos", le respondió la hermana. Fue entonces cua ndo descubrimos que la herma na no solo había perdido la cabeza, sino que la diabetes la había dejado tota lmente ciega . Pero eso no fue un impedimento para el Espíritu de Poder. Oramos en el Nombre de Jesús, y Él hizo el trabajo ¡a sí de rápido! La hermana recibió su sanidad y comenzó a o r a r e n e l e s p í r i t u . E l r e s t o d e nosotros nos unimos a ella, alabando y agradeciéndole a Dios. E l r e s t o de l e q u ip o e x p er i ment ó m i l a g r o s s i m i l a r e s e s e m i s mo d í a . C a s a t r a s c a s a , l a ge nt e a br ió s u s puer ta s, pidió oración y, debido a que l o s m i e m b r o s d e n u e s t r o e q u i p o sabía n Quién estaba dentro de ellos y ministraba n con va lentía, el poder de Dios fluyó. Ese sábado, el estacionamiento donde hicimos el servicio de sanación estaba lleno. ¡Tuvimos una gran fila de oración ese día! Las personas nacieron de nuevo y fueron sanadas de todo tipo dolencias. Una mujer muy enferma se acercó para que orá ra mos por ella y, sin pensa rlo, usé una botella de aceite para ungirla. No pensé lo caliente que podía estar ese aceite, dado que había estado sentado al sol con una temperatura de 41 ºC. A p a r e n t e m e n t e e s o n o f u e u n problem a . En el moment o en que el aceite hizo contacto con la hermana, se fue danzando y gritando: "Estoy sana, estoy sana. Estoy sana." ¿ Q u ién l a s a nó? No f ue K en ne t h Copeland. Fue el Espíritu de Poder. ¡Fue el mismo Espír it u que a hora , si eres un creyente nacido de nuevo y bautizado en el Espíritu Santo, mora y está listo para fluir a través de ti! más allá de tu nariz! «¡ Us t e de s s on el t emplo del D io s viviente! Ya Dios lo ha dicho: «Habitaré y andaré entre ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.» (2 Corintios 6:16). A pr incipios de la década de 1970, e s t a b a p r e d i c a n d o u n a s e r i e d e reuniones en Lubbock, Texas. Recuerdo q u e h a bí a m o s e s t a d o a l l í d u r a n t e 21 día s y había mos pla neado pa ra el último sábado un servicio de sanación. Le pedí al SEÑOR un plan y nos indicó que fuéramos en parejas el día anterior de la reunión a los barrios más pobres de la ciudad. Nos había instruido tocar en las puertas y, cuando nos abrieran, que dijéra mos: "Somos persona s que sabemos orar. ¿Hay alguien en esta casa que necesite oración?" No debíamos mencionar nada sobre el servicio hasta después de orar por la gente. Luego, simplemente debía mos decirles que esta ría mos ministra ndo sanidad el sábado e ir a otra casa. Decidí unirme con uno de los hombres del equipo, fuimos a una casa y tocamos la puerta. Una mujer nos abrió y, cuando escuchó que estába mos a llí pa ra ora r, nos preguntó: "¿Son pentecostales?" "Sí, señora", le respondimos. "¡ A labado sea el Señor!" conti nuó. "Vamos a la casa de mi hermana." E n lu g a r de i nv it a r no s a ent r a r, salió y nos condujo por el patio trasero h a s t a u n a c a sit a det r á s de l a s uy a , hablá ndonos dura nte todo el ca mino. Nos dijo que la mente de su herma na literalmente se había ido (al recordarlo, entiendo que la hermana probablemente tenía demencia de A lzheimer) y que el vecindario había decaído a tal punto que ya no podía asistir a la iglesia. " H e e s t a d o o r a n d o p a r a q u e a lg uien venga a ay uda rme a ora r por m i her m a n a", nos d ijo. "¡E s t oy muy contenta de que estén aquí!" A l l lega r, entra mos en la ca sa y la encontramos sentada en una mecedora, la mirada posada a la distancia. Impuse m i s m a nos sobre el la en el Nombre nuevo! Y todo esto proviene de Dios» (2 Cor intios 5:17-18). Él dijo que ha s «nacido de nuevo, y no de una simiente p e r e c e d e r a , s i n o d e u n a s i m i e n t e imperecedera , por la pa labra de Dios que vive y permanece para siempre.» (1 Pedro 1:23). ¿ D ó n d e v i v e y p e r m a n e c e D i o s pa ra siempre? ¡En t i! Ent onces , si n lu ga r a dud a , É l t e h a hecho d i g no. S o l o n e c e s i t a s r e n o v a r t u m e n t e . S o l o n e c e s i t a s t e n e r e n t u m e n t e la seg u r ida d de que Dios es t á en t u interior y reconocer que todo lo que Él es y tiene está en tu interior, listo para que lo aproveches por medio de la fe y lo manifiestes de manera externa. E n lo n a t u r a l , l a m ay or í a de lo s creyentes no fuimos educados a pensar de esa ma nera . A l ig ua l que la gente del mu ndo que no t iene a Dios , nos ha n inculcado la idea que todo lo que necesitemos está fuera de nosotros, en algún lugar; que alguien más ya lo tiene y que nosotros necesitamos conseguirlo. Incluso tenemos la misma idea acerca de Dios. Él está ahí fuera y yo necesito lo que Él tiene. ("Dios, envía más poder"). En otra s pa labra s, f u i mos cr ia dos para vivir de afuera hacia adentro. Pero, en rea l ida d, como cr ist ia nos, somos p e r s on a s d e a d e n t r o h a c i a af u e ra . Nada de lo que necesita mos está "a hí fuera". Todo está "en el interior", porque Dios ya está en nosotros, Su poder ya está en nosotros y Su provisión ya está en nosotros. ¡Incluso Su reino está en nosotros! De he cho, e s t á s en el cielo a hor a mismo. Tu espíritu ha resucitado y se ha sentado en los lugares celestiales con Cristo, donde Él se sienta a la diestra del Padre, en el trono de la gracia. Puedes acceder con valentía a ese trono cuando lo desees. Puedes orar y recibir por fe lo que necesites, cuando lo necesites. "Bueno, yo oro pero pa rece que mis ora ciones no l lega n m á s a lt o que el techo", podrías decir. ¡Tus oraciones no necesitan alcanzar CONSEJOS PRÁCTICOS: C 1 El Espíritu de Poder que habita en ti es Aquel que en Génesis hizo explotar la luz en la oscuridad a 300.000 kilómetros por segundo y creó más de 25.862.801.817 kilómetros de universo en 24 horas (Génesis 1:2-3) 2 El Espíritu de Poder en ti es el Espíritu del Padre, responsable de todas las obras poderosas que Jesús hizo cuando estuvo en la Tierra. (Juan 14:10). 3 Jesús dijo que el Espíritu de Poder hará las mismas obras que hizo Jesús, también a través tuyo. (Juan 14:12) 4 En lugar de pensar que Dios está "ahí fuera" en alguna parte y que tú estás tratando de obtener algo de Él, concientízate que tienes a Dios en tu interior. (1 Corintios 6:17) 5 Cuando fuiste bautizado en el Espíritu Santo, el Espíritu de Poder vino sobre ti y la puerta de entrada a lo sobrenatural se abrió para ti. (Hechos 1:8) LV V C : 7

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