LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Diciembre LATAM 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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Fíjate en que no son sólo algunas de las promesas de Dios las que son sí y amén en Él. No es que ganas a veces, y a veces pierdes. En Él todas las escrituras de sanación de la Biblia son un ¡sí! É x o do 1 5 : 2 6 : «Yo s o y e l S eñor, t u sanador.» ¡Sí! Éxodo 23:25: «Pero servirás al SEÑOR tu Dios, y él [tu ángel] bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré las enfermedades de en medio de ti.» ¡Sí! Sa lmo 103:2-3: «¡Bendice, a lma mía , a l Señor, y no olvides ning una de sus bendiciones! El Señor perdona todas tus maldades, y sana todas tus dolencias.» ¡Sí! Malaquías 4:2: «Pero para ustedes, los que temen mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá sanidad.» ¡Sí! Mateo 8:16 -17: « A l caer la noche, le llevaron muchos endemoniados, y él, con su sola palabra, expulsó a los demonios y sanó a todos los enfermos. Esto, para que se cumpliera lo dicho por el profeta I s a í a s : « É l m i s m o t o m ó n u e s t r a s e n f e r m e d a d e s , y l l e v ó n u e s t r a s dolencias.» ¡Sí! 1 Ped ro 2:2 4: «Él m ismo l levó en su cuer po nuestros peca dos a l ma dero, p a r a q u e n o s o t r o s , m u e r t o s y a a l pecado, viva mos pa ra la justicia . Por sus heridas fueron ustedes sa nados.» ¡Sí! 3 Jua n 1 :2: « A ma do, deseo que sea s prosperado en todo, y que tengas salud, a la vez que tu alma prospera.» ¡Sí! E s t os ver síc u los p or sí s olos s on suf icientes para encender tu fe, y son sólo a lg unos ejemplos. La PA L A BR A d e D i o s e s t á l l e n a d e e s c r i t u r a s d e s a n a c i ó n , y e n C r i s t o t o d a s t e per t enecen . S on t uy a s pa ra que l a s crea s con t u cora zón y la s con f ieses con tu boca . Son tuya s pa ra que, con la misma seg uridad que la mujer con el f lujo de sangre, puedas ex tender la mano y tomar tu sanidad con la mano de la fe. Levántate del sofá E s o e s l o q u e h i z o L a S h a e entre toda s la s posibi lidades porque los dones del Espíritu no siempre están disponibles. Puede que no siempre haya alguien disponible para imponerte las ma nos; sin emba rgo, siempre puedes creer en La PALABRA. Funcionará para ti, sea cual fuera tu situación, como lo hizo en Marcos 5 con la mujer que sufría del flujo de sangre. ¿Has leído alguna vez acerca de esa mujer? No tenía a nadie que le impusiera las manos. Encerrada en su casa, había sufrido un f lujo de sangre durante 12 a ños y, seg ún la ley relig iosa , nadie podía toca rla . Pero cua ndo "oyó los informes sobre Jesús" (versícu lo 27, Biblia Amplificada, Edición Clásica) – que había sido ungido por Dios con el Espír it u Sa nto y con poder, que iba haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo–, surgió la fe en su corazón. Ella creyó en las buenas noticias, dio voz a su fe, y el resultado fue la acción correspondiente. Se levantó de la cama, fue a buscar a Jesús y, abriéndose paso entre la multitud que lo rodeaba, tocó el borde de Su manto. Y es que decía: «Si alcanzo a tocar aunque sea su manto, me sanaré.» Y tan pronto como tocó el manto de Jesús, su hemorragia se detuvo, por lo que sintió en su cuerpo que había quedado sana de esa enfermedad. Jesús se dio cuenta enseguida de que de él había salido poder. Pero se volvió a la multitud y preguntó: «¿Quién ha tocado mis vestidos?»… Pero Jesús seguía mirando a su alrededor, para ver quién había hecho eso… Jesús le dijo: «Hija, por tu fe has sido sanada. Ve en paz, y queda sana de tu enfermedad.» (Marcos 5:28-30, 32, 34). "¡Hoy no podemos sa na rnos de esa manera!", podrías decir. "Las cosas son diferentes en nuestra época. Jesús ya no está presente físicamente entre nosotros para que podamos tocarlo." Esa mujer no fue sanada por el toque físico de Jesús. Según el propio Jesús, ¡su fe fue la que la sanó! La fe no es diferente en nuestros días de lo que era en aquel entonces. Tampoco lo es Jesús. Él «es el mismo ayer, hoy, y por los siglos.» (Hebreos 13:8). Sigue aquí en la tierra en la Persona del Espíritu Santo, «porque todas las promesas de Dios son en él «sí», y en él «Amén»». (2 Corintios 1:20, RVR-1995). quiera, que tome gratuitamente del agua de la vida.» (Apocalipsis 22:17). Por el poder del Espíritu Santo, la sa lvación está presente en la atmósfera. Puede que no siempre se reciba, pero siempre está presente. Lo mismo ocurre con la sanidad. No tenemos que preg unta rnos si vendrá cua ndo oremos por ella . ¡El Sanador ya ha venido! Por el poder del Espíritu Santo, la sanación está presente las 24 horas del día. No siempre se recibe, pero siempre está presente. " Pero her m a no C opel a nd , ¿ c ómo puede estar la sanación aquí sin que yo pueda sentirla?" Así como la habitación en la que te encuentras a hora mismo p u e d e e s t a r l l e n a d e s e ñ a l e s d e televisión y radio que no puedes ver ni oír. Están allí presentes, a tu alrededor, mov iéndose en for m a de onda s . No puedes percibirlas con tus ojos y oídos natura les. Sin emba rgo, si tienes un receptor (una radio, un televisor, una aplicación en tu teléfono inteligente o similar) puedes captar esas emisiones c u a n do lo de s e e s . S ólo t ien e s q ue encender el receptor y sintonizarlas. Tienes tanta confianza en que esas emisiones está n presentes, que si te subes al auto y no puedes captar ninguna emisora en la radio, ni siquiera se te ocurre pensar que el problema está en la emisora. No llamas a todas las emisoras de radio y les dices: "Tienen que arreglar sus transmisores. No están emitiendo ninguna señal." Por el contrario, ¡llevas el receptor para que lo arreglen! La manera principal de recibir Una vez que descubres que ya está present e, puedes a dopt a r el m i smo en fo que h a c i a l a s a n a c ión . Si h a s estado orando por ella y aún no se ha m a n i fe s t a do en t u c uer p o, pue de s confiar de que el problema no está en Dios. No estás esperando que Él te sane. Su programa de sanación es completo, y se está transmitiendo las 24 horas del día. Sólo tienes que encender tu receptor y sintonizarlo. ¿Cómo lo haces? P r i n c i p a l m e n t e , a t r a v é s d e l a PALABRA de Dios. H a y o t r a s f o r m a s d e r e c i bi r l a sanación, como a través de los dones del Espíritu Santo o la imposición de manos, pero recibir por fe en La PA L A BR A de Dios es la mejor. Encabeza la lista

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