LV V C
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Escuché el llamado
de Dios viendo a
Oral Roberts.
Se necesitó a Kenneth
Copeland, un hombre
que había sido
entrenado por el
hermano Roberts,
para que lo cumpliera.
a u t o s v i e j o s . A l g ú n d í a , i m a g i n ó ,
podría incluso tener su propio taller de
reparación de automóviles.
El béisbol y los autos. La vida no podía
ser nada mejor.
Un a s s e m a n a s m á s t a r d e , Je r r y
llegó a la casa de su abuela en la ciudad
de Ok la homa a una reunión fa mi lia r.
Cambiando cana les en la televisión, se
detuvo al ver a un hombre en la pantalla.
O r a l R ob er t s e s t a ba pred ic a ndo u n
sermón titulado: " El cua r to hombre".
A l igual que la mayoría de los niños de
12 años, Jerry no pasaba mucho tiempo
escuchando a predicadores en la TV. Le
gustaban los deportes. Pero, por a lg ún
mot ivo, lo q ue e s t e hom br e e s t a b a
diciendo le interesó.
Jerry descubrió que el cuarto hombre
de s cr it o en e l a r d ient e s er món de l
hermano Roberts era Jesús. Había oído
hablar de Jesús toda su vida en la iglesia
bautista a la que asistía con su familia.
Pero nunca había oído hablar de Jesús de
esa manera. Aunque no podía recordar
un solo insta nte en el que no hubiera
creído en Jesús, tampoco recordaba un
momento en el que oír habla r de él le
erizara los pelos de la nuca.
Era como si el Jesús que este hombre
predicaba estuviera... vivo. A lg unos de
los miembros de la familia de Jerry no
compa r tía n su interés por el sermón.
Decían que Oral Roberts era un farsante,
que le pagaba a las personas en silla de
ruedas para que actuaran como sanados.
Jerry sabía que estaban equivocados.
No podía explicarlo… sólo lo sabía.
Nunca cambió de canal. Escuchó cada
pa labra hasta que el programa dejó de
emitirse. Después, sentado y en silencio,
por primera vez en su vida, Jerry Savelle
escuchó la voz de Dios.
Algún día harás lo mismo. Predicarás y
orarás por los enfermos.
Se levantó de la silla temblando. Dios
quería que hiciera algo con su vida. Algo
que no estaba relacionado con el béisbol