LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Marzo LATAM 2022

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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6 : LV V C prueba: verán si no les abro las ventanas de los cielos y derra mo sobre ustedes abunda ntes b end icione s . L o d i go yo, el S eñor de los ejércitos.» Para que Jesús fuera pobre, Dios habría tenido que romper esa promesa, y Él NO rompe Sus promesas. "Pero herma no Copela nd, la Biblia sí nos dice que los discípulos de Jesús eran pobres. En Lucas 9:3: «Les dijo: «No lleven nada para el camino. Ni bastón, ni mochila, ni pan, ni dinero, ni dos túnicas.» Él no lo hizo porque fueran pobres. Lo hizo porque eran ricos. Cada uno de los discípulos de Jesús era rico. Él les dijo cuando los llamó a su ser v icio que no trajera n sus riqueza s porque no quería que confiaran en sus propios recursos. Quería que aprendieran a vivir por fe en Dios y ex perimenta ra n Su prov isión sobrenatural. Los discípulos de Jesús no usaron la misma ropa durante tres años. No pasaron hambre ni se quedaron sin nada. ¿Estás bromeando? Cuando trabajas para un Hombre que puede t om a r e l a l muer z o de u n n i ño p e q ueño y a limenta r a 10.000 personas con él, no te faltará nada, y a los discípulos tampoco. Ellos mismos dieron testimonio en Lucas 22:35. Allí, Jesús les preguntó después de haber estado con Él durante tres años: «Cuando los envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿les faltó algo?» Ellos respondieron: «Nada.» " Pero ¿ qué hay de la h i st or ia del joven rico?", podrías preguntar. "¿No le dijo Jesús esencialmente que hiciera un voto de pobreza? ¿Que para estar bien con Dios tenía que dar todo lo que tenía?" No. E so no es lo que d ijo Jesú s. Seg ú n Ma rcos 10, el joven v i no cor r iendo ha cia Jesús, se arrodillo delante de Él, y le preguntó: « M a e s t r o b u e n o , ¿ q u é d e b o h a c e r p a r a heredar la vida eterna?» (Marcos 10:17). Entonces Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie que sea bueno, si no sólo Dios. Ya conoces los ma nda m ientos: No mates. No comet a s adulterio. No robes. No des falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.» Aquel hombre le respondió: «Maestro, todo esto lo he cumplido desde mi juventud.» Jesús lo miró y, con mucho amor, le dijo: «Una cosa te fa lta : a nda y vende todo lo que tienes, y dá selo a los pobres. A sí tend rá s u n tesoro en el cielo. Después de eso, ven y síg ueme.» (versículos 18-21). Qué decir cuando no entiendes Jesús no le pidió a ese hombre que aceptara la pobreza. No le dijo que diera todo lo que tenía. Le dijo que lo vendiera y se lo diera a los pobres. ¿Cuá l es la diferencia? Cuando un hombre comienza a vender y a dar bajo la dirección de Jesús, esencia lmente está haciendo negocios c on É l , lo que si g n i f ic a que e s t á a pu nt o de volverse más rico de lo que ja más ha sido en su vida . No sólo está a punto de tener un tesoro abundante en el cielo, sino que se está preparando para recibir un retorno del ciento por uno aquí en la tierra. El joven gobernante no lo entendió. Tampoco se quedó el tiempo suficiente para que Jesús se lo explicara. En cambio, se entristeció por las palabras de Jesús y «se afligió y se fue triste» (versículo 22). La tristeza es una asesina que te hará tomar decisiones estúpida s. Es provocada por una fuerte sensación de pérdida, y para el joven rico "dar" representaba una pérdida. Una vez que escuchó la palabra dar, la af licción lo invadió y no escuchó nada má s. Como resu ltado, se perdió lo más importante que dijo Jesús: «Ven y sígueme». ¡La invitación del millón! Las únicas personas a las que Jesús les dijo esas palabras se convirtieron en Apóstoles del Cordero. El joven rico pudo y debió haber aceptado esa invitación. Podría haber dicho: "Jesús, no entiendo por qué me pides que venda lo que tengo y se lo dé a los pobres, pero no te voy a dejar. Tú tienes palabras de vida, y yo me quedo contigo". Entonces habría estado a llí cuando Jesús les dijo a sus discípulos momentos más tarde: "Todo lo que a lguien deje por el reino de Dios le será multiplicado por cien." Jesús tenía toda la intención de que el joven rico escuchara esas palabras. Pero, en cambio, prefirió irse. Es más, Jesús no lo detuvo. Lo dejó ir. Esto es algo que debes saber sobre el Señor: É l no t e v a a ex pl ica r por qué qu iere que hagas algo antes de decirte que lo hagas. Si lo hiciera, no estarías caminando por fe; estarías caminando por vista. Hace cincuenta y cinco años, cuando Él me dijo: Kenneth, quiero que prediques la palabra incorruptible de fe en todo medio disponible, eso es todo lo que Él me dijo. Él no me dijo todo lo que eso implicaría. Sólo me dio la orden, y yo le dije: "Sí, Señor." Poco después, Él me habló de ir a la radio.

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