LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Marzo LATAM 2022

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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8 : LV V C i ndepend ient e, a compra r lo que qu i siera c u a ndo qu i sier a , y a pa ga r el pre cio que quisiera. La mejor oferta no siempre es la mejor oferta Como creyentes, a veces podemos cometer e l m i s mo er r or. C u a n do t o d a s nue s t r a s necesida des com ien za n a ser satisfecha s, podemos olvidarnos de pedirle a Dios que no guie financieramente. Cuando vemos algo que deseamos, podemos pensar: "Bueno, tengo el dinero; creo que lo compraré, sin preguntarle a Dios en absoluto." " Pero her ma no Copela nd, siempre trato de ser un buen administrador de mi dinero. Consigo la mejor oferta cada vez que puedo." Eso puede ser cier to, pero a veces lo que considera s un buen negocio puede ser muy d i ferent e de lo que D ios t iene en ment e. Me acordé de esto una vez cua ndo estaba p en s a ndo en c ompr a r u n p e queño av ión bimotor. Lo quería sólo para mi uso personal y podía permitírmelo fácilmente, así que podría haber encontrado uno a través de una revista comercial y haberlo comprado. Pero en lugar de eso, me tomé un tiempo pa ra ora r a l respecto, ¡y me a leg ro de haberlo hecho! Cuando empecé a orar, lo que salió de mi boca me sorprendió. En lugar de pedirle a Dios que me g uia ra ha sta el av ión adecuado, como era mi intención, le dije: "Señor, hay alguien que te está pidiendo a gritos ahora mismo. Tienen un Beechcraft Baron que necesitan vender, y yo puedo responder a esa necesidad." ¡Esas pa labras fueron proféticas! Resultó ser que una mujer en Harrison, Arkansas, que había enviudado repentinamente, necesitaba desesperadamente vender el Beechcraft Baron de su marido. La hija de la mujer fue a la iglesia de Keith Moore en Branson. Pidió que se orara por la situación, y yo me enteré. Cua ndo lo hice, me emocioné. Las viudas son muy especiales en el corazón de Dios. Él nos ordena en 1 Timoteo 5 que las cuidemos, y estaba claro que Él quería que yo ay udara a es t a quer ida señora . L a l la mé y le d ije: "¿Cuánto necesita para el avión de su esposo?" " H e r m a n o C op e l a n d ", r e s p on d i ó e l l a , "ahora mismo el avión no vale tanto debido a la recesión." "No le he preguntado cuánto vale", le dije, "quiero saber cuá nto necesita". Me lo dijo; entonces mandé hacer una tasación del avión y, efectivamente, salió por menos de lo que ella necesitaba. Compré el avión de todos modos y pagué el importe de la tasación más un extra para compensar la diferencia. Yo no e s t a ba en e l a er opuer t o c u a ndo cerraron el trato, pero más tarde me enteré de que s u a b oga do, t r at a ndo de prot eger sus intereses, le dijo: "¡Ella no va a pagar la tasación que pediste!" " No , n o l o v a a h a c e r ", r e s p on d i ó m i represent a nt e. " E l her m a no Copela nd y a h a pa ga do l a t a s a ción y le e s t á pa ga ndo má s de lo que va le su av ión". Otro hombre q ue c a s u a l m ent e e s t a b a a l l í e s c uc hó e l intercambio y dijo: "¡Así es como debe ser un m inister io!" Entonces todos los presentes se pusieron a llorar. La noticia de la viuda se extendió rápidamente por todo el aeropuerto, ¡y Dios se llevó la gloria! Después, pensé: ¿Qué voy a hacer c o n e s t e a v i ó n? M i r é a l S eñor, y en poco tiempo un hombre se puso en contacto conmigo para comprarlo. Me dio más por él de lo que había pagado. ¡ A l e lu y a ! ¡ E s m a r a v i l lo s o h a c e r n e g o c i o s c o n J e s ú s ! C u a n d o h a c e s n e g o c i o s a S u m a n er a , c on s i g ue s s er u n a BENDICIÓN y ser bendecido. Si el joven r ico se hubiera quedado el tiempo necesa r io, habr ía descubier to esta verdad. Pero no lo hizo. A l menos, no en ese momento. Má s t a rde, si n emba rgo, pa rece que se apoderó de esta revelación y l legó a ser conocido como Bernabé, uno de los más notables dadores de la Iglesia del comienzo; u n hombre que, con toda seg u r idad, había aprend ido la lección que Jesús les enseñó f i n a l m e n t e a s u s d i s c íp u l o s e n M a r c o s 10:29 -30: «Jesús respondió: «De cier to les d i go: No hay na d ie que por cau sa de m í y del eva ngelio haya dejado ca sa , her ma nos, hermanas, madre, padre, hijos, o tierras, que a hor a en e s t e t iemp o no r e c ib a , a u nq ue con persecuciones, cien veces m á s ca sa s, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, y en el tiempo venidero la vida eterna.». "Cuando todas nuestras necesidades comienzan a ser satisfechas, podemos olvidarnos de pedirle a Dios que no guie financieramente. "

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