LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Abril LATAM 2022

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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pacto mejor, establecido sobre mejores promesas.» (Hebreos 8:6), y basado en un mejor sacrificio (9:23). Tu pacto con Dios -el nuevo pacto- está fundado en la preciosa sangre del Señor Jesucristo. El aumento del pacto de sangre es sobrenatural A u n q u e e l a n t i g u o p a c t o n o e r a t a n maravilloso como el nuevo, a los israelitas les fue bastante bien. Por ejemplo, piensa en lo mucho que prosperaron cuando Dios los sacó de Egipto. Apena s unos día s a ntes de sa lir de ese luga r, no tenían ning una riqueza ni forma a lg una de conseguirla. Habían sido esclavos durante años. Pero Dios había prometido siglos antes: «saldrán de allí con grandes riquezas.» (Génesis 15:14), y eso es precisamente lo que pasó. Le dijo a Moisés, justo antes de que salieran de Egipto, que instruyera a los israelitas pa ra que pidieran «a los egipcios que les dieran objetos de oro y de plata, y también ropa.» Los israelitas así lo hicieron, y Dios «hizo que los egipcios vieran con buenos ojos a los israelitas, así que les dieron todo lo que les pedían. De este modo los israelitas despojaron por completo a los egipcios.» (Éxodo 12:35-36, NTV ). Ese fue un cambio financiero instantáneo. P r overbio s 1 3:22 d ic e: « L a s r iquez a s del pecador las hereda el hombre justo», y Dios les dio a los israelitas lo que se había guardado para ellos muy rápidamente. Transfirió a sus manos la riqueza de la nación que los había esclavizado y lo hizo tan rápido que un día estaban quebrados y esclavizados, y al día siguiente eran ricos y libres. L a B i b l i a e s t á l l e n a d e e s t o s c a m b i o s repentinos. Los israelitas los experimenta ron u n a y o t r a v e z . S i h a s l e í d o e l A n t i g u o Testamento, recordarás las historias: Un día los israelitas marchaban alrededor de las impenetrables mura llas de la ciudad de Jericó, propiedad de los cananeos, y al día siguiente esas murallas habían caído y la ciudad le pertenecía al pueblo de Dios. (Josué 6) Un d í a lo s i s r a e l it a s e s t a ba n mu r iendo de h a mbre y sit i a dos por u n ejércit o enem i go, y a l d í a si g u ient e es t a ba n com iendo bien y repa r tiendo el botín de sus enemigos, quienes había n huido y dejado atrá s toda su com ida , equipo, plata y oro. (2 Reyes 7) U n d í a u n a v i u d a i s r a e l i t a e s t a b a t a n desamparada que estaba a punto de ser obligada a vender a sus h ijos como esclavos, y a l d ía siguiente era una empresaria del aceite. (2 Reyes 4) Ese es el tipo de aumento que prov iene de un pacto de sa ng re con Dios. Es má s que un i ncremento nat u ra l . Es má s que obtener u n aumento en el trabajo. ¡El aumento del pacto de sangre es sobrenatura l! ¡Es un movimiento de Dios! Es Dios enviando ángeles para desenterrar e l t e s or o y ent r e gá r t e lo. E s D io s h a ciendo señales, maravillas y cosas en tu vida que sólo Él puede hacer. ¿Cómo crees en esa clase de aumento? Si g ue la s i n s t r ucciones que Dios le d io a Abra ha m. Cua ndo prometió da rle a él y a sus descendientes toda la tierra de Canaán, Dios dijo: «Levanta ahora tus ojos». Cuando lees las promesas de prosperidad de Dios en la Biblia, no puedes visualizar con sólo mirar a tu alrededor en este reino natural cómo será que esas promesas se harán realidad en tu vida. No podrás visua lizarlo tan solo mirando tu sueldo, ni el ba lance de tu cuenta bancaria, y descubr i r cómo Dios pod r í a poner en t u s manos la riqueza de los malvados y hacerte una bendición para todas las naciones de la tierra. Pa ra v isua liza rlo debes leva nta r tus ojos y mirar a Dios. Debes mirar a Aquel que ha obrado mi la g ros a lo la rgo de 6.000 a ños de historia de la humanidad. Aquel que dijo a los israelitas cuando les prometió una tierra propia y los sacó de Egipto: «Ustedes ha n visto lo que he hecho con los egipcios, y cómo los he tomado a ustedes y los he traído hasta mí sobre alas de águila. Si ahora ustedes prestan oído a mi voz, y cumplen mi pacto, serán mi tesoro especia l por encima de todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece.» (Éxodo 19:4-5). Los israelita s no poseía n ni un centímetro cuadrado de propiedad cuando escucharon esas palabras. Apenas podían imaginarse poseyendo una tierra lo suficientemente grande para ellos y todos sus descendientes. Entonces, Dios les recordó por qué era posible. " Toda la tierra es mía", les dijo. "Cuento con lo necesario para hacer de ustedes un pueblo especial y les estoy dando esta tierra". Dios nos dice hoy lo mismo a nosotros, sus h ijos. Él t odav ía nos est á d iciendo, como la semilla espiritual de Abraham: "La tierra es mía para darla, y si escuchas, crees y me obedeces, t e l a d a ré". E s t á d iciendo, como lo ex presó Jesús: «Buscad… primero el reino [de Dios] y Su justicia (Su manera de hacer y ser correcto), y entonces todas estas cosas juntas se te da rá n por añadidura» (Mateo 6:33, Biblia Amplificada, Edición Clásica). ¡Dios quiere que tengas "todas las cosas"! Él no hizo esta tierra ni nada de lo que hay en ella para el diablo y su pandilla. La hizo para Su fa milia , y quiere que tengas todo lo que Él ha reservado para ti. Así que, créele a Él en esta área. Deposita tu fe en el pacto de sa ngre que Él ha hecho contigo, levanta tu mirada hacia Él, y toma posesión de tu tierra prometida. 1 2 : LV V C

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