LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Abril LATAM 2022

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

Issue link: http://read.uberflip.com/i/1464696

Contents of this Issue

Navigation

Page 5 of 15

6 : LV V C te sientes ta n enfermo como a ntes de ora r por sanidad, o tan arruinado como antes de pedir por provisión? No te preocupes. Como creyentes, viviremos «por la fe» (Roma nos 1:17), y no de los sentimientos. P e r s o n a l m e n t e , c u a n d o s e t r a t a d e permanecer en fe en la PALABRA de Dios, no me impor ta lo que diga n mis sentimientos. H e a p r e n d i d o p o r e x p e r i e n c i a q u e m i s sentimientos me mentirán. La PALABR A de Dios, sin embargo, no lo hará. No quiero decir que los sentimientos sean siempre u n obs t á cu lo espi r it ua l . A veces pue den s er u n a ver d a der a BE N DIC IÓN. Pa r ticula rmente en tiempos de a laba nza y adoración, nuestros sentimientos pueden ser tan impactados por la presencia manifiesta de Dios que no sabemos si reír o llora r. Sin embargo, por muy maravillosos que sean, los sentimientos no conseg uirá n que nuestra s oraciones sean contestadas. Lo que hace que nuestras oraciones sean respondidas es la fe. "¿Pero no dice Gá lata s 5:6 que la fe obra por el a mor? ", te preg unta rá s. "¿No dice 1 Corintios 13:2 que, sin el amor, incluso la fe que mueve montañas, no sirve de nada?" Sí, pero la palabra traducida como amor en esos versículos es la palabra griega ágape, y no se refiere al tipo de amor sentimental. Ágape es el amor incondicional. Es amar a propósito, no porque sienta s cier ta s emociones, sino como un acto de tu voluntad. Simplemente, hazlo Jesú s t en í a en ment e en Ma rcos 1 1 :25 ese amor ágape, cuando nos dijo que al orar, «si t ienen a l go cont ra a l g u ien », debemos perdon a r. No nos d ijo que t en í a mos que sentirnos bien al respecto. Simplemente dijo que lo hiciéramos. Es má s, no dejó espacio pa ra el debate. Hizo del perdón un mandamiento, no porque no le i mp or t en l a s her id a s que l a gent e nos ha inf lig ido, ni porque sea insensible a nuestras emociones lastimadas. Como dice el Salmo 23:1, Él es nuestro Buen Pastor, y se compromete a que nada nos falte. Él sabe que tu a lma puede ser golpeada y ma g ullada por el mundo, y Él tiene pa stos reverdecidos pa ra t i , a m i go m ío. Él t iene aguas tranquilas que te refrescarán. Él tiene restauración para un alma lastimada. Es por eso que Él te ma nda a perdona r. Si no lo haces, tu fe no funcionará, y no podrás recibir de Él aquello que le pides. Te pondrás en una posición en la que Él no podrá bendecirte, y eso es lo que Dios desea hacer. Pero, si te metes en tu clóset de oración, le pides lo que necesitas y anhelas, crees que lo recibes, y perdonas a todos aquel los que te ha n ofendido, puedes participar de Su suministro abundante. Por cier to, el " todo el mu ndo" que Jesús e s p er a q ue p er don e s i n c lu y e a t o do s lo s pol ít icos con los que ha s es t a do en fa da do últimamente. No tienes que estar de acuerdo con ellos. No te tiene que gustar lo que dicen y hacen. Sin embargo, para que tus oraciones sean efectivas, tienes que perdonarlos. Ta mbién tienes que ora r por ellos, porque Dios dijo en 1 Timoteo 2: «Ante todo, exhorto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que ocupa n a ltos puestos, para que vivamos con tranquilidad y reposo, y en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y a g ra dable dela nte de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sea n sa lvos y l leg uen a conocer la verdad.» (versículos 1-4). Eso sig nif ica que ora s por el presidente y el vicepresidente, por todos los miembros del Congreso, por los jueces y los gobernadores. Y oras, sobre todo, por aquellos que no te gustan. "¡Pero no quiero!", podrías decir. No impor ta si quieres o no. Dios ha dicho que lo hagas «a nte todo». Así que, hazlo una prioridad. Hazlo con fe, y hazlo todos los días. Recuerdo que hace algunos años escuché a alguien decir de mala gana: "Bueno, oraré por el cargo de presidente, pero no puedo orar por el hombre." ¡Mentira! Si no puedes orar por el hombre, tampoco puedes orar por el cargo. No puedes ora r efectiva mente por nada porque estás en falta de perdón, y la fe no funciona en un corazón que no perdona. Puede que pienses que todo lo que hace el pr e s ident e e s t á m a l , p er o s i g ue a de l a nt e y ora por él de todos modos, y hazlo con una sonrisa en la ca ra . No dejes que su política te a ltere y te produzca úlceras de estómago. Perdónalo, pídele a Dios que abra los ojos de su entendimiento y que envíe obreros ungidos a su camino para compartir el evangelio con él. Luego déjalo ir y regocíjate en Jesús. Ya que estamos en el tema, tampoco discutas n i t e ofenda s con na d ie por la pol ít ica . Si alguien dice algo que no te gusta, simplemente d a le u n a re spue s t a s u ave. (« L a re spue s t a a mable ca lma la ira », dice Proverbios 15:1). Luego a léjate. Sa l de a h í y ma ntente fel i z . Mantente en el lado de Dios en todo. Siempre cree lo mejor de todos. "Pero herma no Copela nd, me apasiona mi país. Me duele cuando veo el daño que algunos de estos políticos le han hecho." Lo sé. A mí también me apasiona mi país, y me opongo totalmente a algunas de las cosas que veo. Pero también sé esto: como creyentes, «porque vivimos por la fe, no por la vista» (2 Corintios 5:7), podemos amar y perdonar pase lo que pase. E l a m or d e D i o s h a s i d o d e r r a m a d o e n

Articles in this issue

Archives of this issue

view archives of LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Edición Abril LATAM 2022