LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.
Issue link: http://read.uberflip.com/i/1468679
2 4 : LV V C g u e r r i l l e r o s c omu n i s t a s y m i l it a r e s guatemaltecos. Por aquel entonces, yo era director de publicaciones y Terri era la productora de televisión de los Ministerios Kenneth Copeland. Fuimos enviados a Guatemala para producir un informe sobre un alcance evangelístico que KCM apoyaba. Durante nuestra estancia, viajamos a una pequeña aldea para realizar una campaña ministerial. Nos tomó muchas horas por caminos pequeños y sinuosos para llegar a dest i no. M ient ra s conducía mos por una colina, notamos cierta actividad más adelante. Al acercarnos, nos dimos cuenta de que era un control militar. Nuestro conductor sacó una pequeña pistola y se la entregó a la mujer que estaba sentada en el asiento trasero con Terri y conmigo. Ella se metió la pistola en su media. Empezamos a preg untarnos qué estaba pasando. El conductor se acercó a l control, se detuvo y bajó la ventanilla. Nos hicieron p r e g u n t a s , n o s r e s p o n d i e r o n y n o s permitieron pasar, pero otro soldado nos volvió a detener. E s t a v e z n o s o r d e n a r o n s a l i r d e nuestros vehícu los. Esta s persona s no eran funcionarios regulares en un control rutinario. Eran guerrilleros comunistas rebeldes conocidos por su reputación de ladrones, secuestradores y asesinos. E n c u a n t o n o s b a j a m o s d e l a u t o , esta lla ron los dispa ros. Nos queda mos p a r a l i z a d o s . P o r u n m o m e n t o n o s quedamos atónitos al ver que nuestro paseo, antes tranquilo, se veía interrumpido por el ruido de las ametralladoras. Lo que no sabíamos era que nos seguía un camión lleno de militares guatemaltecos que había n abier t o f uego a l ver a los guerrilleros. Volvimos en sí cuando el líder de nuestros anfi triones gritó: "¡Al suelo!" Ter r i s e g u í a de pie , m i r a ndo a s u alrededor, obviamente muy interesada en lo que estaba sucediendo. Le puse la mano en la cabeza y la empujé a l suelo. A hora estábamos atrapados en el fuego cruzado de las armas y los lanza granadas. La tierra volaba a nuestro a lrededor cua ndo las ba las golpeaba n el suelo. El miedo se hizo presente, a pleno, y se apoderó de mi corazón. M i ment e se l lenó de t oda cla se de pensamientos. ¿Por qué vine? Podría estar en casa. Me pregunto qué se siente al recibir un disparo. Tuve una visión de la cara de mi hija, que entonces tenía 2 años, y pensé: "Aubrey no puede crecer sin un papá." M i c or a z ón l at í a t a n f uer t e que me levantaba del suelo con cada latido. Miedo a la fuga I n s t a nt e s de s pué s , e l m ie do e s t a ba huyendo. ¿ Por qué? E scuché a a l g u ien ora ndo en leng ua s. Eso f ue todo lo que necesité. Mi corazón dejó de latir con fuerza. Mi pensamiento se aclaró. La va lentía se apoderó de mí mientras gritaba en lenguas. Todos lo entendimos. Toma ndo nuestra autoridad sobre el diablo, ordenamos que cesaran los disparos. Nos enfrentamos al miedo con palabras llenas de fe. Frente a frente. Cara a cara. Mirándolo a los ojos. ¡Y funcionó! Los disparos cesaron. Los g uerrilleros cor r ieron ha cia la selva . Los m i l it a res g uat em a lt ecos pa sa ron por dela nt e de nosotros. Nos leva nta mos y mira mos a nuestro a lrededor. Todo había vuelto a la normalidad. La tormenta había terminado. El m iedo había desapa recido. Huyó de nosotros, aterrorizado. Más tarde nos enteramos de que ese día murieron algunas personas. Pero todos los miembros de nuestro equipo sobrevivieron. Esa noche, releí el Salmo 91 bajo una nueva luz. Adquirió un nuevo sig nif icado. «No tendrás temor de los terrores nocturnos, ni de las fl echas lanzadas de día». El miedo apa reció. Lo enfrenta mos con pa labra s llenas de fe. Y el cobarde huyó despavorido. ¡Otra victoria para Jesús! Ahora es tu turno ¿A qué miedos te enfrentas hoy? ¿Qué matón te tiene aterrorizado? Enfréntate al miedo. Enfréntalo. Oponte a él. Resiste. Atácalo. Frente a frente. Cara a ca ra . Mirá ndolo a los ojos. Ha z que el temor huya. Háblale: "Miedo, en el nombre de Jesús, t e ordeno que aba ndones m i presencia. El Señor es mi ayudador y no hay temor en el amor. Te echo fuera de mi vida." Escribe las escrituras par ser libre del temor y confi ésalas a menudo. Al hacerlo, la valentía aumentará. Con confi anza pondrás t u m a no sobre t u cora zón y d i rá s con valentía: "Aquí no hay temor. No hay miedo aquí. No hay temor aquí." George Pearsons es el CEO de los Ministerios Kenneth Copeland y el Pastor principal de la Iglesia Internacional Eagle Mountain, localizada en los predios de KCM. Para recibir más información o material del ministerio visita: emic.org. i emic.org. Servicios en vivo: Dom. 11 a.m. | Miércoles 8 p.m. Repeticiones: Dom. 10:30 p.m. y sábados 2 a.m. miércoles a la medianoche Mira los servicios de EMIC con los pastores George y Terri en el C H A N N E L Servicios en vivo: pastores George y Terri en el pastores George y Terri en el pastores George C H A N N E L Zona Este EE. UU.