LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Junio LATAM 2022

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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"No en mis 30 años de práctica." "Bueno, doctor, seremos los primeros." Después de la llamada, Gabriel le dijo a Evelyn: "Voy a orar. Ve a orar tú también." Gabriel se arrodilló ante el Señor, orando en lenguas mientras las lágrimas corrían por su rostro. ¿Por qué lloras?, le preguntó el Señor dos veces. "¿No has oído al médico? Dijo que el bebé ha muerto.", le respondió Gabriel, secándose las lágrimas. Si crees que has recibido, actúa como tal. Evelyn se metió en su cuarto de oración y se puso de cara a la pared. "Señor", oró, "¿qué está pasando? ¿Me equivoqué en algo? ¿Qué tengo que hacer?" Se sentó en silencio, escuchando. No soy un hombre y no puedo mentir. Tampoco soy hijo de un hombre y no tengo de qué arrepentirme. Para Evelyn quedó resuelto. Sabía que les esperaba una pelea, pero que la ganarían. También sabía que el bebé estaba muerto. S ólo t en í a n u n a pe queñ a vent a n a de tiempo para conseg uir que su fe tomara preeminencia sobre la situación. "El Señor me conf irmó que sería mos impa rables g racia s a nuestro acuerdo", recuerda Gabriel. «Uno solo de ustedes puede poner en fuga a mil; porque ustedes cuentan con la ayuda del Señor su Dios, que es quien pelea, tal y como lo prometió.» La Corte del Cielo Má s ta rde, ese mismo día , Gabriel y Evelyn tomaron sus Biblias y se sentaron en la mesa del comedor. Juntos, expusieron su caso ante el máximo tribunal del cielo. "Padre celestia l, te pido que te unas a nosotros en esta reunión", comenzó Gabriel. "Jesús, Tú te sientas a la derecha de Tu Padre en el cielo, así que te pido que también te sientes aquí. Queremos que el ángel venga también. Y el espíritu maligno que causó esto necesita estar aquí también, porque necesitamos que el reino de las tinieblas sepa que estamos f irmes dando bata lla. El reino de los cielos necesita saber lo que creemos." "Padre, al igual que resucitaste a tu Hijo, te doy las gracias por resucitar también a mi hijo. Dijiste que el mismo Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en nosotros y vivif ica nuestros cuerpos mor ta les. El cuer po de Evely n ha sido vivificado en el Espíritu. Llamo a la vida una vez más en el cuerpo de nuestro bebé. Gracias por sanar lo que ha causado esto." Evelyn y Gabriel abrieron sus Biblias, leyendo las 70 escrituras en las que habían decidido afirmarse. Gabriel comenzó a orar un poco más: " Padre, Tu Pa labra dice que, porque d ie z m a mo s , no deb emo s a b or t a r. T u Pa labra dice que la v id no debe da r su fruto antes de tiempo. Dijiste que nada es imposible para ti. Creemos en Tu Palabra. Creemos que recibimos a nuestro bebé vivo y sano. Liberamos al ángel para que vaya y haga que esto suceda. Declaramos ante el espíritu maligno que no aceptaremos esto y te reprendemos. Declaramos estas cosas en el poderoso nombre de Jesús." Entonces adoraron a Dios, regocijándose en su victoria. Después, Evely n le dijo a su esposo: "Vamos a tener un bebé. Vamos a comprar muebles para el bebé." Habiendo hecho todo "C ompr a mo s mueble s pa r a e l b eb é y prepa ra mos la habitación", recuerda Evelyn. "Sabía que tenía que aferrarme a mi confesión sin flaquear. Mientras tanto, mi cuerpo físico hacía todo lo que el médico dijo que haría. Sangraba como una mujer que sufre un abor to. Sufría ca la mbres. Si n emba rgo, negaba esos sí nt oma s y su derecho a continuar manifestándose. Mi cuerpo tenía que obedecerme. Mi hijo también tenía que obedecerme." "Cada día era una lucha de fe. Mantenía mis ojos en las Escrituras. Ma ntenía la Palabra de Dios ante mis ojos, en mis oídos y en mi boca. No era fácil. Cada mañana quería meter la cabeza bajo las sábanas y llorar. Quería dejarme llevar y deprimirme. Quería llamar y contárselo a mi mamá, a todas mis hermanas y a mi tía para que me consolaran. Pero no lo hice. La lucha de la fe significaba que negaba mi carne. Negué mis emociones. Me levanté de la cama y confesé 70 escrituras antes de ir a estudiar y al regresar." Gabriel y Evelyn colocaron escrituras en las puer tas de sus a rma rios. A mbos confesaban escrituras todos los días. Una de ellas era el Salmo 127:3: «He aquí que los hijos son herencia y don del Señor; el fruto del vientre una recompensa." (AMPC). Apagaban la televisión, manteniendo la casa llena de la Palabra de Dios. " Evely n ten ía una lucha de fe en su cuerpo", explica Gabriel. "Mi batalla estaba en mi mente. Me chocaba con el muro del 1 2 : LV V C JUNIO LEAMOS TODA LA BIBLIA Mier 1 2 Sam. 6:12-8:18 Hch. 19 Jue 2 2 Sam. 9-11 Hch. 20 Vie 3 2 Sam. 12:1-13:33 Hch. 21 Sab 4 2 Sam. 13:34-15:23 Dom 5 Sal. 71-72; Pro. 15:1-15 Lun 6 2 Sam. 15:24-17:29 Hch. 22 Mar 7 2 Sam. 18:1-19:30 Hch. 23 Mier 8 2 Sam. 19:31-21:22 Hch. 24 Jue 9 2 Sam. 22:1-23:7 Hch. 25 Vie 10 2 Sam. 23:8-24:25 Hch. 26 Sab 11 1 Rey. 1:1-2:9 Dom 12 Sal. 73-74; Pro. 15:16-33 Lun 13 1 Rey.. 2:10-3:28 Hch. 27 Mar 14 1 Rey. 4:1-6:10 Hch. 28 Mier 15 1 Rey. 6:11-7:39 Rom. 1 Jue 16 1 Rey. 7:40-8:53 Rom. 2 Vie 17 1 Rey. 8:54-10:23 Rom. 3 Sab 18 1 Rey. 10:24-12:15 Dom 19 Sal. 75-77; Pro. 16:1-17 Lun 20 1 Rey. 12:16-13:34 Rom. 4 Mar 21 1 Rey. 14-15 Rom. 5 Mier 22 1 Rey. 16:1-18:6 Rom. 6 Jue 23 1 Rey. 18:7-19:21 Rom. 7 Vie 24 1 Rey. 20:1-21:16 Rom. 8 Sab 25 1 Rey. 21:17-22:53 Dom 26 Sal. 78; Pro. 16:18-33 Lun 27 2 Rey. 1-3 Rom. 9 Mar 28 2 Rey. 4:1-5:19 Rom. 10 Mier 29 2 Rey. 5:20-7:20 Rom. 11 Jue 30 2 Rey. 8-9 Rom. 12 Antiquo Testamento Nuevo Testamento

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