LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Julio LATAM 2022

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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B V O V : 5 h a p e c a d o , s u s p e c a d o s l e s e r á n perdonados». Si tienes una necesidad económica, F i l ip en s e s 4 :1 9 pr omet e: « A s í que mi Dios suplirá todo lo que les fa lte, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús». Si necesitas protección, el Salmo 91 la promete en cada versículo. Si l a n a c ión e s t á en pr oblem a s , e n 2 C r ón i c a s 7: 14 D io s pr om e t e : «Si mi pueblo, sobre el cua l se invoca mi nombre, se humilla y ora, y busca m i rostro, y se apa r ta de sus ma los ca m i nos, yo lo escucha ré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.» En el Evangelio de Juan, Jesús incluso llegó a prometer: «Y todo lo que pida n a l Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo piden en mi nombre, yo lo haré.» (Juan 14:13-14). «Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan todo lo que quieran, y se les concederá.» (Juan 15:7). «En aquel día ya no me preg unta rá n nada. De cierto, de cierto les digo, que todo lo que pidan al Padre, en mi nombre, él se lo concederá.» (Juan 16:23). ¿Sabes lo serio que es Jesús a la hora de cumplir esas promesas de oración? E l i g ió ha cerla s ju s t o después de la última cena de la Pascua. Las estableció como promesas de pacto a l dárnoslas justo después de decir: «Este… es el nuevo pa c t o en m i sa n g re, que por ustedes va a ser derra mada .» (Luca s 22:20). Lamentablemente, la mayoría de la gente hoy en día no sabe mucho sobre Entonces escuché dentro de mí la voz de la Sra. Taggert, mi maestra de escuela dominical de la infancia. "Muchachos, tienen que pedirle a Jesús que entre en sus corazones." De niño pensé que era la cosa más tonta que había escuchado. C om o h om b r e a d u lt o , t o d a v í a m e parecía una tontería. Pero, según la Sra. Taggert, Dios prometió que, si le pedía a Jesús que entrara en mi corazón, me salvaría. Así que lo hice, y Su promesa se cumplió. A u nque lo s det a l le s de nue s t r a s historias pueden diferir, así es como todos nosotros nacimos de nuevo en la familia de Dios. A nuestra manera, creí mos y recibi mos la promesa de sa lvación de Dios. Porque, como dice Gálatas 3: «pues todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús… Y si ustedes son de Cristo, ciertamente son linaje de Abraham y, según la promesa, herederos.» (versículos 26, 29). "Seguro, pero, hermano Copeland, no creo que el mismo principio se aplique cua ndo ora mos por otra s cosa s que necesitamos. Cuando pedimos sanidad, prov i sión f i n a ncier a o a l g u n a ot r a bendición, no podemos estar seguros de cómo responderá Dios." P o d e m o s h a c e r l o s i b a s a m o s n u e s t r a o r a c i ó n e n u n a d e S u s grandes y preciosas promesas; y Él ha dado promesa s que cubren toda s la s situaciones. Para poder reclamarlas, por supuesto, debemos leer los versículos que las rodean y hacer las correcciones ne c e s a r i a s en nue s t r a s v id a s pa r a cu mpl i r Sus cond iciones. Pero. u na vez que lo hacemos, podemos orar esas promesa s y esta r seg uros de que se cumplirán. Por ejemplo, si necesita s sa nidad, Sa nt ia go 5:15 promet e: «La ora ción de fe sa na rá a l en fer mo, y el Señor lo le v a nt a r á de s u le c ho. Si a c a s o Puede que ni siquiera te hayas dado c uent a en e s e moment o de lo que estaba ocurriendo. Puedes haber sido c omo Glor i a . C u a ndo f ue s a lv a , n i siquiera había oído habla r del nuevo nacimiento. Sólo había leído la nota que mi madre había escrito en la por tada de la Biblia que me había regalado para m i c u mplea ños . D e cí a : " M i a m a do Ken, busca primero el reino de Dios y Su justicia, y todas estas cosas te serán añadidas. Mateo 6:33." E n e s e m o m e n t o , G l o r i a y y o estábamos financieramente quebrados y endeuda dos, a sí que esa promesa realmente le llamó la atención. Bueno, con seguridad necesito que me añadan cosas, pensó. Así que buscó el versículo, leyó las escrituras que lo rodeaban y oró: "Dios, toma mi vida y haz algo con ella." ¿Cuánto tiempo tuvo que esperar para que Él respondiera esa oración? Nada. Ella nació de nuevo instantán- eamente, porque Jesús proveyó la sal- vación para ella y para todos nosotros hace 2.000 a ños. Ademá s, como el la aceptó con una fe sencilla e infantil la promesa de Dios de añadirle todas las cosa s si el la lo buscaba primero, la s cosas empezaron a llegar rápidamente. En poco tiempo, pudimos mudarnos de la casa casi vacía en la que vivíamos, en la que no teníamos ni siquiera una neve- ra o una cocina, a un apartamento total- mente amueblado. Herederos según la promesa Poco después, yo ta mbién nací de nuevo. Sentado en la cocina después de llega r a ca sa de un viaje en avión nocturno, la presencia de Dios l lenó la habitación y dentro de mí oí Su voz. Me dijo: Kenneth, si no haces las paces conmigo, te irás al infierno del diablo. Yo respondí: "¡Lo sé! Pero, ¿qué hago ahora?" 2 Una gran y preciosa promesa de Dios es la que te permitió nacer de nuevo. (Gál. 3:29) 3 Justo antes de que Jesús fuera a la cruz, nos dio algunas promesas de oración muy poderosas. (Juan 15:7) 4 La fe es el conector entre tu vida y el cumplimiento de las promesas de Dios. (Hebreos 11:1, AMPC) 5 Cuando oramos con fe las promesas de Dios, podemos estar seguros de que las respuestas están en camino. (Marcos 11:24) 1 No hay nada que puedas necesitar de Dios que Sus promesas ya no cubran. (2 Pedro 1:3-4) CONSEJOS PRÁCTICOS C

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