1 0 : LV V C
La
Capital
Mundial del
Avivamiento
Cuando Dios decide crear algo, «llama las
cosas que no existen, como si existieran»
(Romanos 4:17). Por lo tanto, no es de
extrañar que la primera vez que le hablara
a Kenneth Copeland sobre "La Capital
Mundial del Avivamiento", ese lugar no
existiera.
Ciertamente existía un terreno físico en
expansión donde algún día se construiría.
Pero de cierto nadie lo habría confundido
con una "capital".
Todo lo contrario. En aquel momento, el lugar que
Dios llamaba Su "capital del avivamiento" lucía más
bien como una ciudad fantasma. La Estación Aérea
Naval que había sido en su época una bulliciosa base
militar dedicada a probar planeadores durante la