con los dolores f í sicos del creci m ient o,
cada uno en la congregación tenía su propia
interpretación de lo que un pastor debía hacer.
"Deberías dirigir un grupo de costura",
recuerda Stacy que le habían dicho.
"Tienes que predicar", le dijo otra persona.
"La iglesia no crecerá a menos que tú también
prediques."
Después de predicar un sermón exponiendo
el espíritu del miedo, alguien le había dicho
a DaVon que estaba equivocado: el miedo era
algo bueno.
LV V C
:
1 3
"Todo el mundo parecía tener su propia
idea sobre lo que los pastores debían hacer o
predicar", recuerda Stacy. "DaVon y yo oramos
al respecto. El Señor nos indicó que fuéramos
fi eles a lo que Él nos había llamado. ¿Habría
dirigido un grupo de costura o tomado el
micrófono antes de convertirme en pastora? A
menos que el Señor me dijera lo contrario, no
necesitaba hacerlo ahora."
"Lo mismo ocurría con DaVon. El llamado
pa stora l no si g n i f icaba que t uv iera que
cambiarse a sí mismo. Dios lo había creado
"En tres años, pasé de
trabajar de panadero
y ganar el salario
mínimo a convertirme
en asesor de
relaciones fi nancieras
corporativas y ganar
$120.000 dólares."