LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Febrero LATAM 2023

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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menos de media hora más tarde, ella me miró sorprendida. "¿Toda la noche? No has estado allí ni veinte minutos." "¡Eso fue todo lo necesario!" le contesté. " ¡ Ya t en go m i r e s pue s t a ! " E nt onc e s compartí con ella lo que El SEÑOR me había dicho. Ella sonrió mucho y me dijo: "Bueno, ¡vamos!" Al día siguiente, tuve que atender unos a su ntos en el Centro de R ecu rsos de Aprendizaje de ORU y, cuando estaba a punto de salir del edificio, El SEÑOR me detuvo. Literalmente frenó mis pies en el suelo. Sube al sexto piso, me dijo. En la orientación de primer a ño nos habían explicado que a los estudiantes no se les permitía estar en ese piso porque ahí se encontraban las oficinas ejecutivas. "SEÑOR, no puedo subir allí", exclamé. "¡Es el Vaticano!" (No intentaba hacerme el gracioso, pero me salió esa frase). Ellos trabajan para Mí, me contestó. Así que fui. Cu a ndo pi sé el sex t o pi so, au nque no conocía a nadie allí arriba, vi a Ruth Rooks, la secretaria ejecutiva del Hermano Roberts, sentada detrás de su escritorio. Forzando mis pies hacia adelante como si estuviera caminando los últimos metros hacia mi perdición, me acerqué a ella y simplemente le dije: "Me llamo Kenneth Copeland. Soy piloto comercial. Acabo de inscribirme como estudiante de primer año. Sé que este ministerio usa aviones y necesito toda la ayuda disponible. Gracias." Al darme vuelta para irme, me encontré cara a cara con el hermano Roberts. Se había acercado por detrá s sin que me diera cuenta. Ex tendiendo su ma no, se presentó. "Mi nombre es Ora l Roberts," dijo. Estupefacto, todo lo que pude hacer fue tartamudear en respuesta, mientras él continuaba. " Ten go ent en d i do q ue er e s pi lot o comercia l. Hace dos sema nas, empecé la contrat ación de u n nuevo pi loto, y el Espíritu de Dios me dijo: No, tengo un estudiante que viene y quiero que sea su trabajo. ¡Tú eres mi hombre!" Piénsalo: eso sucedió porque escuché. En lugar de sólo orar y orar, le di a Dios la oportunidad de hablarme. Como resultado, Él lanzó este ministerio y mi relación con Oral Roberts; una relación que continuó hasta el día en que se fue a casa para estar con El SEÑOR. Además, Él se encargó de mi situación financiera al mismo tiempo. Un subsuelo millonario Aquí es donde muchos cristia nos se equivocan en lo referente a la prosperidad financiera. Ellos no oran y escuchan a Dios. No lo escuchan para saber cuánta semilla financiera deben sembrar y en dónde; y, una vez que han sembrado, no lo escuchan para que les diga cómo conectarse con su cosecha. Simplemente ponen su ofrenda en la ca na sta de la iglesia el domingo y e s p e r a n q u e l a s B E N DIC IO N E S financieras caigan sobre ellos de alguna manera. Bueno, hermano Copeland, Jesús dijo en Lucas 6:38: «Den, y se les da rá una medida buena, incluso apretada, remecida y desbordante…» Sí, pero eso no es todo lo que dijo en Lucas 6. Si continuas leyendo, encontrarás que también dijo: «¿Por qué me llaman ustedes "Señor, Señor", y no hacen lo que les ma ndo hacer?» (versícu lo 46). A sí como no ha s terminado de ora r ha sta que escuches Sus instrucciones, no has ter m i nado de da r ha st a que lo haya s escuchado y haya s hecho lo que Él te instruya. M i a m i go A nd ré R oeber puede da r testimonio de ello. Hace a lg unos a ños necesitaba un edificio para la sede de su ministerio en Sudáfrica, así que compró u n v iejo a l macén con la i ntención de renovarlo. Lo vi poco después de que lo compra ra . Era enorme y estaba hecho u n d e s a s t r e . M i e n t r a s m e l l e v a b a por el edif icio en un carrito de golf, me ib a s eñ a l a ndo l a s d i s t i nt a s z on a s y describiéndome los planes que tenía para cada una. E s t a ba cl a ro que el proyec t o ser í a costoso y, a l comienzo, no tenía ni idea de cómo lo solvent a r ía . Si n emba rgo, había plantado una importante semilla f i n a ncier a . D i r i g ido p or E l S E ÑOR , h a bí a sembr a do muy generos a ment e en a lgo que estába mos haciendo aquí en KCM, y estaba creyendo que Dios lo BENDECIRÍA a cambio con lo necesario para terminar su edificio. Mient ra s t a nto, el seg u ía ora ndo y escucha ndo a l Señor. Cada vez que lo h a cí a , e sc uch a ba siempre lo m i smo. 6 : LV V C

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