LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Febrero 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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mío, presta atención a mis palabras; Inclina tu oído para escuchar mis razones. No las pierdas de vista; guárdalas en lo más profundo de tu corazón. Ellas son vida para quienes las hallan; son la medicina para todo su cuerpo». ¡De esta manera es como ejerces la voluntad de Dios en tu vida! Atiendes a la Palabra de Dios por encima de cualquier otra cosa. La recibes como si estuviera escrita específicamente para ti. En vez de aproximarla con escepticismo, como muchas personas lo hacen, pensando: "esto suena muy bueno para ser verdad. Puede que funcione para otra persona, pero no para mí ", tú toma la perspectiva opuesta. Piensa: ¡Este es Dios hablándome! ¡No es para nadie más! ¡Es para mí! Juan 8:32 dice: «y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». La Palabra de Dios es verdad y te hace libre del dominio de Satanás. Así que, sumérgete en la Palabra. Deja de creerle las mentiras al diablo como Adán y Eva lo hicieron en el Jardín de Edén. Renueva tu mente a lo que Dios dice acerca de la sanidad y ejecuta Su Palabra en tu vida. Usa la autoridad que Él te ha dado, saca corriendo al diablo de tu jardín, y rehúsate a dejarlo poner enfermedad en tu vida. Puedo decirte por experiencia propia: una vez que empiezas a caminar en esa clase de victoria, no te conformarás con tan solo recibir sanidad para ti. Irás un paso más allá y le añadirás otro capítulo a la pesadilla del diablo. Empezarás a hablarle del poder sanador de Dios a otras personas. De acuerdo con Jesús: «Y estas señales acompañarán a los que crean: …pondrán sus manos sobre los enfermos, y éstos sanarán» (Marcos 16:17-18). Cuando das un paso por fe en esa promesa, Jesús mismo te respaldará. Su poder fluirá a través tuyo para las otras personas de manera milagrosa, porque Él es un apasionado acerca de la sanidad. ¡Él quiere que su gente esté bien! Espíritu Santo y con poder, y que él anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él» (Hechos 10:38). «Con el poder de su palabra los sanó, y los libró de caer en el sepulcro. ¡Alabemos la misericordia del Señor, y sus grandes hechos en favor de los mortales!» (Salmo 107:20-21). Te recomiendo hacer una lista de escrituras como esta y leerla todos los días. Medita en ellas y aprende a pensar acerca de la sanidad de la misma manera que Dios lo hace. Mantén Su Palabra frente a tus ojos y oídos hasta que creas que lo que Él dice es más de lo que le crees a cualquier otra persona—aún más de lo que tus sentidos físicos te dicen como cierto. Luego, cuando el diablo ataque tu cuerpo con síntomas de enfermedad, tendrás la fortaleza espiritual para resistirlo. Tendrás la fe que necesitas para mantenerte firme en la Palabra de Dios. Sin importar como tu cuerpo se esté sintiendo, podrás decir: "Diablo, agarra tus síntomas y vete de aquí. Dios dice "por Sus llagas he sido sanada" y yo estoy de acuerdo con Él. ¡Yo soy Sana por el Señor y tú tienes que volar!" Cuando te plantas en contra del diablo de esa manera, rehusándote a retroceder, sin importar cuál sea el problema que esté tratando de causar en tu cuerpo, tendrá que irse. "Pero Gloria", podrías decir, "¡no sabes lo grave que es mi diagnóstico! El doctor dijo que no existe una cura para lo que yo tengo". Entonces no dejes que sea el doctor el que tenga la última palabra acerca del asunto. Deja que Dios sea el que la tiene. La Palabra de Dios es más grande que cualquier enfermedad o dolencia que el diablo pueda inventarse. ¡Su Palabra es tan poderosa que todo lo que tienes que hacer para recibir sanidad es creerla y tomarla! Todo lo que necesitas hacer es lo que dice Dios en Proverbios 4:20-22: «Hijo LV V C : 3 1 ¿Es posible vivir libre del miedo en este mundo peligroso e impredecible? ¡Sí, definitivamente es posible! Porque la protección es una promesa sólida de Dios. Sin embargo, no es una promesa que se ofrece a todo el mundo. Es una promesa para aquellos que habitan en el Señor. Habitar, significa: "morar, permanecer y continuar". El Salmo 91:1 dice: «El que habita al abrigo del Altísimo y se acoge a la sombra del Omnipotente, dice al Señor: «Tú eres mi esperanza, mi Dios, ¡el castillo en el que pongo mi confianza!» Habitar bajo la sombra del Omnipotente es vivir en continua comunión con Él, guardando Su Palabra y obedeciendo Su voz. Aquéllos que habitan en el Señor pueden vivir sin miedo de lo que el diablo hará. Déjame aclarar este pensamiento—¡La promesa de protección de Dios no significa que el diablo te dejará tranquilo! Significa que Dios te dará una manera de escapar cada vez que el diablo te muestre su horrible cara. Si estás temeroso de los peligros a tu alrededor, pasa más tiempo en la Palabra y en oración hasta que puedas confiar que Dios vence tu temor. Acércate al Señor hasta que habites a la sombra del Omnipotente y— Él te librará. Vive libre del miedo por Gloria Copeland

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