LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Marzo 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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audiencia impactó a Peter y Nathan como una bola de fuego. "La agenda está llena", les explicó un oficial de la corte. "Su caso ha sido pospuesto hasta mañana. Irá de nuevo a la cárcel". "¡Éste es mi hijo!" respondió Peter, parándose delante de Nathan. "Está traumatizado y no puede volver a la cárcel. Esperaremos aquí todo el día de ser necesario, pero no pueden enviarlo allí otra vez". A medida que las horas pasaban, ni una sola persona fue declarada inocente. Sin dinero para pagar las multas, todos los que estaban delante de ellos recibieron sentencias en prisión. A las 3:00 p.m. a r r ibó Mat t. L os t res hombres se hicieron a un lado y oraron en la sala de la corte, pidiéndole a Dios protección, favor y liberación. "¿Cómo te declaras?" Cu a ndo e l c a s o d e Nat h a n f ue pr e s e nt a d o a nte d e l ju e z , é s te l e preguntó: "¿Cómo te declaras?" Nathan se declaró culpable y pidió misericordia de parte de la corte, como su abogado les había aconsejado. "Ok ", re sp ond ió el jue z . " E stoy duplicando la multa máxima". Aun con los miles de dólares que Matt había traído, no tenían suficiente. "Iré al cajero automático y sacaré más dinero", dijo Peter. "Iré contigo" declaró una of icial de seguridad. "¿Por qué?" "Porque necesitarás protección". Peter sacó tanto dinero como le fue posible. Sólo tenían 45 minutos para contar el dinero, ponerlo en una maleta y volver a donde el juez. En la casa, y todavía orando, Jamie recibió más instrucciones de parte del Señor: Diles que compren tiquetes aéreos y salgan del país antes de las 7:00 p.m. Ellos compraron los tiquetes, reservaron sus asientos y regresaron a la corte a las 4:00 p.m. Peter entregó la maleta al juez. "Aquí está el dinero", le dijo. "Sí, veo" les dijo el juez. "Sin embargo, él ha sido deportado. Así que a menos que tengas reservaciones de avión para probar que saldrá del país en menos de 24 horas desde el momento en que aterrizó, me temo que volverá a prisión". P e t e r l e e n t r e g ó a l j u e z l a confirmación de sus vuelos saliendo a las 7:00 pm. Como el Faraón en Egipto, el juez aun así se rehusó a dejarlo ir. "Tienes el dinero y los tiquetes de av ión, pero a menos de que vea su pasaporte, no podrá irse". Casi sin tiempo El juez sabía que el pasaporte de Nathan había sido conf iscado en el aeropuer to y que el los se estaban quedando sin tiempo. Peter miró a la abogada y le pidió que recuperara el pasaporte de Nate. Más tarde, cuando ella puso el pasaporte en frente del juez justo antes de la hora de cierre de la corte, el reacio juez lo liberó. Para Nathan, Peter y Matt, nada se sintió mejor que el hecho de sentir al avión despegando de suelo jamaiquino. "Hemos descubier to que es una forma muy común de explotación" nos comenta Jamie. "Hemos buscando en el internet y encontrado historias de gente inocente a la que les plantan una bala en sus maletas". "A pesar de que he atravesado una batalla muy larga por mi salud, cuando esto sucedió, me sentí como si hubiera estado en una batalla espiritual del jardín infantil. Dios nos proveyó con personas locales en Jamaica que nos instruyeron y explicaron los hechos. Cada vez que el enemigo trató de bloquear la libertad de Nathan, Dios nos había anticipado lo que sucedería". " Nunca he conocido a Kenneth Copeland, pero lo veo como un padre espiritual. Él fue quien me enseñó cómo vivir por fe, caminar en victoria y prosperidad, sin importar los ataques del enemigo. Soy una mejor líder de negocios por mi colaboración con KCM. Enseño a miles de personas en mi lugar de trabajo los principios bíblicos que he aprendido". Jamie y Peter Vrinios pelearon la buena batalla de la fe para liberar a su hijo de la prisión en Kingston, Jamaica. Sin embargo, otra corte se ha reunido. En ésta, el Juez del Universo se ha declarado en contra del enemigo—el diablo. El enemigo ha sido atrapado, condenado y se le ha ordenado que restituya. Si el enemigo está tratando de atrapar a tu familia, sólo tienes que saber que nuestro Padre todavía exclama la misma advertencia que Él declaró a través de Moisés: "¡Deja ir a mi pueblo!" 1 4 : LV V C padrastro. Si lo encontraban culpable, empezaría a cumplir una sentencia de cinco años tan pronto como se dictara la sentencia. Alguien había puesto la bala en su maleta. Él ya había pasado por seguridad y aduana varias veces en sus otros vuelos y la habrían descubierto entonces si hubiera existido. La esposa de Nate confirmó más tarde que no estaba en su maleta cuando ella empacó. Si se declaraba inocente, tendría que regresar a prisión donde debería esperar entre 6 meses y un año para que se fijara una fecha en la corte. Ninguno de los escenarios parecían esperanzadores. "Tu mamá nos ha hecho una cita con dos abogados a pr imera hora en la mañana" le dijo Peter. "Vamos a dormir un poco y veamos qué es lo que ellos nos recomiendan". Era un buen plan, excepto que el sueño se les escapó. A las 3:00 a.m. Peter volteó a ver a su guapo hijastro, el cual medía más de 1,80 metros de estatura, mirando por la ventana. Volteándose hacia Peter, Nathan le dijo que seguía pensando que alguien vendría y se lo llevaría. En la casa, Jamie tampoco durmió; deambulaba por el piso, orando. En la madrugada, una advertencia se alojó en su espíritu. Habrá un problema con el dinero. Reunión en la corte Mucho antes de que amaneciera, Jamie llamó a su compañera de trabajo Nicole y su esposo, Matt. "El Señor me dijo que habrá un problema con el dinero", procedió a explicarles. "¿Existe alguna posibilidad de que Matt pueda conseguir en forma rápida varios miles de dólares y volar a Jamaica?" L a r e s p u e s t a d e N i c o l e f u e u n testamento de su confianza y amistad. "Por supuesto". En Jamaica, Peter y Nathan se subieron al auto con los dos abogados que Jamie había conseguido. En la casa, Jamie recibió una llamada frenética de su compañera de trabajo. "¡Haz que Peter y Nathan se bajen de ese auto ya mismo! ¡Esas personas no son los abogados que tú contrataste!". Jamie llamó a Peter con ese mensaje. Ambos se bajaron del auto y localizaron a la abogada que Jamie había contratado. "Solo hay una cosa que puedes hacer" les dijo. "Declárate culpable y pídele a la corte misericordia". Cuando entraron, una oleada de calor corporal de las personas presentes en la

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