LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Marzo 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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Los creyentes no aprenden por medio de la enfermedad; la Palabra de Dios y el Espíritu Santo son sus maestros (lee Timoteo 3:16 y Juan 14:26). Dios no se lleva la gloria por la enfermedad. Por el contrario, Él recibe la gloria cuando Su sanidad se manifiesta. La Biblia dice que cuando Jesús ministró en la Tierra: «la multitud se quedaba asombrada, y al ver que los mudos hablaban, los mancos eran sanados, los cojos andaban y los ciegos veían, glorif icaban al Dios de Israel» (Mateo 15:31). No es la enfermedad sino la sanidad y los milagros lo que le dan la Gloria a Dios. No te quedes atrapado con el aguijón Quizás digas: "Pero, ¿qué pasa con el aguijón en la carne de Pablo? ¿No fue esto una enfermedad que Dios le envió? ¿No dijo Pablo que tenía que soportarla porque Dios se la había mandado?" ¡ A bsoluta mente no! A p e sa r de que es probable que hayas escuchado predicaciones al respecto, no es más que otro engaño religioso. De acuerdo con la Biblia, lo que Pablo dijo acerca de la situación fue lo siguiente: «Y para que no me exaltara demasiado por la grandeza de las revelaciones, se me clavó un aguijón en el cuerpo, un mensajero de Satanás, para que me abofetee» (2 Corintios 12:7). Ese versículo no dice nada acerca de que Dios le mandó a Pablo un aguijón. Dice que el aguijón era el mensajero de Satanás. La palabra "mensajero" es usada 188 veces en el Nuevo Testamento, y es traducida 181 veces como "ángel" y las 7 veces restantes como "mensajero". De cualquier manera, se refiere a una personalidad o a un ser. Nunca se refiere a la enfermedad o la dolencia. Así que Pablo no estaba hablando acerca de la enfermedad en ese capítulo. Él estaba hablando acerca de un espíritu demoníaco que había empezado una persecución en su contra. A cualquier lugar al que Pablo fue a predicar, ese espíritu demoníaco lo siguió. Provocó a los líderes judíos e hizo que sintieran tanta envidia del ministerio de Pablo que constantemente lo persiguieron. Se opusieron a él, algunas veces de maneras muy crueles. Debido a que Pablo no tenía las fuerzas naturales para lidiar con los ataques, él quería que Dios hiciera que ese espíritu que lo perseguía se fuera. Así fue como le pidió tres veces al Señor si podía hacer que se fuera, y el Señor le respondió: «Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Por eso, con mucho gusto habré de jactarme en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose en mí» (versículo 9). Muchas personas han malentendido completamente esos versículos. Les han enseñado por la tradición religiosa que Dios dijo: "No, Pablo. Tienes que mantener ese aguijón y aguantártelo por Mi gracia. Tan solo debes glorificarme con él". ¡Sin embargo, eso no es lo que dice la escritura en lo absoluto! Cuando Dios le dijo a Pablo "Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad", la palabra traducida como poder fue la palabra griega dunamis, que se refiere al poder sobrenatural y poderoso de obrar milagros de Dios. Él le estaba diciendo a Pablo que, en cualquier situación, sin importar lo imposible que luciera, Su favor divino lo ayudaría a atravesar la situación. En la debilidad humana, el poder de Dios se perfeccionaría. Pablo lo entendió, y en los versículos 9 y 10 dijo: «Por eso, con mucho gusto habré de jactarme en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose en mí. Por eso, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en las afrentas, en las necesidades, en las persecuciones y en las angustias; porque mi debilidad es mi fuerza». ¡Cuando el poder de Cristo descansa sobre ti, no tienes ningún problema! Cuando Su poder trabajar por ti, y eres fuerte en Él, el diablo no tiene ninguna oportunidad. Tú serás el ganador todas las veces. ¡Pablo lo demostró! Le dio una paliza al diablo una y otra vez. En una ciudad en la que predicó, sus perseguidores llegaron a apedrearlo y lo sacaron de la ciudad como muerto. ¡Eso es a lo que yo llamo debilidad! No puedes estar más débil que muerto. «Pero los discípulos lo protegieron, y Pablo se levantó y entró en la ciudad, y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe. Después de anunciar el evangelio en aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, los dos regresaron a Listra, a Iconio y a Antioquía» (Hechos 14:20-21). ¡Piénsalo! El poder de Dios en Pablo era tan fuerte, que no sólo regresó después de haber sido apedreado, sino que viajó a otra ciudad y continuó predicando. Después regresó a la ciudad donde había sido apedreado y ministró una vez más. 3 0 : LV V C SI VAMOS A VIVIR LIBRES, TENEMOS QUE DETERMINARNOS CON FIRMEZA A NO ESCUCHAR TANTAS TONTERÍAS. TENDREMOS QUE DECIDIR, SIN IMPORTAR LO QUE PASE, QUE CREEREMOS LA PALABRA DE DIOS.

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