LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Abril 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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v i e n d o y e s c u c h a n d o a n u e s t r o a lrededor. Necesitamos vencer todas las malas noticias del diablo que nos han reportado. Ahora, más que nunca, necesita mos recorda r nos a nosot ros mismos que, sin importar cuán malas se pongan las cosas en el mundo, la voluntad de Dios para nosotros siempre será buena. La Biblia nos lo asegura, una y otra vez. Por ejemplo, leemos: «El S eñor es bueno con todos, y se compadece de toda su creación» (Salmo 145:9). « P e r o e l S e ñ o r e s e t e r n a m e n t e m i s e r i c o r d i o s o ; é l l e s h a c e j u s t i c i a a q u i e n e s l e h o n r a n , y también a sus hijos y descendientes» (Salmo 103:17). «Bendito sea el Señor, el Dios de nuestra salvación, que todos los días nos colma de beneficios» (Salmo 68:19). «Como está escrito: «Las cosas que ningún ojo vio, ni ningún oído escuchó, Ni han penetrado en el corazón del hombre, Son las que Dios ha preparado para los que lo aman.» Pero Dios nos las reveló a nosotros por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo examina todo, aun las profundidades de Dios» (1 Corintios 2:9-10). Sin lugar a duda: ¡Nuestro Dios es un Dios bueno! Él es tan amoroso, bondadoso y lleno de misericordia que nosotros no podemos entenderlo con nuestras mentes naturales. La única manera en la que podemos empezar a ver la magnitud de Su bondad es al permitirle que nos hable a través de Su Palabra por la voz de Espíritu Santo. Las buenas relaciones requieren de comunicación. Si eres una esposa, es así como llegas a conocer al hombre con el que te casaste. Si eres un esposo, es así como llegas a conocer a tu esposa. Se comunican el uno con el otro. Pasan tiempo juntos. De la misma manera, si quieres conocer a Dios, tienes que para tiempo con Él en Su Pa labra. Si quieres experimentar todas las cosas buenas que Él tiene preparadas para ti, tienes que comunicarte con Él acerca de ellas. ¡Tienes que escuchar lo que Él te está diciendo en las Escrituras y atesorar Su Palabra en tu corazón, y luego declarar esas palabras con tu boca para ponerlas a funcionar! Requiere de fe para recibir de Dios, y Romanos 10:17 dice: «Así que la fe proviene del oír, y el oír proviene de la palabra de Dios». Sin embargo, la fe no viene a ti como resultado de la Palabra que yo he escuchado. La fe viene como resultado de la Palabra que tú has escuchado y aplicado. Ésta viene porque tú has escuchado las instrucciones de Proverbios 4:20-23: «Hijo mío, presta atención a mis palabras; Inclina tu oído para escuchar mis razones. No las pierdas de vista; guárdalas en lo más profundo de tu corazón. Ellas son vida para quienes las hallan; son la medicina para todo su cuerpo. Cuida tu corazón más que otra cosa, porque él es la fuente de la vida». Dando el primer paso Nota que, de ac uerdo con esos versículos, el primer paso para invertir en la Palabra de Dios es el siguiente: prestar atención a Sus palabras. Te enfocas en ellas. No le das toda tu atención al periódico. No pasas todo el día mirando televisión y escuchando lo que otras personas están diciendo. Pones la Palabra de Dios en primer lugar en tu vida. ¿Cómo lo haces? Empieza por hacer de la Palabra tu autoridad final. Determina que sin importar que sea lo que veas allí, será de esa manera. Lo que Dios dice es como es. No trates de hacer que Su Palabra se amolde a lo que has experimentado en el pasado o lo que te han enseñado. Cree en la Palabra de Dios sin reserva. Cuando veas en las escrituras que sus tiernas misericordias están sobre ti, ¡créelo! Pon tu fe en la misericordia de Dios para que ésta haga que tengas éxito en cualquier cosa que lleves a cabo. La seg unda cosa que debes hacer pa ra poner la Pa labra de Dios en primer lugar en tu vida, es planear tus horarios alrededor de ella. Haz que el tiempo en la Palabra de Dios sea tu prioridad principal cada día. Te aseguro que tomará de mucha determinación. Como todos, con seg u r idad tienes muc ha s ot ra s cosa s que compiten por tu tiempo. Así que, si vas a tener comun ión con Dios en la Pa labra a diario, no puedes dejar ese aspecto al azar. Tienes que ser disciplinado y comprometido. También, tienes que estar listo para confrontar los ataques del diablo; él siempre te animará a hacer cualquier otra cosa con tu tiempo excepto pasar tiempo en la Palabra. El diablo no quiere que estés en la Palabra ya que de ese modo serás libre de su dominio. La Palabra te equipa para mantenerlo bajo tus pies. Satanás preferirá que te dediques a hacer buenas obras—llevar ensalada de papa al picnic de la iglesia, hornear tortas para la venta o cualquier otra cosa—en vez de pasar tiempo en la Palabra, porque a pesar de que es bueno hacer ese tipo de cosas, no garantizan la victoria. No te harán un vencedor. ¡La Palabra lo hará! "Pero, Gloria, yo soy un hombre de negocios. No tengo tiempo para la Palabra". Lo tendrías si te dieras cuenta cuánto te ha costado no tenerlo. Si supieras cuántos errores has cometido—cuánto tiempo has pasado en la of icina del abogado, o en el banco, tratando de solucionar algún problema porque no estabas caminando en la sabiduría de Dios—te darás cuenta que no puedes hacerlo sin ella. No existe nada más beneficioso para 2 8 : LV V C Si quieres conocer a Dios, tienes que pasar tiempo con Él en Su Palabra. Las buenas relaciones requieren de comunicación.

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