LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Mayo 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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condiciones económicas de su país. Sin embargo, estaba determinado a no perderse nada de lo que Dios tenía reservado para él. Así que tomó su Biblia junto con uno de los libros de Gloria acerca de la prosperidad y otro mío, y se fue a pasar unos días en ayuno y oración en soledad. Más adelante nos dijo: "Cuando leí el libro de mamá Gloria, 'La voluntad de Dios es la prosperidad', ¡lo entendí! Tuve una visitación del Señor y me di cuenta que la prosperidad fi nanciera es un pacto con Dios". Desde ese momento en adelante, su panorama fi nanciero empezó a cambiar. Ya no estaba obstaculizado por los problemas económicos a su alrededor; él había entendido que no es la economía del mundo la que hace ricos a los creyentes. ¡Es nuestro pacto con Dios! Y las Escrituras dicen: La bendición del SEÑOR es la que enriquece y no añade tristeza con ella (Proverbios 10:22, RVA-2015). Más bien, acuérdate del Señor tu Dios, porque él es quien te da el poder de ganar esas riquezas, a f in de conf irmar el pacto que hizo con t us padres, como en este día (Deuteronomio 8:18). Y Dios es poderoso como para que abunde en ustedes toda gracia, para que siempre y en toda circunstancia tengan todo lo necesario, y abunde en ustedes toda buena obra (2 Corintios 9:8). Una vez que el Obispo Oyedepo tomó su posición acerca de lo que Dios dice y activó la ley de la fe, su ministerio empezó a prosperar f inancieramente más allá de lo que la gente pensó que sería posible. A su congregación le continuaban quedando pequeños los edifi cios. Compraban uno, lo llenaban, y después compraban otro. Eventualmente, el SEÑOR lo guió a comprar 200 hectáreas en el medio de la nada, y que llamara ese lugar: "Tierra de Canaán". La tierra está ubicada tan lejos de la civilización que tuvieron que mover a los monos y los babones de allí para poder comenzar la construcción. Hoy, esas primeras 200 hectáreas se han transformado en una ciudad de más de 4.000 hectáreas—con un auditorio para 50.000 personas, cuatro bancos, un jardín de niños, una escuela primaria, una secundaria, y una universidad que es una de las más reconocidas en África... y mucho más. En el 2008, cuando visité por primera vez "Tierra de Canaán", tan solo habían completado la primera fase del proyecto y el obispo me contó: "Hermano Copeland, hemos invertido $250 millones en esta fase; no tenemos deudas, y no hay dinero de fuentes americanas en esta fase. La segunda fase también será de $250 millones; sin embargo, ya tenemos ese dinero en el banco". Ta n solo piénsa lo — si n d i nero americano. Sin deuda. Tan solo con fe en Dios. Desde ya, no trates de decirle a David Oyedepo que la ley de la fe no funciona de la misma manera en cua lquier lugar, para cualquier persona. ¡Él ha comprobado que sí lo hace más allá de lo que cualquier vestigio de duda pueda imaginar! Dos pactos, BENDICIONES ilimitadas Por supuesto, una de las claves más importantes para el éxito del Obispo Oyedepo, es su entendimiento del pacto. Cuando se trata de activar la ley de la fe, ya sea que vivas en Nigeria o en Estados Unidos, necesitas tener una revelación de que operas en un pacto con Dios. Necesitas darte cuenta que la Biblia no es tan solo un libro religioso. Es un registro de dos pactos—el Antiguo y el Nuevo. Ambos pactos son juramentos de sangre, lo que signifi ca que son pactos de máxima certeza. Bajo el Pacto Antiguo, Dios caminó sobre la sangre de animales y declaró L A BE N DIC IÓN — q u e i n c l u y e cualquier cosa buena prometida en la Biblia—sobre Abrahán. Después, Él nos incluyó a nosotros en esa BENDICIÓN diciéndole a Abrahán: «¡Así será tu descendencia!» (Génesis 15:5). A pesar de que a muchos cristianos se les ha enseñado que las promesas del Antiguo Testamento no aplican a nosotros en la actualidad, Gálatas 3:16,29 dice: «Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abrahán y a su simiente. No dice: «Y a las simientes», como si hablara de muchos, sino: «Y a tu simiente», como de uno, que es Cristo… Y si ustedes 1-800-600-7395 es.kcm.org/ofertas-lvvc ¿Por qué necesitamos del Nuevo Pacto? ¿Cuál es la diferencia entre el Pacto del Antiguo y Nuevo Testamento? ¡La diferencia está en la sangre! EE.UU. AG160501 GRATIS

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