LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Junio 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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LV V C : 1 9 Sin embargo, hace algunos años me di cuenta que ese luga r tenía a lgo adiciona l. Con el tiempo la remodelamos pa ra que t uv iera todas las comodidades de nuestra casa, y se convirtió en un lugar lleno de cosas que compiten por nuestra atención. Todavía me sorprende ver cuántas cosas hemos acumulado y c u á n t o t i e m p o t o m a mantenerlas. Cuando vamos, fácilmente nos pasamos los dos o tres primeros días tan solo organizándola. En u na oc a sión, K en y y o e s t á b a m o s m a n e j a n d o de la caba ña a la c iudad, (probablemente para conseguir lo que necesitábamos pa ra alguna clase de reparación), y yo me sentía un poco frustrada acerca de " la cosa" con la que estábamos lidiando ese d ía. Pasamos en frente de la casa de nuestros vecinos unos kilómetros más abajo, y ellos estaban sentados afuera, d i s f r ut a n d o. A l n ot a r l o pacíficos y relajados que lucían, repentinamente me impactó: ¡El los no tenían nada que mantener! Ellos no tenían electricidad. No tenían agua potable, ni calentador o aire acondicionado, o incluso una cortadora de césped. Por lo tanto, no tenían nada que arreglar. Mientras pensaba al respecto, tomé la decisión de cambiar mi actitud. A pesar de que disfruto de las cosas buenas y ciertamente no quiero vivir sin electricidad, ¡decidí que no permitiría que las cosas me f r u s t ren y me q u iten todo el tiempo disponible! Ciertamente, éstas no son tan importantes para mí como para permitirles robar la atención de Dios y Su Palabra—si lo hiciera, exactamente eso sería lo que sucedería. Esto es algo que aquellos de nosotros que creemos en la prosperidad divina debemos esta r seg u ros de recorda r. Mientras más prósperos somos en la vida, más cosas tendemos a poseer; de no mantener nuestras prioridades en orden, esas cosas se apoderarán de nuestra vida. Nos impondrán cargas y nos mantendrán en los valles de este mundo natural. Nos distraerán de vivir en una vida espiritual elevada. Si no lo crees, lee acerca de Marta. Ella permitió que las cosas naturales le robaran uno de los momentos espirituales más preciados que alguno de nosotros pudiese imaginar. Ella literalmente permitió que esas cosas la detuvieran de sentarse a los pies de Jesús y escucharlo enseñar la Palabra de Dios. Jesús mismo estaba a l lí en la sala de su casa declarando palabras de vida y ella estaba muy ocupada atendiendo las cosas en la cocina como para 5 4 3 2 1 ¡decidí que no permitiría que las cosas me frustren y me quiten todo el tiempo disponible! Ciertamente, éstas no son tan importantes. ESTO ES ALGO QUE AQUELLOS DE NOSOTROS QUE CREEMOS EN LA PROSPERIDAD DIVINA DEBEMOS ESTAR SEGUROS DE RECORDAR. Si se los permitimos, las cosas naturales nos robarán la Palabra. Marcos 4:19 Las cosas naturales son temporales; sin embargo, los beneficios que recibimos de la Palabra de Dios son eternos. Lucas 10:42 Tu puedes hacer cosas para Dios en esta Tierra que no podrás hacer por Él en el cielo. Por lo tanto, dedica tu vida ahora mismo para Él. Hebreos 12:1-2 Continúa observando las cosas desde una perspectiva más amplia al enfocar tus ojos espirituales en la eternidad. Colosenses 3:1-2 No permitas que las cosas de este mundo te mantengan en los valles naturales. ¡Levántate y vive la mejor vida que Dios tiene planeada para ti! A continuación, te presentamos unos consejos para ayudarte: Renueva la manera de pensar carnal que te mantendrá derrotado y conviértete en alguien con una mente espiritual invirtiendo tiempo en la Palabra de Dios. Efesios 5:25-26

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