2 0 : LV V C
DIOS ES UN DIOS DE ORDEN DIVINO. ÉL TIENE TODO
PLANEADO. NADA SUCEDE POR ACCIDENTE. ESO SIGNIFICA
QUE LA CONVENCIÓN DE CREYENTES DEL SUROESTE FUE
ORDENADA POR DIOS.
EL ORDEN DIVINO ATRAE LO DIVINO
por Hilton Sutton
ÉL NO ESTÁ PRACTICANDO
CON NOSOTROS. ÉL YA LO
HA PERFECCIONADO TODO
ANTES DE QUE NOSOTROS
NOS INVOLUCREMOS.
de Creyentes del Suroeste, me di cuenta
que casi todos ministraron sobre temas
que ellos mismos habían aprendido de
alguien más. La pregunta es: ¿por qué
no deberían de hacerlo? ¿No somos
todos nosotros trabajadores con el Señor
(Corintios 6:1)? ¿No somos dirigidos
por el mismo Espíritu Santo? Entonces,
¿por qué no deberíamos alimentarnos
mutuamente y ser usados por Dios para
inspirarnos entre nosotros?
Si n emba r g o, no hemo s v isto
nada todav ía. Dios está listo y la
iglesia debería llegar a su madurez
e s a l g o q u e K e n n e t h
Copeland decidió hacer porque no
tenía nada más que hacer. Cada uno de
nosotros en este lugar está aquí por el
orden divino de Dios. Yo sé que estoy
aquí por la voluntad absoluta de Dios.
Desde el momento que la primera
Convención de Creyentes del Suroeste
fue anunciada en 1981, mucha gente
comenzó a preg untarme cómo me
habían elegido para que fuera uno de los
predicadores. Les respondo: "porque yo
soy un creyente. Predico del mismo libro.
Tenemos la misma visión".
Dios nos ha llamado a todos de
acuerdo a Su plan divino, y todos
cabemos en él. ¿No te alegra saber
que no todos predicamos igual? Si lo
hiciéramos, algunas personas jamás
serían ministradas. Por esa misma razón
es que Dios ha puesto tanta variedad. Es
en la unidad que ofrecemos el ministerio
completo de nuestro Señor Jesús.
Efesios 4:11-13 dice: «Y él mismo
c on s t it u y ó a u no s , ap ó s tole s; a
otros, profetas; a otros, evangelistas;
a otros, pastores y maestros, a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio, para la edificación del cuerpo
de Cristo, hasta que todos lleguemos a
estar unidos por la fe y el conocimiento
del Hijo de Dios; hasta que lleguemos
a ser un hombre perfecto…». Esta
escritura nos deja bien claro que la
unidad requerida en Juan 17 está en
camino en el Cuerpo de Cristo. Está
empezando a afianzarse.
Mientras escuchaba a cada uno de los
predicadores de la primera Convención
No