LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Julio 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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¡La iglesia va en marcha hacia la línea final y necesitamos creerle a Dios por todo lo que ha prometido! No tenemos más tiempo para quedarnos sentados recordando los grandes derramamientos de milagros del Espíritu Santo del pasado. No podemos conformarnos esperando pasivamente para que la iglesia sea llena con la gloria algún día en el futuro. Es muy tarde; necesitamos levantarnos con valentía ahora mismo y declarar como Jesús lo hizo en Lucas 4:18-21: «El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha ungido para proclamar buenas noticias a los pobres; me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos, a dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y a proclamar el año de la buena voluntad del Señor… Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes.» Po r m u c h o s a ñ o s l a i g l e s i a c o n t e m p o r á n e a h a t e n i d o u n a misma actitud. Los predicadores y la congregación han relegado por igual el cumplimento del plan de Dios a otra generación, o a otra providencia. Sin embargo, en los últimos años, un cambio maravilloso ha ocurrido. Más y más creyentes han empezado a esperar que esta escritura se cumpla en nuestros días. Hemos empezado a esperar que Dios se mueva en medio de nosotros y nos cambie a la imagen de Jesús: «Por lo tanto, todos nosotros, que miramos la gloria del Señor a cara descubierta, como en un espejo, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espír it u del Señor » (2 Corintios 3:18). ¿Por qué le tomó tanto tiempo a la iglesia, como un todo, esperar por este acontecimiento? Una de las razones es porque por muc ho t iempo la gente no sabía nada al respecto. Todo lo que se les había enseñado era que si creían en Jesús irían al cielo cuando murieran. Durante muchos años, eso es todo lo que los predicadores enseñaron, porque pensaron que ese era el único propósito del evangelio. Pensaron que el plan de redención estaba diseñado solamente para librar a la gente del infierno. ¡Sin embargo, ese no es el plan que Dios tenia a través de los siglos! Él no quiere solamente mantener a la gente por fuera del infierno. Su plan es tener una familia. Él quiere hijos e hijas espirituales con los que pueda tener una relación a Su mismo nivel, hijos e hijas que hagan Su voluntad en la Tierra como en el cielo. Él quiere hijos e hijas que caminen en Su BENDICIÓN y reinen en esta vida como si Él estuviera aquí manifestándose en Su plenitud. Sólo una restricción Ésta ha sido la voluntad de Dios desde el comienzo. Es lo que Él tenía en Su corazón, cuando creó a Adán y lo puso en el Jardín del Edén. Como Génesis 1:27-28 dice: «Y Dios creó al hombre a su imagen. Lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios con estas palabras: «¡Reprodúzcanse, multiplíquense, y llenen la Tierra! ¡Domínenla!» Al hacer a Adán a Su imagen, Dios hizo a Adán tan parecido a Él como pudo. Lo vistió con la gloria divina y respiró en su espíritu Su propia Zoe, la vida eterna. Adán se parecía a Dios por dentro y por fuera. Tenía el mismo poder en su espíritu que el poder que Dios tenía. Tenía autoridad en la Tierra, tal como Dios tenía autoridad en el cielo. Dios le dio dominio y le dio el gobierno de la Tierra en sus manos. La única restricción que Dios le dio a Adán fue la siguiente: «no debes comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque el día que comas de él ciertamente morirás» (Génesis 2:17). Sin embargo, a pesar de darle ese único mandamiento, Dios le permitió escoger. Lo dejó decidir si obedecería, o no. Dios no forzó a Adán a hacer nada, porque no quería que fuese un esclavo. Él quería que fuera un hijo. Él quería que lo sirviera por su propia voluntad y que sólo conociera el bien, y no el mal. Pero Adán tomó la decisión incorrecta. Pecó. Desobedeció a Dios, dobló 3 0 : LV V C NOSOTROS NO ESTAMOS EN LA TIERRA TAN SOLO ESPERANDO IR AL CIELO CUANDO MURAMOS. ESTAMOS AQUÍ PARA DESTRUIR LAS OBRAS DEL DIABLO.

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