LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Julio 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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él era el hombre más rico de la región, pero, a sus espaldas, estoy seguro de que lo señalaban y decían: "¡este viejo está completamente loco! No hay forma de que él y su esposa estéril tengan un hijo a su edad. Es imposible". Sin emba rgo, mient ras el los se burlaban, Abrahán creía. Él se rehusaba a moverse por las imposibilidades. Tal como Romanos 4:19-21 dice: «Además, su fe no fl aqueó al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (pues ya tenía casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en la fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios era también poderoso para hacer todo lo que había prometido». Cuando se trató de vivir por fe en la PALABRA de Dios, Abrahán fue tan robusto y decidido cómo es posible. De la misma manera que esos jóvenes con los que solía jugar fútbol americano, él iba con todo. Estaba ciento por ciento comprometido a creerle a Dios. La misma clase de fe que Dios usa ¡Tú y yo, como creyentes nacidos de nuevo, podemos tener la misma clase de actitud! Cuando vemos en la PALABRA de Dios que por las llagas de Jesús fuimos sanados, podemos decidir no considerar los síntomas de la enfermedad en nuestro cuerpo. Podemos saltar de fe y decir: "¡Si, Señor! ¡Yo soy el sanado del SEÑOR!" Cuando vemos que nuestro pacto con Dios declara que Sus BENDICIONES nos hacen ricos y no añaden tristeza con ellas, podemos decir "¡Sí, amén! ¡Soy BENDECIDO y soy rico!". Podemos creerle a Dios cien por ciento, sin importar lo que nuestra cuenta bancaria o la gente diga al respecto. "Sí, hermano Copeland, ¡pero yo no tengo esa clase de fe!" punto, que cuando te estén pegando por todas partes, puedas decir: "¡Cueste lo que cueste, voy a ganar; triunfaré!" De lo contrario, no lo aguantarás. Terminarás sin aire y saldrás corriendo a los vestuarios mientras el resto del equipo sigue peleando en el campo, golp eá ndose si n ce sa r porque lo consideran algo "divertido". En mis años como creyente he descubierto la similitud entre lo que acabo de describir y lo que llamamos vivir por fe en Dios. Es la aventura más emocionante y poderosa que existe; sin embargo, no funciona para aquellos que tienen una actitud de "probemos para ver qué pasa". No produce resultados para la gente que solamente escucha unos pocos mensajes y dice: "creo que voy a probar este tema de la fe". Si quieres ganar en la vida de la fe, tendrás que preciarla. Debes tomar la misma actitud que Abrahán tomó en la Biblia. ¡Él era alguien que quería caminar por fe! ¡Abrahán nos defi nió el estándar! Él quería caminar en la manifestación del poder de Dios más que cualquier otra cosa en la Tierra. Lo quería más que a su familia. Lo quería más que a su vida. Él quería a Dios a tal punto, que creyó y actuó en Su PALABRA, sin importar lo que los demás dijeran o pensaran al respecto. Lo puedes apreciar en su respuesta cuando Dios le dijo a los cien años de edad que él y su esposa de noventa tendrían un bebé. No solamente tuvo la audacia sufi ciente para creerlo, sino que hizo un anuncio público: "Soy el padre de muchas naciones. Desde ahora, no me llamen más Abrán. ¡Llámenme Abrahán, el padre de una multitud!" ¿Puedes imaginarte cómo reaccionó la gente? Debieron haberlo tratado como un hazmerreír. Es posible que no se burlaran directamente en su cara, porque DEBES ESTAR DETERMINADO A JUGAR— Y JUGAR PARA GANAR. DEBES AMAR ABSOLUTAMENTE EL JUEGO. LV V C : 7

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