LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Septiembre 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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LV V C : 1 5 familia durante muchos años. Ajab estaba desanimado, así que Jezabel intervino y envió cartas al pueblo falsif icando la f irma de Ajab. Envió dos testigos falsos en contra de Nabot, los cuales testificaron ante el pueblo que él había blasfemado en contra de Dios. Cuando el rey ordenó que sacaran a Nabot de la ciudad y el pueblo lo apedreó, Jezabel le dijo a Ajab que tomara la viña de Nabot. La Biblia dice en 1 Reyes 21:25 que el rey Ajab había obrado mal ante los ojos del Señor y que Jezabel, su esposa, lo inspiró para que lo hiciera. Desde la perspectiva del mundo, esta mujer tenía poder e influencia, pero ese no era poder de Dios. Este poder, egoísta y maligno, tenía su raíz en el diablo. El poder de Dios es más grandioso y está enraizado y basado en el amor, que nunca falla (1 Corintios 13:8). M u j e r e s c o m o J e z a b e l — y h a y muchísimas de ellas por todos lados, aún en la actualidad—sienten que deben dominar, controlar y manipular. Estas mujeres están movidas por el miedo y la inseguridad, lo cual las hace aún más débiles. No existe un "y vivieron felices para siempre" para las mujeres que actúan de esta manera. La verdad es que la fortaleza emana de la fe en Dios, y la valentía se deriva de confiar en Él. En 2 Reyes 9 leemos acerca del final infeliz de Jezabel. Ella fue arrojada por una ventana y su cuerpo fue comido por los perros, tal como Elías lo había profetizado. Todo lo que quedó fue su cráneo, sus pies y las palmas de sus manos. Convertirse en comida para los perros no es un final muy feliz. Su vida fue un ejemplo de lo que Proverbios 14:12 nos dice: «Hay caminos que el hombre considera rectos, pero que al final conducen a la muerte [destrucción]». Ella siguió un camino que no era recto delante de Dios, sino que únicamente estaba bien para ella. Y lo pagó con su vida. Las mujeres contenciosas y regañonas como Jezabel son repulsivas. Dos veces, en Proverbios 21:9 y 25:24, leemos que es mejor vivir en un rincón en el techo que vivir en una casa grande con una mujer peleonera. En vez de confiar en Dios y creerle para que actúe y supla sus necesidades, el miedo fuerza a algunas mujeres a importunar continuamente para alcanzar lo que quieren o salirse con la suya. Desafortunadamente, el miedo sólo le abre la puerta al enemigo. Las mujeres necias derriban su casa (Proverbios 14:1). ¿Qué constituye a un necio? El Salmo 53:1 dice: «Dice el necio en su corazón: No hay Dios» (RVR1960). El necio actúa como si la Palabra de Dios no fuera verdad. Si remueves las palabras en itálica del salmo 53:1, las cuales fueron añadidas por los traductores, actualmente se lee "Dice el necio… No Dios". Un necio le dirá no a Dios, no a Su Palabra, no a Sus instrucciones, no a Su Plan. Sin embargo, cuando ponemos nuestro amor en nuestro Padre celestial, nos establecemos en Él y no seremos movidos. No nos pod rán sacud ir cuando conf ia mos en el Dios viviente—la roca sólida. A medida que conf iamos en Él, nos hacemos fuertes en el Señor y el poder de Su fuerza que no puede ser derrotado (Efesios 6:10). ¿De dónde viene este poder y dónde debe ser usado? Hechos 1:8 dice: «Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder, y serán mis testigos». Jesús dijo: «Miren que yo les he dado a ustedes poder para aplastar serpientes y escorpiones, y para vencer a todo el poder del enemigo, sin que nada los dañe» (Lucas 10:19). Y en Hechos 10:38 dice: «que Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, y que él anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él». Dios desea que las mujeres sean poderosas en Él. Él no quiere hijas débiles. Él dijo: «diga el débil: Fuerte soy» (Joel 3:10, RVR1960). Él es un Dios Todopoderoso y quiere hijos poderosos. Es el momento para que reconozcamos cada cosa buena en nosotros, para que seamos más efectivos. (Filemón 1:6). Cuando Dios instruyó a Abrán para que dejara su país y la casa de su padre, Él le prometió: «Yo haré de ti una nación grande. Te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición» (Génesis 12:2). Unos años después, cuando Dios hizo un segundo pacto con Abrán, cambió el nombre de Abrán a Abrahán y el nombre de su esposa de Sarai a Sara. Dios le prometió que la bendeciría y que le daría un hijo de ella a Abrahán: «Sí, yo la bendeciré, y ella será la madre de las naciones, los reyes y los pueblos que de ella nacerán.» (Génesis 17:16). Después de tratar con Abrahán, el Señor regresó cuando Sara estaba cerca y confirmó la promesa de que ella le daría un hijo en menos de un año. En 1 Pedro 3:6, Dios se refiere acerca de todas nosotras como sus hijas. Verás, la Biblia no solamente habla acerca del padre Abrahán, sino también acerca de la madre Sara. Un cambio de nombre significa que un pacto fue establecido entre Dios y la humanidad— hombres y mujeres. Por esa razón, el pacto poderoso de Dios de prosperidad es tanto para las mujeres como para los hombres. Gálatas 3 dice que Cristo se hizo maldición por nosotros, para que la bendición de Abrahán pudiera venir sobre los gentiles. Él dice que en Cristo no existen judíos ni gentiles, ni esclavos, ni libres, ni hombres, ni mujeres. Todos estamos en Cristo, y todos somos herederos de acuerdo a la promesa. Las mujeres que saben que tienen un pacto de prosperidad pueden activar ese pacto ellas mismas y dar un paso hacia el lugar de abundancia. A medida que el Espíritu Santo revela Su propósito para las mujeres, nosotros descubrimos lo simple que es operar de la misma manera. Mujeres de todas las edades puedes unirse al rango prestigioso de las mujeres virtuosas. Proverbios 31:29 d ice: «Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú las sobrepasas a todas». De todas las mujeres en el Antiguo Te s t a m e n t o q u e h i c i e r o n c o s a s asombrosas para Dios—incluyendo a Sara, Débora, Abigail, Rut, Ester, Hana, para nombrar algunas—Dios dijo que la mujer virtuosa "las sobrepasa" a todas. ¡Guau! Qué poder que posee y debido a que no tiene un nombre, tú puedes poner tu nombre allí y convertirte en una mujer virtuosa. Oro para que mientras lees la Biblia a la luz de la mujer virtuosa, también empieces a entender el profundo amor de Dios por las mujeres y su deseo intenso de darle poder a Sus hijas. Y por encima de todo, oro para que Dios te revele cuán poderosa eres en Jesucristo.

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