LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Septiembre 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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LV V C : 7 ha sido coronado con Sus favores y Su misericordia!". Ta les pa labras tienen un impacto poderoso cuando practicas ver lo que estás diciendo con el ojo de la fe. Eso fue lo que el pueblo hizo en Hebreos 11. El versículo 13 dice que ellos recibieron las promesas de Dios: «llegaron a ver esto a lo lejos; pero lo creyeron y lo saludaron, pues reconocieron…" (énfasis del autor). Por supuesto, tal visión de fe no se desarrol la de la noche a la mañana. Particularmente si has estado en una sit uac ión en pa r t ic u la r por muc ho tiempo—si has sido estéril por muchos años, o has vivido en escasez, o en la enfermedad—puede que necesites pasar algún tiempo renovando tu mente con la PALABRA para cambiar cómo te ves a ti mismo en el interior. Eso fue lo que yo tuve que hacer cuando empecé a creerle a Dios por un jet para el ministerio. A pesar de que había volado aviones pequeños por muchos años, un jet era un paso más grande para mí. Sabía que necesitaba uno para hacer todo lo que Dios me había llamado a hacer, pero aún así no podía verme dueño de uno. Sin importar lo que había aprendido acerca de la prosperidad, todavía tenía algo de pobreza en mi pensamiento siguiéndome como un perrito pulgoso. Ev e nt u a l m e nt e m e d e s h ic e d e l mismo. Alimenté y fortalecí mi fe con la PALA BR A. Fijé mi mente en la promesa de Dios, lo vi con los ojos de la fe, lo abracé y lo confesé. Ciertamente no mucho tiempo después mi visión de fe se hizo realidad. Lo mismo puede suceder en tu vida. Cualquiera que sea tu deseo— ya sea un bebé, sanidad para tu cuerpo o una vida libre de deudas—ya lo tienes; sólo necesitas recibirlo. Tienes la PALABRA de Dios; tienes la fe de Dios en t u interior; y ahora tienes el conocimiento práctico de cómo funciona la fe. ¡Así que levántate y úsalo! Súbete allí en fe como copiloto con Jesús... ¡y vuela! las cosas buenas. Cuando el diablo trate de sacar tu fe del camino y te tiente para que te pongas ansioso por un reporte negativo, enfócate en el repor te de DIOS. Piensa en las cosas que están bien en tu vida, en vez de las cosas que están mal. "Bueno, hermano Copeland, estoy tratando de hacer eso". No. Nuevamente, renuncia a tratar de hacer las cosas. Esto no es algo que "tratas" de hacer. Es un mandamiento de D ios. No te siente s noc he t r a s noche a ver asesinatos y violencia en la televisión, para luego quejarte de que no puedes dejar de tener pensamientos negativos. Cambia tu mente cambiando el canal. Apaga esa basura que inspira miedo y prende el canal de La Victoria del Creyente o programas que edifiquen tu fe. Mira con el ojo de la fe Dios no puede cambiar tu mente por ti, y el diablo tampoco puede. Tu mente te pertenece a ti. Tú eres el que tiene la autoridad de: «desbaratar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo» (2 Corintios 10:5). ¡Entonces, hazlo! Toma control de lo que estás pensado. Sigue el ejemplo de David en el Salmo 103 donde dijo: «¡Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de sus bendiciones! El Señor perdona todas tus maldades, y sana todas tus dolencias. El Señor te rescata de la muerte, y te colma de favores y de su misericordia» (versículos 2-4). ¡Así es como mantienes tu fe activa y permaneces en el descanso de Dios! Cua ndo t u mente y t us emoc iones comienzan a desmoronarse por lo que ven en lo natural, di: "alma, calla esa incredulidad. Deja de olvidarte de los benef icios que te per tenecen por lo que Jesús hizo en la cr uz. Recuerda que gracias a él estás BENDECIDO. Estás sano. ¡Eres un hijo de Dios que ¡Entonces deja de intentar! Intentar no es creer. Mientras te mantengas intentando, no operas en fe. La fe descansa; no lucha por producir resultados por obras. Sólo se relaja en la gracia de Dios. A hora, no te estoy sugiriendo que dejes de poner acción a t u fe. ¡Por supue sto que no! S ol a mente e stoy diciendo que no apagues lo que Dios ha creado para ser un placer y lo conviertas en un trabajo. ¡Deja de ir a la cama matrimonia l como si te pagaran un sueldo, y disfruta! En vez de "trabajar" pa ra tener un bebé, t rabaja con t u cóny ugue para entrar en el descanso de la fe. Intercambien palabras de fe ent re a mbos como si ya est uv iera n e m b a r a z a d o s . Pe r m a n e z c a n e n l a PALABRA hasta que la lucha termine y luego hagan lo que Filipenses 4:6-8 dice: «No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias, y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello». Mira nuevamente esos versículos. No dicen solamente: "No se preocupen". Dicen: «No se preocupen por nada. Que…» Debes hacer algo más: preséntale tus peticiones a Dios. Haz lo que Jesús nos instruyó en Marcos 11. Ora y cree que recibes. Una vez que lo hagas, en vez de negar tu fe diciendo una y otra vez: "Oh Dios, tu sabes cuánto quiero un bebé. Por favor, por favor danos uno! Continúa levantando tu deseo al Señor a través de la acción de gracias. Agradécele por responder tu oración y permanece en paz manteniendo tu mente enfocada en

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