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En ese momento varias cosas cayeron
en su lugar para David, el pastor de
Ambassadors' Christian Center (Centro
Cristiano de Embajadores). El lunes
anterior había advertido con calma a
su congregación: "Algo está a punto de
suceder. No sé lo que es, pero sé que no
tenemos razón alguna para temer. Sea lo
que sea, quiero que estemos preparados.
Pr imero que todo, oren más por
protección, especialmente el Salmo 91.
También quiero que reúnan artículos de
emergencia y compren comida adicional
y agua".
Después de unas noches, David
soñó con una inundación. En el
sueño veía lluvia sin detenerse, los
edificios desapareciendo bajo el agua,
derrumbándose, y casas y negocios
destruidos.
E n c im a e sto , p e n s ó m i e nt r a s
o b s e r v a b a c o r t i n a s d e l l u v i a
interminables en la calle.
"¡Ashley llegó!" le dijo su esposa
Donna. Su hija, Ashley, era la asistente
ejecutiva del administrador de la
ciudad y vivía en el centro.
"Hoy en el trabajo sentí de parte del
Señor que debía empacar una maleta
y pasar la noche acá", explicó Ashley.
"Lo medité y decidí venir esta tarde
a ver películas con ustedes, pero no
quedarme a dormir. Sin embargo,
cuando regresé a la casa después del
trabajo, el Señor me dijo nuevamente
que empac a ra u na ma leta pa ra
quedarme. ¡Así que aquí estoy!".
"Estoy feliz de que hayas venido", le
dijo David abrazándola.
Le gustaba pensar que su casa era el
David Jenkins se paró frente al televisor de su casa en
Columbia, S.C. para observar el clima. "Esta lluvia tiene
el potencial de crear una inundación como no ha ocurrido
en cientos de años", dijo el presentador. "La tierra está
saturada y el lago repleto. Los tres ríos que atraviesan
Columbia—el Saluda, el Congaree y el río Broad—ya
están crecidos".
Viviendo
EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE
p o r M e l a n i e H e m r y