LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Agosto 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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cuando las personas tenían problemas, iban al sacerdote y él le ofrecía un sacrificio a Dios. Eso hacía que Dios interviniera en el asunto. Hoy d ía , bajo el Nuevo Pac to, debemos hacer lo mismo. Nosotros somos sacerdotes delante de Dios (Apocalipsis 5:10). Mientras ofrecemos sacrif icios de a labanza ante Jesús, nuest ro Su mo Sacerdote, nuest ra comunicación con Dios es grandiosa. El Salmo 22:3 dice que Dios habita en la alabanza de Su pueblo. La alabanza invita personalmente a Dios a la escena. En los momentos de alabanza intensa, la gloria Shekinah de Dios llena el lugar con Su dulce presencia. C u a n d o S a l o m ó n t e r m i n ó d e constr uir la casa del SEÑOR , los trompetistas y cantantes alzaron sus voces al unísono, y con trompetas, címbalos e instrumentos musicales, a l a b a r o n a l S E Ñ O R d i c i e n d o : « Cier ta mente, Él es bueno, y su misericordia es eterna» (2 Crónicas 5:13-15). Dios habita en la alabanza de Su pueblo. Josafat destinó que cantantes para el SEÑOR fueran delante del ejército y dijo: «¡Demos gloria al Señor, porque su misericordia es eterna!» Cuando los Israelitas empezaron a cantar y alabar, el Señor condujo emboscadas en contra de sus enemigos, y sus enemigos se destruyeron ellos mismos. (2 Crónicas 20:21-23) ¡El arma de la alabanza! ¿Cantantes en la pr imera f i la de un ejército? Suced ió de esa ma nera. Israel no n e c e s i t ó d e s e n v a i n a r u n a r m a d e g u e r r a — ú n i c a m e n t e c a n t a r : « Cier t a mente , Él e s bueno, y su misericordia es eterna». David era un hombre conforme al corazón de Dios. Él sabía cómo alabar a Dios. Usa las alabanzas de David para magnif icar a Dios. Haz que la PALABR A viva en tu interior, tan abundantemente que puedas declarar salmos y alabanzas desde tu espíritu. Decláraselas o cántaselas al Padre en voz alta. «Confío en ti, mi Dios, y alabo tu palabra; confío en ti, mi Dios, y no tengo miedo; ¿Qué puede hacerme un simple mortal? Todo el tiempo, ellos tuercen mis palabras; sólo piensan en perjudicarme. Se juntan para acecharme, y vigilan cada uno de mis pasos con la intención de quitarme la vida. El día que yo te pida ayuda mis enemigos serán puestos en fuga, pues yo sé que tú, mi Dios, estás de mi parte. Dios mío, en ti confío y alabo tu palabra; Señor, en ti confío y alabo tu palabra. Confío en ti, mi Dios, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?» (Salmo 56:4-6, 9-11). La PALABRA dice que Dios habita en las alabanzas de Su pueblo (Salmo 22:3) El enemigo huye, se cae y muere delante de la presencia de Dios. La alabanza no solamente honra a Dios y le da poder a nuestra fe, también es un arma poderosa en el ámbito espiritual. Recuerda: Ésta hará que Satanás y sus fuerzas huyan, caigan y mueran delante de ti. Mantén la puerta abierta Abrahán "fue fortalecido y animado por la fe a medida que le dio la alabanza y la gloria a Dios" (Romanos 4:20, La Biblia Amplif icada, Edición Clásica) Mientras alabas a Dios y declaras sus obras maravillosas, tu fe crece en tu interior para que recibas las bendiciones de Dios. Honra a Dios con las palabras de tu boca. Permite que tus palabras estén de acuerdo con las palabras de Dios en lo que a Él le concierne. Busca en Su Palabra cosas buenas para proclamar acerca de Él. Háblales de la misericordia del SEÑOR y Su compasión a los que están a tu alrededor. Comparte con los demás las cosas grandiosas que Él ha hecho en tu vida. Nota lo que David dijo: «Señor, te alabaré de todo corazón y hablaré de todos tus portentos. Por ti me alegraré, oh Dios altísimo, y cantaré alabanzas a tu nombre» (Salmo 9:1-2). Es cuestión de voluntad. No solamente lo alabas porque sientes que quieres hacerlo. Lo alabas porque tu voluntad es alabarlo. Di con David: "Señor, te alabaré de todo corazón. ¡Después observa cómo la PALABRA obra a tu favor! Durante el ministerio de Jesús en la Tierra un incidente nos muestra claramente la importancia def initiva que la alabanza puede tener. Lucas 17:12-19 describe cómo diez leprosos f ueron limpiados. Los diez f ueron limpiados, sin embargo, el que regresó donde Jesús y glorificó a Dios, a ese hombre, Jesús le dijo: «Levántate y vete. Tu fe te ha salvado.» Los otros f ueron limpia dos . Él f ue salva do, (recibió plenitud). Mientras meditaba en esas escrituras, el SEÑOR me dio una visión. Vi al hombre corriendo hacia Jesús. Estaba limpio—toda su enfermedad se había ido de su cuerpo—sin embargo, le fa ltaba una par te de su oreja. La enfermedad se la había cor roído. Mientras el gritaba alabanzas a Dios, la oreja fue restaurada. Él fue restaurado por completo. La alabanza hace la diferencia. Si no sabes mucho acerca de alabar a Dios, te a n imo a que inv ier ta s tiempo meditando en la PALABR A r e s p e c t o a l a a l a b a n z a . ¡ É s t a revolucionará tu vida! David dijo: «Te a laba ré, oh SEÑOR , con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas» (RVA-2015). Si no sabes cómo alabar a Dios, busca algunas cosas que Dios ya ha hecho en la Biblia y empieza a alabarlo por hacerlas. Cuando yo empecé, abría mi biblia y alababa a Dios leyendo los salmos en voz alta. D e s p ué s le p e r m it í a a l E s pí r it u Santo que me g uiara para alabar a LV V C : 1 9 PUBLICADA ORIGINALMENTE EN AGOSTO DEL 1981

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